coronavirus

Ida y vuelta entre Bérgamo y Zaragoza: con mascarilla, pero en la mochila

Este miércoles ha llegado un vuelo procedente de Milán-Bérgamo y ha salido otro desde el aeropuerto de Zaragoza con ese mismo destino. Tranquilidad entre los viajeros, aunque con precaución. 

Un pasajero procedente de Bérgamo, con mascarilla, llega a Zaragoza.

Billete en la mano, mascarilla en la mochila y sensación de tranquilidad. Esa era la realidad de los viajeros que este miércoles emprendían su viaje desde Zaragoza con destino al aeropuerto Milán-Bérgamo, una de las zonas más afectadas por el brote de coronavirus en Europa. En Italia, hasta el momento, han muerto 12 personas con Covid-19. Visitas familiares, viajes de estudios, escapadas para hacer turismo o por trabajo han llevado a los pasajeros hasta la fila de facturación del avión de Ryanair, sin aglomeraciones y empapelada con recomendaciones de precaución para evitar el contagio.

María Ángeles Sevilla, muy previsora, se iba de viaje con todas esas medidas: "Llevo mascarillas, gel y también guantes". Tras facturar se ha dirigido a la fila de embarque y, antes de cruzar el arco de seguridad, ha desinfectado sus manos y se ha puesto los guantes. A pesar de actuar con cautela y de haberse replanteado el viaje varias veces en los últimos días, se mostraba animada por ir. "Mi hija, que vive en Milán desde hace años, está tranquila y voy por eso. Sus tres hijos están en casa, sin colegio", ha indicado antes de subirse al avión, un viaje programado desde hace dos meses.

María Ángeles Sevilla antes de emprender su viaje a Milán, para ver a su hija y nietos.
María Ángeles, antes de emprender su viaje a Milán, para ver a su hija y nietos.
Raquel Labodía
"Ayer nos llamaron de dos 'free tours' para avisarnos de que se cancelaban"

También en el mes de diciembre compró los billetes Carmen Cristóbal, quien en un principio iba a viajar acompañada, pero el desenlace no ha sido así. "El viaje era el regalo de cumpleaños de mi marido. Ayer nos llamaron de un par de 'free tours' que habíamos solicitado para avisarnos de que se cancelaban y él se rajó, así que me voy sola. En casa no me quedo", ha señalado antes de despedirse de su familia y pasar los controles. Esta vecina de Calahorra ha asegurado que se iba a poner mascarilla en el avión: "Llevo cuatro, dos para la ida y otras dos para la vuelta". Cumplirá con las recomendaciones, pero recuerda que ya se han dado situaciones similares en el mundo, como la del ébola.

Carmen Critóbal viaja sola a Milán, tras la baja de su marido que ha decido no viajar por los casos de coronavirus.
Carmen Critóbal viaja sola a Milán, tras la baja de su marido, que ha decido no viajar por los casos de coronavirus (aunque era su regalo de cumpleaños).
Raquel Labodía
"El miedo que transmite la gente es lo único que me asusta, más que el virus"

Tras ella, aunque un poco más preocupada, acudía a la misma fila Roberta Cancellieri, Erasmus que ha estado seis meses cursando Derecho en Zaragoza. "El miedo que transmite la gente es lo único que me asusta, más que el virus", ha afirmado. No obstante, el brote de coronavirus ha marcado su regreso a casa: "Mi familia quiere que vaya a Cerdeña en lugar de a la península porque al ser una isla no hay contagios". El destino final lo decidirá cuando llegue a Milán, en función de la situación que perciba. Desde allí le llegan noticias por sus amigos, quienes permanecen encerrados en casa. El contexto que se vive en España es diferente, aunque solo aparentemente, según defiende la italiana: "Aquí no percibía ese temor, pero me he dado cuenta de que también estaba cuando he ido a comprar mascarillas y ya se habían agotado".

Roberta (arriba) y Vidal y Carlos (abajo) son estudiantes Erasmus que terminan y empiezan su beca.
Roberta (arriba) y Vidal y Carlos (abajo) son estudiantes Erasmus que terminan y empiezan su beca.
Raquel Labodía

Unos terminan el Erasmus y otros lo comienzan. Este miércoles era el primer día de la experiencia para Vidal de la Losa y Carlos Martínez, estudiantes de Magisterio de Primaria. Empezaban la nueva etapa en mitad de una crisis sanitaria y su destino era el país europeo que más casos de coronavirus ha registrado hasta el momento: Italia. A ellos también les ha costado encontrar mascarillas, de hecho, ha sido "tan difícil" que han tenido que conseguirlas a través de contactos. "El único miedo que tenemos es que cancelen los vuelos", coincidían ambos. Los dos universitarios han estado en contacto con otros estudiantes a través de grupos de WhatsApp y en todos los foros ha reinado la "normalidad": "Una amiga que está Roma destaca que llevan la misma rutina que antes". Las universidades italianas, al menos la de estos dos zaragozanos, han dado recomendaciones a sus estudiantes y les han dicho que van a velar por su seguridad. En un principio, el único contratiempo al que van a hacer frente los jóvenes es la espera de 12 horas en el aeropuerto de Milán, ya que habían pensado visitar la ciudad durante ese tiempo.

Un avión de ida y vuelta, pero con menos pasajeros

Este miércoles ha llegado a Zaragoza un vuelo procedente de Italia y ha salido otro desde el aeropuerto aragonés con ese mismo destino. HeraldoTV ha preguntado a sus pasajeros cómo afrontaban el viaje.

En el mismo avión en el que partían estos pasajeros, han llegado hasta la capital aragonesa unas 70 personas procedentes de la región de la Lombardía. El avión no estaba lleno, iba a la mitad, según han sostenido las personas consultadas, y alrededor de un 25% hacía uso de mascarillas. O de bufandas, en caso de carecer de esta medida de protección, como Juan Lanero, también estudiante Erasmus, y Alicia Bautista. Para estos dos zaragozanos ha sido un vuelo precipitado: sacaron los billetes el día anterior a un precio muy por encima de lo que cuesta habitualmente. Cuando se han abierto las puertas de llegada han aparecido con las bufandas cubriendo su boca y nariz. "El avión iba a la mitad de pasajeros, muchos no han venido", han relatado.

Alicia Bautista y Juan Lanero a su llegada a Zaragoza, procedentes de Bérgamo.
Alicia Bautista y Juan Lanero a su llegada a Zaragoza, procedentes de Bérgamo.
Raquel Labodía

"Uno de cada cuatro iba con mascarilla", ha contabilizado Michele Moreni, que ha llegado a Zaragoza en el mismo avión con el fin de participar en FIMA. Este italiano no la llevaba puesta, pero la guardaba en la mochila por si algún cliente le pedía que se la pusiera. En las últimas dos semanas ha visitado China, Japón y Australia por motivos de trabajo y asegura que las medidas de prevención entre esos países y los europeos no tenían ni punto de comparación, dado que en Europa eran menores en comparación con Asia. FIMA también es el destino para Julia Dalfiume y sus compañeros, procedentes de Bolonia. Ella llevaba una mascarilla colgada del cuello como prevención porque desde Italia "intentan contener la difusión del virus". "Algunas empresas han decidido no mandar a sus trabajadores a la feria, pero yo vengo con el jefe y estoy tranquila", confesaba con la maleta en la mano. Esa idea la apoyaba con sus palabras: "En mi opinión es una gripe, más pesada, pero una gripe que ha generado mucha ansiedad".

Julia, Michele (participantes en FIMA) y Michele a su llegada a la capital aragonesa desde Bérgamo.
Julia, Michele (participantes en FIMA) y Michele a su llegada a la capital aragonesa desde Bérgamo.
Raquel Labodía

Michele Tavernelli, otro viajero, también ha opinado lo mismo. "Los políticos y los médicos tienen todo bajo control", ha resaltado nada más bajar del avión. Ha contado su experiencia cuando le han tomado la temperatura al llegar a Bérgamo. Estas medidas ya se han convertido en habituales en los aeropuertos italianos, confirma.

Octavilla informativa de Aena en relación a la prevención de casos de coronavirus.
Octavilla informativa de Aena en relación a la prevención de casos de coronavirus.
Raquel Labodía

Tanto a Michele, como al resto de los viajeros, los empleados de Aena les han repartido octavillas informativas, en las que se les recomienda vigilar el estado de salud en los siguientes 15 días después de viajar. Además, deben comprobar durante un tiempo si presentan una sintomatología compatible con una infección respiratoria aguda, como fiebre, tos o sensación de falta de aire. En esos casos, se aconseja quedarse en los domicilios y avisar al 061, en el caso de Aragón.

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