consumo
Móviles, robots aspiradores y televisores, los aparatos que más se estropean
Según el Barómetro de Obsolescencia Prematura de la OCU, cuatro de cada 10 artículos ni siquiera se intentan reparar principalmente por el elevado coste.
Los teléfonos móviles, las impresoras, los robots aspiradores y las teles son los aparatos que más se estropean en nuestro país, según el Barómetro de Obsolescencia Prematura elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el que se recogen las incidencias con productos que duran demasiado poco. En concreto, los móviles lideran con un 28,3% el ranquín de problemas (por fallos en la batería, en el sistema operativo y la pantalla) seguido de las impresoras con un 9,7% (los cabezales de impresión es el punto débil), aspiradores (casi un 9%, por deficiencias en la batería y el motor), televisores (un 8,3%, sobre todo por problemas con la pantalla) y tablets (un 7%).
El 42% de los problemas surgen en los dos primeros años con el artículo todavía en garantía; el 11%, en los seis primeros meses cuando se entiende que es un defecto de fabricación; y el 24%, entre los dos y tres años justo al terminar el periodo de garantía. No obstante, tal y como señala el informe, cuatro de cada diez aparatos estropeados ni se intentan reparar principalmente por el coste económico (un 27%) y la pérdida de confianza en la marca en cuestión (un 11%).
El nuevo nuevo delegado de la OCU en Aragón, el abogado Alejandro Marín, destaca que el nivel medio de reclamaciones de los consumidores en la Comunidad es más elevado que la media nacional. "Conocen mejor sus derechos y no dudan en reclamar en estas situaciones", sostiene. Además, informa de que hay un crecimiento exponencial de las quejas en general. "Según nuestros datos, 9.000 consumidores se han movilizado y realizado reclamaciones por problemas derivados con la obsolescencia programada".
Consejos antes de reparar
Marín aconseja al usuario que, antes de tomar la decisión de reparar un aparato, revise si dicha avería está cubierta por la garantía legal de dos años desde la entrega del bien y constate si existe en el producto una garantía comercial (es voluntaria para el productor) que amplíe el plazo legal. "La reparación y/o sustitución del producto debería estar cubierta por dichas garantías y no tendría coste alguno para el consumidor. Y si este opta por la reparación debe tener en cuenta que tiene a su vez una garantía de la reparación con una duración mínima de 3 meses", señala. Asimismo, recomienda que se soliciten varios presupuestos y se comparen con el coste de adquisición de un nuevo producto.
Para Marín, también es necesario un cambio de cultura de los usuarios volviendo a introducir en los hábitos de consumo el término reparar sobre el sustituir. "Y tratando de evitar este nuevo paradigma en el que adquirir un nuevo producto se identifica como un signo de solvencia ante la sociedad y un aumento de la comodidad, confort o prestaciones sobre el anterior producto", indica.
Móviles de 5 o 7 años
Por su parte, Cati Más, responsable de las cinco tiendas de Alex Moviles en Zaragoza, afirma que el volumen de reparaciones en estos establecimientos no ha bajado e incluso habla de clientes que reparan teléfonos de cinco o siete años de antigüedad. "Son aparatos buenos a los que les cambian la pantalla, por ejemplo", dice.
Cambio de pantalla, de conectores, baterías y cristales de la cámara trasera son las reparaciones más habituales. "Hacemos cualquier arreglo y damos una solución completa. Al cliente le ofrecemos un presupuesto y todas las reparaciones tienen una garantía de tres meses", resalta.
Mientras, Miguel Ángel Luque, propietario de la tienda de asesoramiento, venta y reparación de dispositivos electrónicos Luque Technology en Utebo, considera que no merece la pena arreglar una impresora de gama baja. "Ni las cojo a no ser que sea una reparación muy pequeña. Cuestan unos 50 euros y por el precio que les voy a cobrar se compran una nueva", dice.
En cuanto a los móviles, Luque ve sobre todo arreglos de cambio de pantalla y del conector de carga. "El 70% del trabajo son pantallas. Las de los últimos teléfonos del mercado se rompen antes que las de hace tres años; la calidad ha bajado. Y la garantía de dos años no cubre el mal uso del usuario", afirma. Y sobre los precios de las reparaciones, estima que un cambio de pantalla cuesta mínimo 60 euros; una batería, entre 30 y 40; y un micro USB o conector, unos 30-35 euros.
Menos talleres de reparación de teles
Jesús Belled dueño de Aratele Multiservicios, dedicada a la reparación de gama marrón (televisores, vídeo y audio) y ubicada en Las Fuentes, señala que este tipo de talleres están desapareciendo en Zaragoza capital. "Yo llevo 30 años en el oficio y ahora quedaremos seis o siete establecimientos. El producto cada vez es más económico y se repara menos. Hace 30 años un televisor costaba 100.000 pesetas, se pagaba a plazos y cuando se rompía se arreglaba. Ahora eso ya no ocurre. Se va reparando, pero no es la alegría de hace años", afirma.
El 90% de las reparaciones que hace son de estos aparatos, principalmente roturas de pantallas, fallos en la fuente de alimentación y en la placa principal (el ordenador que gestiona el televisor). "Las pantallas son muy delicadas y representan el 80% del valor del aparato. Cuestan como un televisor nuevo; por eso cuando se rompen no merece la pena arreglarlas", subraya Jesús, que asegura que sus clientes suelen ser gente mayor. "Los más jóvenes se decantan por comprar otro", añade.
En cuanto al coste del arreglo, la horquilla puede ir desde los 30 euros por una actualización del 'software' del tv hasta los 450 por cambiar una pantalla de 50 pulgadas. "La calidad de los televisores va en proporción a su coste", afirma.
