Jorge Moncada: "Hasta final de año no se podrá recuperar del todo la normalidad"

El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón asegura que las vacaciones de este verano estarán marcadas por viajes en coche o vuelos cortos dentro de la Península.

Jorge Moncada, en su agencia de viajes, en Residencial Paraíso.
Jorge Moncada, en su agencia de viajes, en Residencial Paraíso.
Guillermo Mestre

Aragón ha reclamado al Gobierno central un plan nacional de rescate al turismo. ¿Cómo de importante es para garantizar la supervivencia del sector?

El turismo representa el 8% del Producto Interior Bruto (PIB) de Aragón, y la automoción, el 3%. Es decir, multiplica casi por tres lo que puede aportar, no solo como empresas receptoras, sino como emisoras de turistas.

¿Cómo están viviendo la pandemia las agencias de viajes de la Comunidad? ¿Habrá cierres?

Va a ser muy complicado poder salvar la temporada de verano. Hemos perdido toda la venta de Semana Santa y primavera, y ahora el reto es estirar al máximo septiembre. Vamos a intentar que la temporada se alargue hasta el 1 de octubre, ya que habrá gente que se cogerá vacaciones para entonces. Así se podría salvar algo, aunque somos conscientes de que no va a haber muchos vuelos internacionales. Se está creando un proyecto entre las agencias de viajes de las comunidades para vender el territorio, unas rutas por España que, posteriormente, se comercializarán a través de plataformas.

¿Qué cifras maneja el sector?

Es imposible saber cifras, pero la venta es cero, absolutamente cero. Tampoco es que haya posibilidades. No sabemos qué compañías van a estar abiertas ni qué países abrirán sus fronteras al turismo. Lo que sí que sabemos es que toda nuestra facturación desde septiembre de 2019 de cara a primavera y verano es ahora mismo cero. Todo son devoluciones.

¿Seguirá habiendo viajes de negocios o se sustituirán por videoconferencias?

La previsión es que comiencen a moverse entre septiembre y octubre, siempre y cuando haya grandes medidas sanitarias y de seguridad en cuanto al transporte aéreo y ferroviario y los hoteles. No creo que se cambien todos por videoconferencias. Muchas personas necesitan hablar con sus clientes. Puede que alguno se reduzca, pero si está fácil moverse y sanitariamente es posible, seguirán.

¿Será más complicado moverse fuera de Europa por el hecho de ser español y venir de uno de los países con más contagios?

Esto afecta tanto a españoles como a italianos, ingleses o belgas. Todo dependerá de la ‘publicidad’ que nos hagan, pero yo creo que estamos todos en el mismo saco. Quizá al principio fuimos de los más tocados, pero ahora todos vienen detrás. En todo caso, habría complicaciones por ser europeos, más que españoles.

¿Cuándo se podrá viajar a Estados Unidos o América del Sur?

Una vez hecha la apertura de vuelos habrá dificultades a la hora de acceder a ciertos países o continentes. Lo lógico es que se programen más viajes a Asia. Destinos como Camboya, Vietnam, Indonesia o Filipinas, que ya estaban de moda, se pondrán aún más. El Acción de Gracias de noviembre no lo veremos. Hasta final de año no se podrá recuperar, probablemente, la normalidad.

¿Cómo serán este año las vacaciones de los aragoneses?

Van a estar claramente dirigidas a lugares donde no haya que hacer un uso de un transporte público masivo. Apuesto por movimientos en coche o vuelos cortos dentro de la península: Islas Canarias, Baleares, Portugal y parte de Francia. Habrá un cambio de mentalidad total a la hora de planificar las vacaciones.

¿En qué sentido?

Los clientes demandarán más medidas de seguridad. Si son viajes internacionales solicitarán toda la información sobre el sistema sanitario. Esto hasta ahora nadie se lo planteaba. Las coberturas de seguro, que muy poca gente se molestaba en leer, se analizarán a fondo. También se solicitarán tarifas reembolsables. Las compañías aéreas van a tener que empezar a ponerse las pilas. Los hoteles también subirán sus tarifas, pero permitirán cancelar sin gastos.

¿Habrá más cambios?

Los hoteles se tendrán que adecuar a las necesidades del cliente. Es decir, procurar habitaciones con protocolos sanitarios muy bien definidos, cambiar el bufé libre por servicios en mesa o ‘room service’, menos espectáculos o con menos densidad de gente, más espacios en las piscinas...

¿Puede subir el precio de trenes y aviones?

Creo que sí. Aprovechando la coyuntura, subirán algo las tarifas. Desde luego, si los espacios o habitáculos donde vamos a viajar van a estar más restringidos en cuanto al número de personas tendrán que hacerlo.

¿La gente tendrá miedo a viajar o sucederá lo contrario?

Yo tengo mi propia teoría. Creo que el español, en general, tiene memoria muy a corto plazo. A no ser que le haya tocado de cerca y haya sufrido la pérdida de un ser querido, quienes no han padecido en sus carnes el coronavirus estarán deseando viajar. Ya ocurrió tras los atentados del 11-S.

Complicado ir a la playa

Además, el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes Aragón ve "muy complicado" poder ir a la playa este verano respetando la distancia social, como planteó la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. "Es imposible, y más en un mes como agosto. Los españoles somos como somos. En cuanto pase un mes y medio se acabó el coronavirus y todo el mundo querrá salir", augura Moncada. 

En su opinión, este verano predominarán los destinos de interior, de ahí que prevea "una buena temporada" para Aragón. Descartó, asimismo, que la crisis del coronavirus vaya a tener efectos a largo plazo en las líneas regulares y los vuelos chárter del aeropuerto de Zaragoza a pesar de los recortes de las aerolíneas. "Para enero o febrero habremos vuelto ya a la normalidad. Con sus medidas de seguridad y de adecuación, pero a la normalidad. El parón durará hasta finales de año", opinó. 

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