especial san jorge

"Hemos vivido otras crisis, los aragoneses no nos achicamos, somos gente muy luchadora"

Las empresas de restauración se esfuerzan al máximo durante la crisis para mantener abastecidos a sus clientes, bien a través de la distribución ‘online’ o tradicional. Lo importante es no dejar tirado a nadie, cueste lo que cueste. Desde Frescofrío, Sedovin y Enbotella están convencidos de que el futuro, aún incierto, se presenta como un reto para seguir, todos unidos, en la brecha.

María José Lamana, de Sedovin
María José Lamana, de Sedovin
Guillermo Mestre

María José Lamana, desde el supermercado a domicilio Sedovin, en La Puebla de Alfindén, reivindica con orgullo la reacción de toda su gente –desde los propietarios a los 23 trabajadores de la plantilla– ante el azote del coronavirus. "No hemos fallado en ningún momento de la crisis y, desde el principio, hemos continuado sirviendo alimentos de primera necesidad a nuestros clientes, entre los que hay personas mayores que nos han mostrado su gratitud y fidelidad", cuenta Lamana, ahora desde su casa, donde sigue trabajando.

La demanda de Sedovin, desde vinos, aceites o lácteos a preparados ‘gourmet’, basada siempre en productos de calidad y de la tierra, ha aumentado desde el inicio de la crisis casi el triple en sus ventas ‘online’. Tanto que, de momento, no solo han centrado sus pedidos en Zaragoza y Huesca, sino que han decidido ampliarlos también a Teruel. A pesar de las difíciles circunstancias, Sedovin es capaz hoy de servir pedidos en solo tres días. "Somos de aquí y cuidamos a la gente de aquí, el coronavirus es para nosotros un reto ante el que tenemos una oportunidad de mejorar y seguir mirando al futuro", comenta Lamana.

Desde Sedovin, aunque de naturaleza optimistas, no prevén la recuperación económica a corto plazo. "Somos realistas. La hostelería, el turismo... van a tardar en volver a la normalidad en un proceso que se presenta incierto". La recuperación de esta crisis será lenta, pero "no nos asusta. Ya hemos sobrevivido a otras situaciones económicas complicadas y también superaremos esta porque los aragoneses somos gente luchadora, no nos achicamos". Desde una pequeña empresa como Sedovin, la clave para vencer al coronavirus y a otras crisis es la solidaridad. "Aquí nos apoyamos unos a otros, somos una familia, y este es un valor intrínseco de esta ‘casa’, fundada hace 40 años, que hoy mantienen viva sus herederos, los hermanos María Antonia y Juan Vila Roca.

BODEGAS CARLOS VALERO. ENBOTELLA. ESPCIAL 23-A / 21-04-2020 / FOTO: LAURA URANGA [[[FOTOGRAFOS]]]
Lucas Laguens y Hugo Valero, en Enbotella
Laura Uranga

Lucas Laguens y Hugo Valero

Socios de Enbotella, tienda de vinos 'online'

Mientras el azote del coronavirus amenaza la supervivencia de multitud de empresas y negocios, en Zaragoza, dos atrevidos y jóvenes emprendedores pelean día a día por darle la vuelta al desastre para convertirlo en oportunidad. Hugo Valero y Lucas Laguens, de 22 y 28 años, respectivamente, y socios de Enbotella, una tienda de vinos ‘online’ radicada en Plaza, han sido capaces de adaptarse a la crisis y sacarle algo de jugo.

"El coronavirus ha supuesto un cambio total en la empresa de un día para otro, una auténtica explosión", afirma Valero al recordar cómo "la gente ha acudido a nosotros para conocer nuevos vinos, tanto de Aragón como del resto de España, en vez de recurrir a otros centros comerciales". Ante las dificultades para la distribución tradicional como consecuencia del derrumbe, principalmente, de la hostelería, "la respuesta de nuestros clientes ha sido espectacular y nos ha ayudado a seguir creciendo".

Enbotella, que nació en diciembre de 2018, ha multiplicado por cuatro sus ventas a particulares desde el inicio de la crisis gracias, afirma Laguens, "al enorme esfuerzo realizado por llegar a todos y cada uno de nuestros clientes". "Estamos muy contentos, –cuenta Valero–, porque a nuestro modo, entre tantas dificultades, hemos sido capaces de repartir un poco de felicidad embotellada a través del vino".

No se trata, no obstante, solo de vender más. "La crisis, –cuenta Laguens–, la hemos tomado como una oportunidad para que cuando pase de largo, Aragón y el resto de España sepan de nosotros, de nuestros vinos". "Aunque no tenemos una bola de cristal para poder vaticinar el incierto futuro, sí somos positivos porque juntos seremos capaces de salir adelante", afirma Laguens. Aunque, eso sí, "será un mañana diferente y cambiará nuestros hábitos de consumo: si han suspendido los Sanfermines, aún no imagino cómo serán unas fiestas del Pilar en el Tubo".

Juan José Torralba, en Frescofrío
Juan José Torralba, en Frescofrío
Laura Uranga

Juan José Torralba, socio de la empresa zaragozana Frescofrío

"Vamos a ser capaces de superar esta crisis porque somos una gran sociedad"

"Vamos a sufrir". Con estas palabras, pocas pero contundentes, define Juan José Torralba, socio de la empresa zaragozana Frescofrío, los efectos del coronavirus entre quienes se dedican al sector de la restauración. Suministrador de hielo, fundamentalmente, e importador y distribuidor de pescado por toda España, Frescofrío ha pasado de un crecimiento anual del 25% a una caída media de más de la mitad de la producción con el estallido de la crisis sanitaria.

Con la preocupación propia por las cifras económicas y, también importante, por la situación de sus 50 trabajadores, el panorama se atisba con incertidumbre. "Vamos a vivir un año triste, pero antes llegará un verano atípico y flojo de trabajo" porque buena parte de sus clientes, la hostelería, perdieron en solo dos semanas de confinamiento más del 60% de su actividad". "Muchos negocios –añade el directivo de Frescofrío– no van a volver a abrir cuando pase el coronavirus porque no todos van a soportar su carga financiera en tres meses". Ahora, de momento, "toca nadar y guardar la ropa. Las pymes tendremos suerte con no perder en este año que va a ser duro y triste", cuenta Torralba.

Consciente de las dificultades de tomar medidas ante la crisis, Torralba reclama al Gobierno "rebajar la presión fiscal a las empresas, que son las que generan riqueza y las que van a sacar al país adelante".

Pese a las dificultades y a la dureza de la situación, hay un hilo de esperanza y de optimismo porque se atisba "una recuperación económica más rápida que la de 2008; entonces fue una crisis más de índole cultural en la que se gastó lo que no teníamos, pero, desde entonces, en España hemos sido más responsables". "Será, no obstante, esencial quitarse el miedo al contagio y, sobre todo, aumentar nuestro sentido de pertenencia: "estamos haciendo una labor por otros y estamos convencidos de que vamos a superar este trance entre todos porque somos una gran sociedad".

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