medio ambiente

40 años sin el amigo de los animales que amó Aragón

Esta semana se cumple el aniversario de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, que hizo numerosas visitas a Gallocanta, Belchite o Añisclo. Su hija Odile acaba de publicar un libro porque "él todavía tiene mucho que decirnos".

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Una de las visitas de Rodríguez de la Fuente a Gallocanta.
Heraldo

No pocas generaciones de españoles comenzaron le deben su entusiasmo por el mundo animal. Félix Rodríguez de la Fuente fue uno de esos divulgadores con mayúsculas, que supo despertar el interés por la naturaleza y sobre todo la fauna- en nuestro país. Esta semana se cumplen 40 años del fatal accidente de avioneta que acabó con su vida en la fría Alaska y son varios los homenajes que -incluso desabaratados por el coronavirus- se le dedican.

El naturalista visitó Aragón en numerosas ocasiones, se comprometió con paisajes como el cañón de Añisclo y prueba del cariño que se le tiene en estas tierras es que en la capital aragonesa hay una fundación y una calle con su nombre. Al margen del recuero idílico de Rodríguez de la Fuente, los expertos señalan que su labor divulgadora fue fundamental en tiempos del desarrollismo, en los que apenas había sensibilidad medioambiental y, por el contrario, abundaban los proyectos tecnócratas para acabar con lagunas, marismas, encinares y espacios no lo debidamente protegidos. Muchos embalses de la época arramblaron con valles, robledales y masas de pinos y eucaliptos.

Gallocanta o los Monegros fueron también escenarios que reivindicó el amigo de los animales, gracias al conocimiento que le brindaron sus visitas y su relación de amistad con el naturalista Adolfo Aragüés, el zaragozano que fuera presidente de la Sociedad Española de Ornitología. Cuentan que Rodríguez de la Fuente su sumó a la batalla en 1975 contra una empresa que aspiraba a construir una presa en el río Bellós, en el cañón de Añisclo. Diversas entidad se sumaron a una defensa capitaneada por Peña Guara y la presión social, así como la mediática presencia del naturalista, contribuyó a detener una proyecto que intentó reactivarse de nuevo a principios de los 80.

En más de un artículo de José Antonio Domínguez publicado hace años en HERALDO también se señala que Rodríguez de la Fuente jugó una baza esencial en la paralización de un proyecto para desecar la laguna de Gallocanta. Corría el año 1978 cuando el Consejero de Agricultura de la DGA lanzó la propuesta, pero bastó la intervención del 'amigo Félix' en unas charlas científicas celebradas en Daroca para percibir el despropósito que hubiera sido aquello. Su conferencia provocó que los alcaldes y los políticos tomaran conciencia de la necesidad de hacer planes de conservación de este espacio, esecial no solo para las grullas.

Rodríguez de la Fuente también visitó Aragón en numerosas ocasiones para filmar aves rapaces con su popularísimo programa 'El hombre y la Tierra'. Por ejemplo, visitó Belchite en el verano de 1979 con la intención de captar gangas y ortegas, pues su el naturalista trabajó "sin descanso para formar a una nueva generación de jóvenes, cuyas conciencias agitó y les inculcó el amor y respeto por la naturaleza y el deber cívico de defenderla", explican en Adena, en la actualidad WWF España, que fue fundada en 1968 -entre otros- por el ecologista y divulgador de masas.

Uno de los dibujos, con anotaciones a mano, del naturalista.
Uno de los dibujos, con anotaciones a mano, del naturalista.
Heraldo

Con motivo del 40 aniversario de la muerte, la menor de sus tres hijas, la bióloga Odile Rodríguez de la Fuente, acaba de publicar el libro "Félix, un hombre en la tierra", cuya presentación hubo que cancelar la semana pasada por la pandemia del coronavirus. En esta obra, la autora explica que bucea en el legado de su padre y recoge algunas de las reflexiones de quien fue "un adelantado en su época, pero también en nuestro tiempo". En el libro, editado por GeoPlaneta, va más allá de la mera reducción al "amigo de los animales" y ahonda en el mensaje del que fue "el comunicador de más alcance en castellano de todos los tiempos". 

Odile analiza "los ejes que vertebraron tanto su visión del mundo como su personalidad" y considera que, si su padre estuviera vivo, no estaría del todo satisfecho con cómo se han ido dando las políticas medioambientales en las últimas cuatro décadas e, incluso, apoyaría los movimientos de contra la 'España vaciada' porque la vida rural es esencial para no perder el contacto con la naturaleza.

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