en primera persona

Diario de un confinamiento: Misma fecha para mallas y bombachos

Día 43. En la desigual pugna de interés informativo, el culebrón de ‘Merlos Place’ gana por goleada a las comparencias de Fernando Simón

Una cámara delante del '2 de mayo' de Goya.
Una cámara delante del '2 de mayo' de Goya.
EFE

Que esté permitido no significa que sea obligatorio. Recuerden esto el próximo 1 de mayo mientras preparan sus zapatillas y sus mallas para salir a correr. Recuerden también que un infarto de miocardio es más letal que el virus y que, vaya, si lo que les hace felices es su vermú de torreznos untados en Nocilla en la intimidad de su terraza, pues sigan con tan sanas costumbres…

Temo que el próximo 2 de mayo sea más terrible que el 1808. Sí, el de la carga de los mamelucos que retrató Goya, en el que todo ese apelotonamiento, caos, barullo, confusión… Al menos, los soldados de la feroz caballería musulmana llevaban pantalones bombacho; el sábado se puede recrear la misma estampa pero todos en ‘culotte’.

Para motivarse, hay quienes ya se ponen a diario la música de ‘Rocky Balboa’ y buscan qué escalinata podría servir para su entrenamiento. La del parque Grande está muy vista. Quizá con la del Paraninfo (habida cuenta de lo desfondados que estamos todos) baste. No, mejor, los escalones del interior de la Biblioteca de Aragón, que tienen un grosor semejante al del papel fumar. Puede que no provoquen agujetas, pero desconciertan porque no sabes si echar un pie, o dos, o tres… Esta indecisión psicomotriz hace que parezca que bailas la ‘yenka’ para solaz de un bedel que lleva un rato vigilándote.

Pero que levante la mano estos días el que no haya jugado a ser Jane Fonda. Creo que hay más tutoriales de ejercicio en casa que colaboraciones buenrollistas de Rozalén. Hasta mi vecina (la de la Stasi) se enganchó a unos vídeos de aerobic, pero esto fue –claro– antes de los sucesos de ‘Merlos Place’. El covid no lo sé, pero este ‘affaire’ sí ha detenido por completo su vida. Creo que en unos años no recordará la pandemia ni el confinamiento, pero sí la videollamada que lo destapó todo. Miren que ella era fiel a las comparecencias de Fernando Simón, pero nada, Alexia, con su nombre de tormenta tropical y en trapos menores, arrasó con todo.

Prefiero no preguntarle si saldrá a hacer deporte el sábado. La última vez que hablamos de la ‘operación bikini’ me echó con cajas destempladas. "¿Qué fit, qué fot, ni qué niño muerto? Este año todos como marsopas y con mascarilla, te lo digo yo", me dijo mientras sutilmente me iba cerrando la puerta en la narices. De la tele del salón provenía la sintonía del programa de Ana Rosa.

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