Aragón
Historias de la pandemia
Comer con la familia, recuperar la rutina, ver a los amigos, ir a la playa, abrazar... Son los deseos que compartimos estos días.
Teresa Cenarro
TERESA CENARRO
PEDIATRA
"Echo en falta a la gente, a mi familia, a mis amigos y a mis pequeños pacientes por la consulta, también los besos y los abrazos. Y pasear por el Moncayo", apunta esta pediatra zaragozana.
"Lo primero que me gustaría hacer es comer todos juntos el domingo en casa; ir a ver a mi sobrino más pequeño Mauro, que es el único que vive en Zaragoza, y achucharlo... Y volver a mi pueblo de adopción, San Martín de la Virgen del Moncayo, el mejor pueblo del mundo. Quiero ir a ver a la Pilarica. El confinamiento me ha enseñado que lo mejor está en las cosas más sencillas".
ANA ÍNIGO
PROFESORA DE INGLÉS
"No estábamos preparados para esto. No nos podíamos imaginar que estaríamos semanas sin salir de casa y dando clases ‘online’. Está siendo un aprendizaje para todos, profesorado, alumnado y familias".
Ana permanece en su casa de Zaragoza, con su marido y sus dos hijas, de 18 y 22 años. Lo que más echa de menos es poder ver a sus familiares que viven fuera (en Madrid, Valencia y Alicante). "Los sábados hacemos videollamada y tomamos el vermú juntos, así nos vemos. En verano nos gustaría ir a la playa, pero ahora es secundario y nos parece que queda muy lejos".
FERNANDO BARCELÓ
CICLISTA PROFESIONAL
El ciclista oscense cumple su tercera temporada en las filas del Cofidis. El confinamiento por el coronavirus le tiene recluido en su casa, donde entrena haciendo rodillo. "Es la primera vez que siento que no estoy trabajando»" reconoce y esboza una sonrisa ante la perspectiva de sacar la bicicleta a la calle.
"Voy a volver a disfrutar encima de una bicicleta. Llevar una rutina acorde a mi trabajo. Sentirme deportista y ciclista. Ya llegarán las competiciones. Creo que podremos con todo, saldremos de esto más fuertes y más unidos si nos lo proponemos como sociedad y como individuos".
JORGE ISIEGAS
TORERO
"El confinamiento lo estoy llevando bien dentro de lo difícil que es hacerse a la idea de la situación tan triste que vive el país y la incertidumbre del sector taurino. Así que aprovecho para acabar la universidad con clases y exámenes ‘online’, intento hacer ejercicio casi a diario, coger los trastos de torear para mejorar y pulir matices. También cuido mi alimentación para no coger peso", explica.
"Sin duda, lo primero será torear. Añoro las ilusiones, miedos y sueños de cada temporada y torear en el campo, crecer y evolucionar toreando vacas y entrenando de salón con mi gente que me hace crecer".