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El precio del vacuno y el ovino se hunde un 40%, pero el desplome no llega a los supermercados

Asaja Aragón denuncia "abusos" en la cadena alimentaria de estas producciones y exige que se amplíen las medidas para minimizar la complicada situación que atraviesan los productores por el estado de alarma.

En la imagen, varios ejemplares de ganado vacuno del Pirineo.
En la imagen, varios ejemplares de ganado vacuno del Pirineo.
Heraldo

Casi desde que comenzara el estado de alarma, los productores de ovino han advertido de la complicada situación que atraviesa este sector. El cierre obligado de los establecimientos de hostelería y restauración y la pérdida de gran parte de las exportaciones han dejado sin salida al mercado a estas producciones, arrastrando con ello los precios en origen que se han desplomado hasta un 40%.

A este complicado escenario se suman, según detalló ayer Ángel Samper, responsable de Asaja en Aragón, "los abusos" que se están produciendo a lo largo de la cadena alimentaria. "Vemos con estupor cómo mientras los precios en origen tanto del ovino como del vacuno han caído brutalmente, en los lineales el coste sigue siendo elevado para el consumidor", denunció.

Así se explica, insistió el representante de la organización agraria, que el consumo también se haya desplomado. "Es indignante que mantengan esos precios, que se esté comprando el cordero a 50 euros al productor y que cuando llegue a los lineales valga tres veces más", afirmó Samper, que reconoció que la situación económica está llevando a los ciudadanos "muchos de ellos sin empleo" a optar por productos de menor precio como el pollo o el cerdo.

"La carne de ovino y de vacuno es de mayor valor y tienen un coste de producción superior, por lo que es normal que en periodos de crisis las ventas se retraigan", admitió el representante de la organización agraria, que advirtió, sin embargo, que si se adecuaran los precios en destino a las cotizaciones en origen el consumidor también podría optar a este tipo de productos con un menor desembolso.

Asaja no señala a ningún eslabón. Lo denuncia ante la administración, para que sea la Agencia de Información y Control Alimentario (dependiente del Ministerio de Agricultura) "la que haga su trabajo e investigue qué está pasando, quién está haciendo el agosto con la crisis de la ganadería extensiva y quién está especulando", criticó Samper. Y exigió contundencia a este organismo porque siempre son los eslabones más débiles –el productor y el consumidor– los que sufren este tipo de "abusos".

Más ayudas

Asaja también pide un compromiso mayor con la ganadería extensiva. Considera que las ayudas propuestas para el sector del ovino "son del todo insuficientes". Y lo son, dice Asaja, porque la partida presupuestaria destinada a compensar las pérdidas es muy inferior a la cabaña existente, por lo que solo podrán beneficiarse de ellas los ganaderos que han llevado sus animales al matadero, pero "hay otros muchos que los han tenido que dejar en el cebadero", advirtió Samper. "Las ayudas apenas llegarán a un 10% de la cabaña por lo que están muy lejos de solucionar el problema", puntualizó.

La organización agraria reclama además que se incluya al vacuno dentro de las medidas urgentes aprobadas por el Ministerio y que se permita a este sector acogerse también al almacenamiento y congelación solicitado por el ministro Luis Planas a Bruselas. Una propuesta que, sin embargo y a pesar de la urgencia que exige, todavía no ha sido respondida por la Comisión Europea.

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