dudas sobre el coronavirus

¿Qué puede hacer la vitamina C frente al coronavirus?

Otro de los bulos más extendidos desde el inicio de la pandemia guarda relación con este micronutriente pero ¿qué tienen de realidad estos mensajes?

La mercancía declarada eran naranjas.
La mercancía declarada eran naranjas.
Pixabay

Sin duda ha sido otro de los mensajes más extendidos por las redes sociales y los grupos de whatsapp durante las últimas semanas, pero ¿realmente puede prevenir la vitamina C el coronavirus? Antes de dar respuesta a esta pregunta hay que explicar qué es exactamente la vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, y qué aporta a nuestro organismo.

Como explica Marilourdes de Torres, delegada del Área de Nutrición del Consejo General de Enfermería y actual coordinadora del Comité Científico de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (ADENYD), se trata de un micronutriente esencial para el organismo humano. Además, en este caso se trata de una vitamina de tipo hidrosoluble, es decir, que para sintetizarse en el organismo necesita de un vehículo acuoso.

“Se comporta como un antioxidante que protege las células del organismo contra los daños causados por los radicales libres, es decir, los compuestos que se forman en el proceso de la digestión y síntesis nutricional cada vez que nuestro cuerpo convierte los alimentos en energía”, afirma de Torres. Además, está científicamente demostrado que es uno de los coadyuvantes fundamentales en el mantenimiento del sistema inmunitario.

Pero la realidad es bien distinta a lo que, en ocasiones, se puede leer en la red ya que realmente la vitamina C no evita los resfriados y tampoco previene el coronavirus. “Lo que está demostrado es que hace las veces de protectora del parénquima pulmonar contra la oxidación celular por lo que cuando llega la época del resfriado común, la ingesta anterior de vitamina C consigue que los síntomas y las secuelas pulmonares de ese resfriado sean menores, incluso mínimas”, advierte la experta en nutrición. Algo que podría trasladarse a la infección por covid-19.

Mari Lourdes de Torres.
Mari Lourdes de Torres.
C.I.

Como explica de Torres, las secuelas y el comportamiento de este nuevo virus se siguen aprendiendo prácticamente a diario por método observacional. “Existen indicios de que este micronutriente puede contribuir a una mejora del sistema inmunológico, lo que es seguro que la ingesta de vitamina C no es perjudicial porque la oxidación celular en los órganos de estos pacientes, es un hecho irrefutable”, añade.

Esto podría explicar el hecho de que muchos de nosotros recordemos como uno de los remedios caseros tradicionales de nuestra infancia aquel zumo de naranja recién exprimido para protegernos de un resfriado. Y es precisamente en este cítrico donde podemos encontrar grandes cantidades de esta vitamina, pero no el único.

Precisamente en este punto llegamos a otro mito en torno a la vitamina C que, según la creencia popular, se evapora si no se toma el zumo rápido. Pero, ¿qué tiene de cierta esta afirmación? En 1982 un grupo de trabajo de veterinaria de la Universidad de Valencia presentaba un estudio en un congreso sobre el comportamiento que tenía la vitamina C en un zumo de dos naranjas recién exprimidas y en otro mantenido durante una hora a temperatura ambiente. “En ambos casos se apreciaba que la pérdida de vitamina C era mínima, casi inapreciable… Sin embargo, al pasarlo por el calor de un horno la pérdida sí que era notable, pero no absoluta”, reconoce de Torres.

¿Dónde está la vitamina C?

La evidencia científica es menos contundente en lo que respecta a alimentos hervidos. “El contenido de vitamina C de algunos alimentos como las verduras podría disminuir al cocinarse pero no desaparecer, algo que ocurre con otros nutrientes por lo que recomendamos no tirar el agua de cocer algunas verduras como judías verdes o col”, admite la experta. Sin embargo, recuerda que, por fortuna, la mayoría de las principales fuentes de vitamina C se comen al natural o trituradas y no requieren de cocinado.

Se encuentra en abundancia en todos los cítricos –naranja, mandarina, pomelo, lima y limón- y en otras muchas frutas como el Kiwi, el mango, la papaya, la piña natural así como fresas, frambuesas, moras, arándanos, melón y sandía”, resume. También encontramos grandes dosis de vitamina C en ciertas hortalizas como las crucíferas –col, repollo, coliflor, coles de Bruselas y berza- el calabacín y el pimiento.

Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría con la vitamina D de la cual existe una carencia generalizada en la población española, los niveles de vitamina C son adecuados. “Realmente deberían ser óptimos en todas las etapas del ciclo vital ya que la despensa de frutas y hortalizas en España, y sobre todo en Aragón, es excepcional pero la ingesta, sobre todo en adolescentes, no siempre va pareja con la oferta”, reconoce de Torres.

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