cultura

Imágenes para documentar un momento histórico (y también para evadirse de él)

Varios fotógrafos aragoneses comentan cómo están viviendo estos días, en los que publican en medios internacionales, ofrecen talleres en redes o aprovechan para poner en orden sus ideas.

Una de las elocuentes imágenes de Marcos Cebrián que pueden verse en su web.
Una de las elocuentes imágenes de Marcos Cebrián que pueden verse en su web.
Marcos Cebrián

El Papa ante una plaza de San Pedro vacía es una de esas icónicas imágenes que quedarán para el recuerdo cuando pase esta crisis. También habrá, sin embargo, estampas más costumbristas y cotidianas, con la misma carga simbólica. Los aplausos del balcón, la tensión en las Urgencias, las filas ante las panaderías… Estamos viviendo días históricos -repiten una y otra vez las teles y las radios- y los fotógrafos aragoneses son conscientes de ello. Aunque concentrados en el teletrabajo, muchos tienen que abandonar el aislamiento unas pocas horas al día para dejar constancia de cómo luchan los aragoneses contra la pandemia.

El zaragozano Marcos Cebrián puso en marcha los primeros días de encierro la iniciativa ‘Documenta tu aislamiento’, que ha tenido mucho tirón en las redes sociales. “Se me ocurrió cuando al principio del confinamiento, cuando se produjo el boom de los directos de Instagram. Desde el perfil de ‘Solo en casa Festival’ me propusieron hacer un taller de fotografía pensado para estos días. Lo empecé a usar como reclamo del taller y a la gente le pareció interesante y se lanzó a usarlo”, comenta el responsable de Zaragoza Walkers.

Cebrián se muestra sorprendido de las muy distintas formas de las que echan mano los usuarios para mostrar puntos de vistas diferentes de su confinamiento. “Es una buena forma de motivarse para hacer algo diferente cada día”, apunta el fotógrafo, que tampoco ha dejado la cámara aparcada estos días. “En mi caso salgo algún día a la calle cuando tengo algún encargo de prensa, pero paso los días en casa y con una hija pequeña. Hago fotos y vídeos todos los días y, al final de la semana, mando un vídeo resumen de lo que ha sido la semana a los abuelos -explica-. En 70 metros y sin balcón tenemos que reinventarnos para no volvernos locos y cada día intentamos hacer diferentes actividades”. Desde su punto de vista, “la fotografía es un buen salvoconducto en el hogar estos días y, además, así tenemos documentados estos días tan extraños”.

Algunas de las fotos que Cebrián hizo para la Delegación del Gobierno de Aragón fueron compartidas después por los perfiles de Desde la Moncloa y de Salud Pública, y el fotógrafo las ha colgado también en la pestaña de su web dedicado a la lucha contra el coronavirus en Aragón.

El salvoconducto de Lorena Cosba es su perro Pietro (y el carro de la compra).
El salvoconducto de Lorena Cosba es su perro Pietro (y el carro de la compra).
Lorena Cosba

Lorena Cosba, por su parte, explica que ella no está llevando a cabo un diario gráfico ni tampoco está documentando la cuarentena a conciencia. “En mi caso lo vería más como una obligación que como un entretenimiento o una válvula de escape”, explica. De este modo, “estoy aprovechando (y mucho) para hacer todas esas cosas que siempre quedan en segundo plano, esperando a tener un tiempo libre que nunca llega”. Lo que sí no puede dejar al margen es su oficio y asegura que “la cabeza y el cuerpo me piden cosas que implican usar las manos: técnicas de positivado antiguas y experimentales (sin pretensiones, por placer), probatinas con resinas, inventando herbarios, creando objetos y hasta restaurando muebles rescatados de la basura...”. Los objetos 'encontrados e intervenidos' a los que Cosba da nueva vida la han llevado a ser una de las artistas con mayor proyección como ha podido comprobarse en sus recientes residencias artísticas en Segovia o en Santiago. También ha colaborado en los últimos días en el ‘Precarifest’, “el primer festival de la pandemia que remunera a los artista”.

Pedro Hernández inicio al comienzo de la crisis un "diario difuso".
Pedro Hernández inicio al comienzo de la crisis un "diario difuso".
Pedro Hernández

Pedro Hernández combina las dos posiciones. En los diez primeros días hizo un “diario difuso de cuarentena, que consistía básicamente en hacer fotos de mi hijo de dos años Telmo". "Están colgadas en los destacados de mi cuenta de Instagram, pero no salgo a la calle a documentar la situación como tal”, comenta. En su opinión, en este confinamiento “el salvavidas de la gente está siendo principalmente el consumo de cultura, porque eso ayuda a evadirse de la cruda realidad”. En consecuencia, y ante el crudo panorama que tendrán que afrontar las actividades culturales a la vuelta, “tenemos que sacar algo en claro: la cultura es una parte vital importantísima. Así que cuando salgamos tendríamos que ir más a exposiciones, a conciertos, al teatro, al cine y recordar que, aparte de cocinar bizcochos y hacer yoga, la cultura fue lo que nos salvo en el periodo de confinamiento”, concluye Hernández.

Nieves, Nato, y Lucía, vecinas del barrio de la Madalena que se han organizado para repartir verdura fresca.
Nieves, Nato, y Lucía, vecinas del barrio de la Madalena que se han organizado para repartir verdura fresca.
Dune Solanot

Dune Solanot, fotoperiodista especializada en Derechos Humanos, acaba de comenzar la serie Ciudad Violeta, que define como "un proyecto fotográfico, narrativo y documental". "Nace en plena pandemia y trata de ser un mapa visual de Zaragoza, que documente la cultura y los valores de los cuidados", explica la autora. Su mirada se centra en "las redes afectivas vecinales, la convivencia y la solidaridad", añade. 

En la trayectoria de Dune Solanot figuran series sobre las condiciones de vida en Bolivia, los conflictos en países como Ucrania, Palestina o el Kurdistán, así como el éxodo de los refugiados en Europa. En los últimos años ha ahondado en el perfil de la fotografía activista y es responsable, entre otros trabajos, del documental “Somos Amor. Historias de familias diversas” y de la recentísima exposición “Cuerpos que faltan”, sobre físicos "no normativos", que ha podido verse en el museo Pablo Serrano. Ahora, con Ciudad Violeta, retrata pequeñas iniciativas cotidianas en torno a la pandemia, con una "mirada ecofeminista en tiempos de crisis". En una de sus primeras entregas cuenta gráficamente la historia de Nieves, que montó el colmado ecológico Sin Huella hace ya cinco años en la Madalena. Estos días de confinamiento ha decidido tomar partido y junto a vecinas del barrio ha montado una red para el reparto de verduras frescas a familias que lo necesitan. 

www.ciudadvioleta.com

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