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El sector taurino, maniatado por el coronavirus

El estallido de la pandemia de Covid-19 coincidió con el arranque de la temporada. Empresarios, toreros, ganaderos y el resto de gremios lamentan la falta de ayudas. 

PLAZA DE TOROS. CORONAVIRUS / 03-04-2020 / FOTO: LAURA URANGA [[[FOTOGRAFOS]]]
La plaza de toros de Zaragoza no abrirá sus taquillas este mes de abril
Laura Uranga

La pandemia del coronavirus ha embestido con fuerza a las industrias culturales, y la tauromaquia es una de las principales afectadas. La crisis sanitaria estalló en España en pleno arranque de la temporada. Olivenza fue un espejismo. La posterior cancelación de la Feria de Fallas, recién inaugurada, descubrió el duro camino hacia el desierto de las suspensiones. Castellón, Sevilla, los primeros festejos de abono en Madrid… y Zaragoza, obligada a aplazar el miniciclo de San Jorge. 

La empresa que administra el coso de La Misericordia, la UTE Tauroejea y Circuitos Taurinos, emitió hace 10 días un comunicado para confirmar que, debido a la situación que atraviesa el país, resulta inviable que puedan celebrarse los dos festejos que estaban programados para el 23 y 26 de abril. Por el momento, no se ha concretado si serán cancelados definitivamente o se darán en el futuro. Y es que, tanto la Diputación Provincial de Zaragoza como los propios empresarios entienden que es momento de estar centrados en "salvar vidas". Ya habrá tiempo para plantear el horizonte con serenidad.

"El problema sanitario es lo primero que tiene que quedar resuelto. A partir de ahí, nos vamos a encontrar con un panorama económico realmente complicado. La sociedad va a tener miedo a reunirse en espectáculos de masas y los bolsillos van a salir tocados. Nos enfrentamos a un periodo difícil, que a corto plazo puede ser peor que la crisis de 2008, pero también creo que podremos recuperarnos antes", explica Carlos Zúñiga, gerente de la plaza de toros de La Misericordia, y adelanta que ve "muy complicado" que se puedan celebrar todas las ferias que se han suspendido. 

Mañana mismo, Domingo de Ramos, estaba previsto que el festival de Ricla inaugurase la temporada taurina aragonesa por quinto año consecutivo, pero la situación de alerta sanitaria obligó a aplazar el festejo. "Vivimos la situación con preocupación e incertidumbre, pero ahora lo importante es la salud pública. Más adelante, todos tendremos que ir unidos y trabajar con ilusión para salir adelante y volver a disfrutar de la tauromaquia", comenta Ignacio Ríos, empresario del coqueto coso del Gitanillo de Ricla, antes de adelantar que tratará de buscar nueva fecha a un evento en el que estaba anunciado el también aragonés Jorge Isiegas. 

Después de tomar la alternativa en la pasada Feria del Pilar, el joven matador ha tenido que afrontar el comienzo de temporada más aciago de los últimos tiempos. "La cancelación de Ricla supuso un mazazo porque tenía una ilusión tremenda. Cuando era novillero, la plaza me acogió de forma maravillosa y tuve la suerte de torear por primera vez con las figuras y de triunfar. Agradezco al empresario que hubiese vuelto a confiar en mí en un cartel rematado", recuerda Isiegas, que desconoce cuándo volverá a enfundarse el traje de luces. 

"Cuando hablo con mi apoderado -Pablo Saugar ‘Pirri’- o la cuadrilla, apenas mencionamos los toros. Nadie tiene novedades sobre el tema taurino porque está todo parado", añade un Isiegas que trata de hacer el día a día «similar» a lo que era antes del confinamiento. "Mantengo una rutina. Por la mañana tengo clases de la Universidad ‘online’, después hago tablas de ejercicios para mantener la forma física, y por la tarde toreo un rato de salón. También veo corridas repetidas para aprender cosas nuevas", concluye el diestro zaragozano afincado en Madrid. 

La ruina de los ganaderos

El desplome económico ha salpicado a todos los gremios que abraza la tauromaquia, pero los ganaderos, probablemente, son los más perjudicados. José Luis Marcuello, representante del hierro de Los Maños, con fincas en Luesia y Sobradiel, personaliza el "desasosiego" que genera no facturar "nada" desde octubre del año pasado e ignorar cuándo se comenzará a ver la luz. 

"De momento, nos han aplazado -no suspendido- la corrida concurso de Vic-Fezensac (Francia) en la que presentaremos un toro, pero más adelante no sabemos qué ocurrirá. Nosotros solemos lidiar a final de temporada, pero quizá las ferias no se celebren y tampoco está claro que se acaben respetando los acuerdos que había hasta ahora", explica Marcuello, y lamenta que el Gobierno no les tenga en cuenta.

"Los animales siguen comiendo. Empezamos el año con 587 cabezas y ya han nacido otras 100 reses. Sin ingresos, esto es muy difícil de soportar. El panorama en el festejo popular -también tienen ganado de corro- es similar. Las fiestas de los pueblos, en muchos casos, están en el aire. Y los políticos no se acuerdan de nosotros", subraya Marcuello. 

El Real Decreto 11/2020 de 31 de marzo excluye al sector taurino de las medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del Covid-19. Dicha disposición cita a las empresas de artes escénicas, musicales, cinematográficas y audiovisuales, pero en ningún momento menciona la tauromaquia ni a aquellos negocios que, como la prestigiosa sastrería de Daniel Roqueta (Utebo) están vinculados a este espectáculo cultural. 

"Lo referido al toreo, está totalmente paralizado. Teníamos dos trajes hechos para diestros acartelados en la Feria de Fallas y aquí siguen. También habíamos recibido varios encargos para San Isidro (Madrid), que están casi terminados, y finalmente no les hemos dado salida", concreta el propio Roqueta, que desde hace semanas se centra en fabricar mascarillas -llevan hechas más de 1.000 pero se han quedado sin material- y batas de plástico para los hospitales.

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