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Aragón propone una desescalada en cuatro fases para municipios de hasta 20.000 personas

Deja fuera a las tres capitales, Calatayud, Utebo y Cuarte de Huerva, que seguirán el plan nacional. La propuesta, que acaba el 8 de junio, admite que se abran bares y comercios de forma controlada.

Javier Allué y Franscico Javier Falo.
Javier Allué y Franscico Javier Falo.
Luis Correas

El Aragón rural, tantas veces perjudicado, podría resultar ahora beneficiado en el proceso de desescalada que propone la Comunidad, un plan de cuatro fases que va eliminando el confinamiento por la covid-19 de forma paulatina, hasta el 8 de junio, en los municipios con menos de 20.000 habitantes. Quedan fuera las tres capitales de provincia, Zaragoza, Huesca y Teruel, y Calatayud, Utebo y Cuarte de Huerva. Esta propuesta materializa la que formuló el presidente de Aragón,Javier Lambán, al del Gobierno, Pedro Sánchez, que revelará hoy si acepta dar ventajas al medio rural en el plan nacional que se aprobará en el Consejo de Ministros.

El director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo, justificó este lunes la propuesta de iniciar la desescalada por el medio rural al recordar que la pandemia en Aragón está ligada a las concentraciones y densidades poblacionales. Hay territorios del interior donde "tanto la incidencia de la enfermedad como la mortalidad son muy limitadas, y es una circunstancia que, según van pasando las semanas, se va acentuando más", acotó. El límite de 5.000 habitantes para la primera fase se centra en varios condicionantes: una menor cantidad de servicios, reducción de las probabilidades de contagio y la supervisión de posibles efectos adversos.

Las cuatro fases estarán sometidas, de hecho, "al control diario de los diferentes indicadores en las zonas básicas de salud" para evitar rebrotes. Así lo aseguró el comisionado para la lucha contra la despoblación, Javier Allué, que insistió en que "la desescalada se tiene que dar y, si somos responsables, tendrá cero efectos negativos".

Aragón alberga 625 municipios, el 85% del total, con menos de mil habitantes, de los que 132 no tiene un solo comercio y más de 400 solo cinco o menos, la mayoría de hostelería y alimentación. Y esos parámetros facilitan las cosas.

Allué también hizo hincapié en que la mayoría de estas localidades han tenido una incidencia de casos graves muy reducida. Desde su punto de vista, la dispersión de población, que normalmente "juega en contra" de los habitantes de estas zonas, ahora puede ser un "beneficio" para adelantar las medidas de la desescalada. Recordó que imágenes como las que mostraban "más contacto del deseable" en los paseos con niños "no se dan en el medio rural".

Las cuatro fases

El inicio de la desescalada en municipios pequeños permitirá salir de casa pero sin abrir, de inicio, bares, comercios o centros sociales y sin permitir reuniones. De las primeras medidas, que incluyen a los municipios de menos de 5.000 habitantes (excluyendo al área metropolitana), se beneficiará el 22% de la población.

Hasta el 2 de mayo se aplicará la fase 1, en la que se propone que se permita en los municipios con menos de mil habitantes salir a la calle, acudir a huertos particulares y hacer deporte de forma individual. Se autorizaría, también, la venta de productos al aire libre o en los multiservicios.

En la fase dos, que iría del 2 al 15 de mayo si la evolución de casos es positiva, en las 695 localidades con menos de 5.000 habitantes (salvo el área metropolitana de Zaragoza) se admitirá cierta apertura comercial y de bares, para un aforo máximo de 30 personas y con 4 m2 por individuo. Se podrían reactivar, además, industrias no esenciales. En este grupo se incluye Villanueva de Gállego, Fuentes de Ebro, Cadrete, Pinseque, San Mateo de Gállego, El Burgo de Ebro, Alfajarín, Torres de Berrellén, Pastriz, Figueruelas, Sobradiel, La Joyosa, Tauste, Alagón, Andorra, La Almunia, Sabiñánigo y Binéfar, que suman casi 90.000 habitantes y suponen un 7 % de la población aragonesa. En estos momentos podría quedar fuera Binéfar por el brote de covid-19 registrado en los mataderos.

En la tercera fase, del 16 al 29 de mayo, en los municipios de hasta 5.000 (salvo en el área metropolitana de Zaragoza), se recuperaría la actividad hostelera, las empresas podrían disminuir el teletrabajo, se autorizarían actividades de cuidado y atención de personas (limpieza y peluquerías), culturales y religiosas en recintos cerrados. En municipios de 5.000 a 10.000, se podrían abrir comercios de hasta 500 m2.

En la cuarta, del 30 de mayo al 8 de junio, se ampliarían estas medidas a los que tienen entre 5.000 a 20.000 habitantes (y hasta 5.000 en el área metropolitana).

La propuesta aragonesa se basa en datos sanitarios, que revelan que desde el 4 de marzo, cuando se registró el primer paciente positivo, la Comunidad ha superado los 5.000 casos confirmados analíticamente, de los que un 45% ha requerido hospitalización y un 5% ingreso en uci, con una letalidad que ha llegado a sobrepasar el 10%. Las dos características del brote en la Comunidad, y en España, han sido el impacto en residencias y la afección a sanitarios.

En el informe se reconoce, incluso, que faltaron equipos de protección individual, material sanitario, respiradores y reactivos, por un mercado "convulso y especulativo".

En la actualidad, los expertos señalan que "la onda epidémica está en fase de descenso, con incrementos diarios por debajo del 3% y una tendencia a la moderación". Esto refleja que las medidas de contención y de distanciamiento "han evitado en gran medida el colapso del sistema asistencial". Las camas convencionales se han mantenido en un 50% y las de uci, ampliadas, "no han bajado del 30%".

Pese a ello, en el documento se deja constancia de que "son muchas las incertidumbres" que presenta el virus cuando se supere esta primera ola. Y se achaca, entre otros motivos, a que se desconoce el grado de inmunización de la población, la circulación del virus en temporada de calor y si acompañará al de la gripe en otoño. "A esto hay que añadir la escasa certeza que hay sobre la disponibilidad de vacunas, tratamientos o procedimientos diagnósticos", evidencia.

En cuanto a los principios rectores, Aragón fija como criterio de máxima prioridad "preservar la salud de la población". La propuesta se basa, por ello, en la evidencia científica, la evaluación del riesgo de contacto y en las experiencias de buenas prácticas conocidas. Se aboga además, por que las medidas adoptadas sean siempre monitorizadas por si es preciso rectificarlas, por medir los tiempos, priorizar la protección a los territorios vulnerables y favorecer la coordinación territorial y sectorial.

Aunque se acepta que las decisiones se adopten a nivel nacional, desde Aragón apuestan por identificar sensibilidades dentro del territorio e implicar a la sociedad en todas las decisiones y en los distintos niveles. Y el factor más determinante es la baja densidad de población cuando se insta a primar el distanciamiento social.

En el contexto sanitario, el 40% de los contagios se han dado en residencias, un 15% ha afectado a sanitarios y un 45% se han registrado en otras áreas. De las 120 zonas básicas de salud hay 14 que no han llegado en ningún momento a un caso grave (con hospitalización) cada mil habitantes: Lafortunada, Aínsa, Mequinenza, Benabarre, Ayerbe, Grañén, Sos del Rey Católico, Luna, Ariza, Herrera de los Navarros, Báguena, Aliaga , Sarrión y Villel. Ninguna alcanza los 5.000 habitantes. Aunque hay excepciones, y entre ellas se encuentran Biescas, Castejón de Sos, Maella, Monreal del Campo, Santa Eulalia, Alfambra o Muniesa.

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