"Al principio creía que era solo un simulacro"

Sabiñánigo estrenó las alarmas, que solo se habían escuchado en pruebas. Los vecinos admiten que se llevaron un gran susto y se felicitan de que no ocurriera nada grave.

Trabajadores de la empresa Orache, fuera de la planta equipados con máscaras de protección
Trabajadores de la empresa Orache, fuera de la planta equipados con máscaras de protección
Rafael Gobantes

Justo a la hora en la que tenían permiso para salir a pasear los mayores de 70 años y las personas dependientes, las sirenas comenzaron a sonar por todo Sabiñánigo, una ciudad que presume del músculo de su industria química. Pero esta vez no fue ningún simulacro. Los vecinos de la capital serrablesa se llevaron ayer un gran susto al escuchar las alarmas del Plan de Emergencia de Exterior, que obliga al confinamiento en sus casas por un accidente químico.

Los vehículos de la Policía Local y los bomberos del Alto Gállego empezaron a recorrer la localidad para anunciar lo que estaba ocurriendo y dar consejos sobre lo que tenían que hacer: quedarse en sus domicilios y cerrar a cal y canto puertas y ventanas.

Hasta ahora, solo habían escuchado estas alarmas en una prueba de sonido, ya que no había habido aún un simulacro de este plan de emergencia. Estaba previsto para finales del año pasado, pero por diversas cuestiones se pospuso y el Ayuntamiento tenía pensado hacerlo en estas fechas, pero la crisis del coronavirus lo había paralizado.

"He estado un poco nerviosa al principio porque han pasado con coches diciendo que cerráramos las ventanas y bajáramos las persianas. Pero luego he puesto la televisión y ya me he tranquilizado porque ha salido la alcaldesa diciendo que no había heridos graves ni fallecidos", explicó aliviada Elita Alonso, una vecina de Sabiñánigo. "Menos mal que no ha pasado nada grave", insistía.

Otro vecino de la calle Serrablo explicó una vivencia similar: "He escuchado las sirenas y al principio he pensado que podría ser un simulacro, pero a continuación he recibido mensajes a través de WhatsApp en los que me decían lo que pasaba y que lo reenviara a otros grupos en los que estoy", subrayaba.

Cuando oyó los vehículos de la Policía Local y Guardia Civil al principio también pensó que ya eran las 20.00 para salir a aplaudir al personal sanitario, como todos los días durante esta cuarentena, "pero nos avisaban de que nos debíamos quedar en casa hasta nuevo aviso y con las ventanas cerradas". En ese momento se estaba preparando para salir a dar una vuelta en bici, «pero al final no ha podido haber paseo», añadió resignado.

A Quique Jiménez, la alarma le sorprendió trabajando en otra de las fábricas de Sabiñánigo. "Ha sonado la alarma continua indicando riesgo químico y entonces hemos iniciado el protocolo de seguridad", explicó.

El Gobierno de Aragón ha movilizado a bomberos de varias comarcas y también de Zaragoza para atajar la explosión y buscar posibles víctimas.

Confinados en la sala-comedor

Los trabajadores del turno de tarde se confinaron en la sala del comedor, siguiendo las declaraciones de la alcaldesa y esperando noticias del exterior con los teléfonos móviles. Una vez terminada la alerta ya pudieron volver al trabajo con normalidad.

La alcaldesa de Sabiñánigo, Berta Fernández, estuvo en todo momento en el lugar del suceso, y reconoció que el susto había sido grande, aunque también se congratuló de que al final había sido "más aparatoso que otra cosa". "Son sustancias que han creado una nube tóxica y eso había que controlarlo", añadía.

Respecto al Plan de Emergencia, valoró que había funcionado bien y que hubo una "buenísima coordinación" por parte de todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y los servicios de emergencia. La alcaldesa se alegraba de que no hubiera pasado "nada grave" y de que se cumpliera el protocolo, "que es de lo que se trata". "Se ha puesto en marcha sobre todo para prevenir, por si se complicaba para que hubiera margen para actuar", dijo.

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