historias de confinamiento
Cuando esto acabe...
Abrazar, reunirse con los amigos, el sabor de una caña... son algunos de los planes que barajan estos cuatro aragoneses durante el confinamiento.
La idea de que ya queda menos, de que podremos recuperar sino toda sí los trazos gruesos de nuestra vida nos sostiene. Ese reencuentro con nombres, paisajes, sabores y sensaciones... Esa perspectiva lo impregna todo y nos da fuerzas.
Susana Casanova. Chef, 43 años.
Ha tenido que cerrar su restaurante La Clandestina, pero su filosofía ayuda: "El tiempo en casa no es tiempo perdido... es vida ganada. Con el confinamiento he notado que necesitaba descansar, mi cabeza ya fluye y mi cuerpo puede con todo". Aun así, "imagino que celebro mi cumpleaños con mi familia y que vuelvo a hablar y a reír con los clientes habituales. Quiero volver a ver a mi equipo, eso es lo que me da energía".
Enrique Lafuente. Diseñador.
Su tienda, en la calle Francisco Loscos, tiene la reja echada. Él está enfadado: "Echo de menos el respaldo de las instituciones a los pequeños empresarios y autónomos. No hay colchón que resista esto. ¿A qué esperan a darle al botón de condonación de cuotas y al parón impositivo?".Pero también hace planes: "Me escaparé a Aldehuela de Liestos dos días, a ver crecer los cereales y disfrutar del vuelo de los buitres".
Cristina Espejo. Atleta, 25 años.
La mediofondista montisonense vive confinada en León, donde se prepara y estudia Veterinaria. "Aunque me duela admitirlo, para mí el entrenamiento es secundario. Hay que aprender a priorizar y no soy egoísta". Tiene claro que cuando todo esto acabe "lo primero que haré es darles un abrazo a mis padres. Y, eso sí, espero disfrutar la caña que me tome con mis compañeros después del primer rodaje".
Ana Pilar Chicote. Farmacéutica, 52 años.
Regenta la farmacia de El Grado y estos días no para. "Aquí hay mucha gente mayor que está muy preocupada. No tengo miedo a contagiarme, pero me asusta contagiar a los demás. Por eso extremo las precauciones". Pero cuando esto acabe: «Iré a los restaurantes de la zona. Echo de menos a mis amigos, cenar, tomar unas tapas... Y hablar de otras cosas. Además, sé que sus ingresos han caído mucho. Les quiero ayudar. Yo trabajo ahora, pero luego tienen que ser ellos".