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Vermú a domicilio y catas online ‘made in Huesca’

En Chez Marzola, una tienda de proximidad de Huesca, están creando sinergías con productores y restauradores de la zona para activar el mercado.

Elena Bernad, en las puertas de su tienda, Chez Marzola.
Elena Bernad, en las puertas de su tienda, Chez Marzola.
H. A.

Estos días, en el centro de Huesca, en pleno Coso, ha dejado de oírse el sonido de las conversaciones y las carreras llenas de risas de los más pequeños. La actividad comercial está siendo una de las grandes perjudicadas de esta crisis del Coronavirus y eso lo saben muy bien los responsables de Chez Marzola, una preciosa tienda de proximidad y detalles de alimentación que abrió sus puertas hace dos años.

Pero, lejos de venirse abajo, sus responsables, Elena Bernad y Roberto Rasal, no paran de pensar en ideas para dar salida a los cientos de productos de proximidad y kilómetro cero que llenan sus estanterías, desde pan de horno a verduras de la huerta de Huesca, lácteos o carne del Pirineo, criada por ganaderos que estos días lo están pasando muy mal.

Su última y original propuesta es poner en marcha un servicio de vermú para que los vecinos de Hueca puedan disfrutar de sus ricos productos, convertidos en tapas gracias a varios restaurantes de la zona, y sin necesidad de salir de casa. Elena y Roberto les llevarán en su original y ecológica bicicleta de madera lo que demanden. "Es una manera de poner en valor los magníficos alimentos que teneos en nuestra tierra, y también de dinamizar nuestro sector en unos momentos muy duros. Vamos a crear en nuestra cuenta en instagram (www.chezmarzola.com) una invitación para conectarnos con clientes y que disfruten de una cata con los vinos de nuestra alacena mientras toman unas sabrosas tapas sin salir de su domicilio, porque estos días hay que guardar las normas estrictamente", indica Elena.

Compras a domicilio

Desde hace tres semanas, ellos se encargan de facilitar la compra a sus clientes para que no tengan que salir de casa. Reciben los encargos y luego reparten por las casas, en una tarea que les exige mucho tiempo y que ellos hacen de una manera totalmente altruista.

Es su pequeño grano de arena en una crisis que está poniendo en jaque a sus proveedores, artesanos agroalimentarios que sufren un duro revés por la falta de ventas.

Para poder encontrar soluciones, Elena se ha puesto en contacto con otros miembros de la asociación Slow Food de Huesca, a la que pertenece, para ver cómo se podrían activar las compras estos días. Ella se fija en el ejemplo de la vecina Francia, donde este tipo de productos artesanos y de proximidad son muy valorados. "Allí, los mercados agroalimentarios han sido los últimos que se han visto afectados. Cuando todo esto pase nos gustaría seguir su ejemplo y pedir que cerca de las grandes superficies comerciales se habiliten locales para que agricultores y artesanos puedan vender su genero. Hay que poner en valor nuestros productos", concluye Elena.

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