covid-19

La búsqueda casi imposible de mascarillas y guantes en las farmacias

Las boticas reciben a cuentagotas los elementos de protección frente al coronavirus. Y lo que llega, lo hace a precios desorbitados.

Inés Vicente, de la farmacia Vinuesa Canals, muestra una mascarilla quirúrgica.
Inés Vicente, de la farmacia Vinuesa Canals, muestra una mascarilla quirúrgica.
Laura Uranga

Las mascarillas y los guantes se han convertido en un extraño objeto de deseo entre la población. Estos productos, que hace apenas dos meses pocos imaginaban que iban a ser necesarios, se han convertido en un bien de lo más preciado. Bien lo saben en las farmacias, adonde estos elementos de protección frente al coronavirus llegan a cuentagotas. Eso, junto a la fuerte demanda, hace que muchas hayan abierto listas de espera para vender mascarillas y guantes por orden conforme vayan llegando.

Hasta hace unos días, las farmacias tenían restringida la venta de mascarillas. Solo podían hacerlo para los pacientes que llegaban con esa prescripción en su receta electrónica, o a quien tenía algún tipo de riesgo por su patología o medicación. Esa medida fue eliminada por el Gobierno de Aragón el pasado viernes, por lo que ahora la venta es libre. El problema es que, salvo contadas excepciones, no hay producto para vender.

“Algo va llegando, pero muy poco a poco y a precios muy elevados”, lamenta Raquel García, presidenta del colegio de Farmacéuticos, quien califica de “dramática” la situación: “No podemos satisfacer las necesidades de los usuarios, y no sabemos cuándo van a entrar más mascarillas ni a qué precios”. García dice que antes de que el coronavirus apareciera se vendían “dos cajas de mascarillas cada tres meses” y que ahora la demanda es casi ilimitada.

Un paseo por varias farmacias de Zaragoza certifica esta situación. En muchas no hay ni mascarillas ni guantes. Y las que tienen mascarillas, suelen tener de las quirúrgicas, que no garantizan una protección total. Es el caso de la Farmacia Lacalle, en la calle de Santa Teresa, que las recibió ayer. “De los pedidos que hemos hecho en el último mes, que ya están pagados, no hemos recibido ni uno”, contaba Elena Lacalle. Ante esta situación, van recomendando pequeños trucos, como poner delante de la mascarilla discos de lactancia que filtran más y prolongan su vida, plancharlas para eliminar el virus o alternar el uso de las mascarillas por días y dejar desinfectando las que no se utilizan.

Elena Lacalle, de la farmacia Lacalle, con las mascarillas quirúrgicas que recibió ayer.
Elena Lacalle, de la farmacia Lacalle, con las mascarillas quirúrgicas que recibió ayer.
Laura Uranga

En cuanto a los guantes, también llegan pocos… y muy caros. “Los que han llegado ahora salen a 24 euros la caja de 100 guantes. La semana pasada estaban a 18 euros y ya nos daba vergüenza”, señala Lacalle. El alto precio que ponen los proveedores hace que las farmacias tengan que elevar los suyos, y eso que, según señalan, “apenas hay margen de ganancia”.

La farmacia María Pilar Espuny, en Fernando el Católico, ha abierto una lista de espera para vender mascarillas que ya ocupa “cuatro folios por las dos caras”, señalan Silvia Da Silva y José María Oleo. Las pocas que llegan son de las quirúrgicas, que tienen que vender a 2,6 euros la unidad, cuando antes se vendían a 30 céntimos. Hace unas semanas tuvieron 300 de las FFP2 (que evitan contagiar y ser contagiado), pero duraron una semana, y eso que se vendían con receta. “La gente se las quería llevar de 20 en 20”, cuentan.

En la Farmacia Vinuesa Canals, también en Fernando el Católico, cuenta que recibieron dos remesas en Semana Santa. Una de 200 mascarillas que ya se han vendido y otra de 50, de las que ayer quedaban 14, y eso que solo se venden dos por persona. Inés Vicente cuenta que los clientes “las piden continuamente”, pero que apenas les llegan.

“Mascarillas no tenemos y guantes, solo de la M”, señalaban ayer en la Farmacia Sagardoy, en Vía Universitas. “Hace un montón de días que no nos mandan, y es una situación lamentable porque es lo que más nos piden”, dice Javier Sagardoy. En la Farmacia Piedad Alonso Jiménez, en la calle de Mariana Pineda también han abierto lista de espera para comprar determinados productos. Ayer tenían mascarillas quirúrgicas, pero no tenían ni guantes ni alcohol, lo cual “es un problema para quien se tiene que pinchar insulina”, comentaban.

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