coronavirus en aragon

“Aún hay quienes se van al pueblo. Si traen el virus, pueden hacerlo desaparecer”

Los pequeños municipios, con un vecindario envejecido, recuerdan que la llegada de 'forasteros' durante la actual pandemia es muy peligrosa.

Vehículo de la Guardia Civil de Tráfico en Teruel.
Vehículo de la Guardia Civil de Tráfico en Teruel.
Heraldo.es

La Guardia Civil intensifica cada viernes, desde que empezara la cuarentena obligatoria por la pandemia, las labores de control en las carreteras. El confinamiento por decreto y el cese de múltiples sectores productivos ha empujado a muchos incautos -e insolidarios- a buscar cobijo en su segunda vivienda, bien sea en la costa, la montaña o en pequeños pueblos del interior, a pocos kilómetros de la ciudad. Bien es cierto que no se está produciendo un éxodo masivo, pero un pequeño goteo, en las circunstancias actuales, puede resultar demoledor para una localidad pequeña y envejecida.

Uno de los municipios en los que se tuvieron que adoptar medidas fue Luna, en las Cinco Villas, tal y como explica el alcalde, Fernando Martínez: “Vimos el problema desde el primer minuto, así que en seguida avisamos de que el movimiento de una localidad a otra estaba prohibido, lo anunciamos mediante un bando y a los propios vecinos, uno a uno, para que avisaran a sus familiares de fuera de que no podían venir. También hablamos con la Guardia Civil, que ha tenido que multiplicar sus esfuerzos y poner el primer fin de semana un control a la entrada del pueblo”.

La visión del médico del centro de Salud del municipio, Rafael de Pablo, es más negativa: “Estamos viendo que, aun habiendo confinamiento, sigue habiendo un goteo de personas que vienen a los pueblos. De momento no está habiendo casos de contagio, pero si sigue viniendo gente se estará creando un caldo de cultivo, una bomba de relojería. Aquí vive gente muy mayor, es una suerte de residencia abierta. Si por algún casual alguien contagiado por el virus, aunque sea asintomático, llega a un pueblo, va a hacerlo desaparecer. Suena fuerte, pero es así”.

De Pablo está tratando de concienciar a sus pacientes de los municipios cercanos: Piedratajada, Valpalmas, Marracos, Puendeluna y Lacorvilla. También está hablando con la Guardia Civil e, incluso, directamente con las personas que se han desplazado a la zona para pasar la cuarentena en un espacio más abierto que sus municipios de origen: “La gente se conoce en los pueblos y en seguida se reconoce al que viene de fuera, al que tiene una casa para pasar el fin de semana o el verano. Que todo el mundo se conciencie de que este año no hay vacaciones, que se olviden de los pueblos porque un nuevo brote en el futuro puede ser fatal. Los pueblos son muy frágiles, la mitad de la población se nos puede ir”.

El doctor considera que “hasta que no esté inmunizada la mayor parte de la gente se deberían restringir los movimientos, si hubiese una campaña de test masivos, se podrían coordinar esos desplazamientos de forma ordenada, pero lo vital ahora mismo es asegurar la salud de las personas, sobre todo de los mayores”.

“La gente no sale ni para ir al huerto”

En El Frago se pusieron manos a la obra en cuanto se decretó el estado de alarma, cuenta el regidor, José Ramón: “Hicimos un protocolo con los dos bares, ya que consideramos que podían convertirse en los focos más importantes de transmisión del virus. También trasladamos a la gente mayor, entre los hijos y el Ayuntamiento, de qué iba el asunto. Les pedimos que respetaran la cuarentena y están cumpliendo de maravilla. Lo que hacemos es estar continuamente en contacto con ellos, llevarles el pan, la comida, acercarnos a los balcones. Están llevando el encierro bien”.

En el municipio zaragozano también se encontraron con ciudadanos que decidieron saltarse la cuarentena. “Vino gente de Barcelona, parientes lejanos de algunos vecinos. También se acercaron otras personas casi de vacaciones, pero a base de insistir, poco a poco, se dieron cuenta de que esto iba más en serio de lo que pensaban. Por eso cada fin de semana temblamos. La Guardia Civil y la médico están avisando cada momento de qué va todo, haciendo pedagogía entre la gente. No queda otra que insistir”.

El edil, en la misma línea que el doctor De Pablo, concluye que “si llegase aquí el coronavirus, podrían caer todos los abuelos, tenemos muchos vecinos de 65 a 93 años, que son población de riesgo. La Guardia Civil lo está haciendo fenomenal controlando las carreteras y es importante que siga así. Si llega el coronavirus, el pueblo desaparece”.

Su homólogo de Luna, Fernando Martínez, también valora la responsabilidad de sus vecinos: “La gente se está comportando fenomenal, sale lo justo de casa a comprar. No van ni al huerto, pese a que es lo que les gustaría. Todo el mundo está sacando lo mejor de sí mismo, siendo solidario con los mayores. También las asistencias sociales lo están dando todo. En cuanto a la higiene pública, estamos sulfatando con mochilas a mano las zonas más transitadas, y cada tres días pasan los tractores también para sulfatar”.

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