aniversario

Conectando Aragón desde hace 96 años

La vocación de «servicio público» de Telefónica  se refuerza hoy más que nunca en una situación de excepcionalidad, no apta para celebraciones, pero sí para volver la vista atrás

Una imagen de archivo de operadoras de telefonía atendiendo conferencias y llamadas.
Una imagen de archivo de operadoras de telefonía atendiendo conferencias y llamadas.
HERALDO

Telefónica cumplió ayer 96 años de historia. Y lo hace, aún sin celebraciones, «más viva que nunca», recuerda Santos Lasaosa, responsable de Seguridad de la compañía en Aragón y Navarra. «Aporta a España una red de fibra óptica que supera a la de Alemania, el Reino Unido, Francia, e Italia juntas», asegura este testigo de excepción que lleva trabajando para la compañía desde 1985. Entonces, cuando le contrataron como proyectista de redes cobraba 23.500 pesetas. Una de las tareas de la que más se enorgullece es del primer diseño que hizo: «Fue para Rene Hilton, un holandés afincado en medio del Sobrarbe, que lloró el día que pudo hablar con su familia sin tener que ir al pueblo más cercano».

«Los empleados de Telefónica son su gran valor», defiende Ilda Gómez, que entró en la compañía en 1975 y se prejubiló a finales de 1999. «Ante cualquier situación excepcional y al ser un servicio público, ha estado siempre en cabeza para facilitar la comunicación». Eso sí, reconoce, «antes el trabajo en Telefónica era más manual y hoy es mucho más tecnológico». En su caso, empezó de empleada en la central telefónica de Sariñena (Huesca) y cuando la automatizaron, aprobó para una plaza en Teruel. Una de las pruebas, rememora, «era estar sentada y tocar a la vez dos timbres colocados a metro y medio de distancia: se necesitaban brazos largos para llegar bien a las posiciones», evoca.

Lasaosa echa la mirada un poco más atrás para situarse en el 19 de abril de 1924 cuando nació la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE). «El país sufría un retraso tecnológico de diez años con respecto al resto de Europa». Sin embargo, apostilla, 4 años después, «el 30 de diciembre de 1927 las ocho primeras operadoras de Telefónica en Aragón arrancaron el servicio automatizado interurbano de telefonía desde la central de Aragón, en el Paseo de la Independencia, 35». Zaragoza, se convirtió así, en «la cuarta ciudad de España en automatizarse, un mes antes que la ciudad de París».

Gracias en buena medida a las «chicas del cable», añade Ilda Gómez, al recordar que durante los primeros 15 años trabajó solo con mujeres y después y hasta la prejubilación solo con hombres. «Los primeros años en Teruel fueron de muchísimo esfuerzo. En 1976, cuando tenía 29 años, hubo elecciones generales. Las telefonistas teníamos que estar muy atentas por si surgía algún problema y alguien necesitaba hacer uso del servicio. En Nochevieja, la primera llamada que recibíamos era del Gobernador Civil para felicitarnos el año». La gente con teléfono, explica, «podía comunicarse mediante voz con parientes y amigos. Para empresas, bancos e industria fue un avance increíble», recuerda, y gracias al acuerdo de Telefónica con las Diputaciones Provinciales se logró que hubiera por «cada pueblo un teléfono».

Décadas de trabajo para conectar Aragón. Las mismas redes, tejidas a lo largo de casi un siglo y renovadas continuamente, destaca el responsable de Seguridad de Telefónica en Aragón y Navarra, han hecho posible atender nuevas necesidades como el ‘big data’. «La CTNE unificó todas las empresas que operaban en España canalizando los cables que transitaban por tejados y fachadas de las ciudades y comenzó así su desarrollo por todo el territorio nacional para intentar llegar al extrarradio más lejano». Ante el futuro, Lasaosa asegura que «dar servicio, la esencia de Telefónica, permanecerá siempre».

Calatayud, la primera de la provincia con central automática 

Aunque Zaragoza fue una de las ciudades más avanzadas en la implantación de la telefonía, según constata Santos Lasaosa, al frente del área de Seguridad de la compañía en Aragón y Navarra, hubo que esperar hasta 1954 para extender a la provincia los beneficios de este moderno sistema de comunicación. La central automática de Calatayud se puso en servicio aquel año y fue la primera y única durante mucho tiempo, exceptuada la de la capital.

«Las siguientes centrales automáticas ya se instalaron en los años 70. Telefónica priorizó llevar el servicio telefónico al mayor número de localidades a su automatización», señala. Eso sí, la capital aragonesa fue la cuna. «El 29 de agosto de 1924, al poco de firmar el contrato con el Estado, Telefónica adquirió las redes urbanas e interurbanas de Zaragoza. En la capital había 2.000 abonados» y la nueva central automática se inauguró el día del Pilar de 1927. «En aquellos años Zaragoza marcaba automáticamente con disco las 4 cifras que componían los números de teléfono de la capital, que sería de las primeras en retirar la maraña de cableado aéreo que cubría la ciudad y enterrar los cables». En la actualidad, Telefónica sigue extendiendo la fibra óptica por Aragón. Y España es el primer país europeo y el tercero del mundo en dotación de esta infraestructura.

El mantenimiento de la red, con tráficos de vértigo, lo primordial 

Ya la tercera semana de marzo «los datos que circulan por la red de internet alcanzaron el total de tráfico que se estimaba tener para finales de 2020», advierten desde Telefónica. «Llevamos varias semanas de tráficos equivalentes a descargarse 100.000 películas en cada hora», aseguran. Pese al 96 aniversario, la «prioridad, más allá de cualquier celebración, es el mantenimiento de la red». Más que nunca, destaca la dirección de Telefónica en Aragón es imprescindible garantizar que «puedan desarrollar los servicios esenciales los sanitarios, las fuerzas de seguridad, los empleados de residencias, el personal de la cadena de alimentación, los transportistas» sin dejar de atender ni «dar soporte a las personas para que en confinamiento puedan trabajar, estudiar, relacionarse, informarse, entretenerse». 

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, en un nuevo mensaje enviado a la plantilla, habla ya de empezar a plantearse el llamado día ‘D+1’, tras el fin de los confinamientos, en el que habrá que volver «de forma gradual, ordenada y anteponiendo la salud y la seguridad de todos». «Será más bien un recomenzar», indica, y manda un mensaje de ánimo: «Celebramos el 96 aniversario de una compañía que cada día es más joven. De esto saldremos juntos y saldremos conectados».

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