ARAGÓN ES EXTRAORDINARIO

Inazio Almudévar, la fabla y su Siétamo

A sus 89 años, este escritor (veterinario de formación) sigue publicando reflexiones casi a diario en internet, y siempre ha sido defensor a ultranza de la narrativa en fabla.

Foto de Siétamo
Inazio Almudévar posa frente a su casa de Siétamo.
Laura Uranga

Inazio Almudévar Zamora firma sus escritos con los dos apellidos, orgulloso como está del carácter heredado de sus progenitores. Inazio (suele firmar como Ignacio, pero está orgulloso del hablar aragonés) tiene 89 años, se hace nonagenario en este 2020 y sigue escribiendo con una periodicidad y consistencia pasmosas en su bitácora de internet, escritosdeignacioalmudevar.blogspot.com. Vive en Huesca, pero pasa largas temporadas en su casa de Siétamo, y sus hijos se van turnando a la hora de llevarlo al pueblo, cuando no lo hace su esposa Feli Bercero, que actualmente se recupera de una intervención quirúrgica y no puede coger el coche. En Siétamo, a Inazio se le ilumina el rostro, aunque no se ahorra lamentos a la hora de recordar las desgracias vividas allá en la contienda civil y la posguerra.

“Ahora –comenta Inazio– se habla poca fabla, en mi pueblo había unos cuantos que lo hacían, pero el último que la hablaba todo el rato ya ha muerto. Nací en el año 30, hace unos cuantos ya; cuando era pequeño, parecía que los elegantes tenían que hablar en castellano, y en las escuelas castigaban al que hablaba en fabla. A mí siempre me llamó mucho la atención. En el 36 nos fuimos a Ansó para escapar del frente, allí fui a la escuela varios años; en mi casa de Siétamo –señala a un imponente caserón junto a la iglesia– pusieron el cuartel y hubo muchas calamidades, se iban a llevar a muchos niños en un camión, pero un hombre del pueblo los salvó de ese viaje”.

Por Siétamo estuvo George Orwell, metido en la contienda dentro del POUM. “Se metió en aquél sindicato, ¡y no era de izquierdas! Quizá no sabías –explica Inazio– que le hirieron en la garganta, tuvo suerte porque la bala no le tocó nada vital; estuvo un tiempo en un huerto nuestro recuperándose en Alcalá del Obispo, aquí al lado, y luego pasó por Siétamo. Pasó por Barbastro y Tarragona y acabó huyendo a Inglaterra. Un hombre extraordinario, que acabó muriendo joven. En la guerra civil, los más malos estaban en las oficinas; hubo muchos muertos y también mucha gente buena en ambos bandos”.

Pasión por la lectura

El veterano escritor recuerda que le inocularon pronto el veneno de la lectura. “Primero los de casa, pero cuando tuve libertad para comprar libros, nunca paré de hacerlo. Mi padre, después de la guerra, nos hizo a los hijos una poesía en aragonés; era un cuento de Navidad en prosa rimada que se recita cada Navidad en el convento de San Miguel. Manuel Almudévar, se llamaba mi padre. Yo la leí en el Concello de Fabla y se quedaron impresionados”.

Inazio se emociona al recordar. “Ahí había un puente que se cargaron, como tantas casas y la iglesia, nosotros jugábamos en los caminos, recorríamos la vía romana; esto se llama Siétamo porque aquí estaba el séptimo miliar desde Osca. Y mi casa se salvó del fuego por la ‘señá’ Concha, que se enfrentó a los que iban a quemarla. Ahí al fondo –señala al final del pueblo, junto a la carretera– quedan las ruinas del Castillo del Conde de Aranda, ahí queda una buena parte de la muralla en pie. ¿Sabes que fui alcalde muchos años? Lo que pasa es que me cansé, al final era demasiado esfuerzo y sin cobrar una perra”. Sí cuenta con el cariño que no se paga: el de todo un pueblo.

Obra, reconocimientos, premios y sueños palaciegos inacabados

Lo dicen los demás; a Inazio no le gusta hablar mucho de sí mismo. Se le tilda de observador agudo e ingenioso, con indudables gotas de escepticismo que destila con agilidad en una prosa que intercala lo popular en lo culto, y viceversa. Da un extraordinario valor a la tradición oral, que refleja luego en sus escritos.

Entre su obra editada en formato libro destacan ‘En claroscuros’ (1980) con colaboraciones de prensa en castellano, y ‘Beyendo chirar o sol’ (1980), con trabajos en aragonés publicados en la prensa de Huesca entre mayo de 1978 y junio de 1979. Recibió un Onso de Plata en el I Premio Literario Val D’Echo (1982) con ‘O ritorno de Chorcher’.

Gran compilación

En 2005, el Instituto de Estudios Altoaragoneses editó ‘Retablo del Alto Aragón en el último tercio del siglo XX: (artículos, charlas y conferencias)’, una recopilación exhaustiva de casi 200 artículos de Ignacio Almudévar en prensa escrita y radio de Huesca entre 1965 y 2004, sobre todo en ‘nueva España’ y ‘El Diario del Alto Aragón. El libro está dividido en 7 secciones temáticas: ‘Personas y personajes’, ‘Ciudades, pueblos y paisajes’, ‘Agua y riegos’, ‘Temas literarios’, ‘Costumbres y lengua aragonesa’, ‘Temas históricos’ y ‘Temas variados’.

En septiembre de 2016, Inazio obtuvo un gran reconocimiento a su labor desde el Gobierno de Aragón. Junto con María Victoria Nicolás (el dictamen fue de victoria ex aequo) recibió el Primer Premio Chuana Coscujuela por su larga trayectoria en la dignificación del aragonés. El premio lo entregó el Departamento de Educación, Cultura y Deporte, De Inazio Almudévar destacaron entonces su carácter pionero en la defensa de la literatura en aragonés, basada en la lengua hablada en el Somontano de Huesca, así como el interés en transmitir el amor a la fabla a las generaciones posteriores. La zaragozana María Victoria Nicolás fue distinguida por su afán en revitalizar la escritura en cheso, como parte de un colectivo que también incluye a los desaparecidos Domingo Miral, Rafael Gastón y Veremundo Méndez Coarasa.

El gran tesoro

Durante sus años como alcalde, Inazio se volcó en la recuperación del entorno del Castillo-palacio del Conde de Aranda, y soñó con hacer un museo en uno de los edificios contiguos a las actuales ruinas. En ese castillo nació en 1719 el noveno conde de Aranda, Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea.

Del antiguo palacio solo quedan los cimientos, aunque han sido excavados, protegidos y cubiertos en su mayor parte; también hay un antiguo lagar en un lateral, y se eliminó del patio una vieja horca. Se conserva parte de la muralla y un torreón circular en una esquina, al que se accede por una escalera de peldaños de piedra desde la plataforma superior. En 1998 se llevó a cabo la limpieza y desescombro del entorno del castillo, así como del interior de la base del torreón, con la recuperación de los sillares que se encontraran en mejor estado de conservación.

José Luis Usé lleva menos de un mes de alcalde de Siétamo, tras coger el testigo de Vicente Crespo. Es de Arbaniés, uno de los núcleos del municipio, y tiene a Inazio Almudévar en la más alta estima. “Siempre ha sido muy relevante en Siétamo, no solo en los años de alcaldía, sino por lo que ha colaborado con el pueblo; la gente lo quiere mucho, tanto a él como a su familia. Su hijo mayor, Manolo, sigue trabajando aquí los campos de la familia”.

José Luis recuerda que el frente de Siétamo en la guerra civil fue uno de los primeros y más cruentos. “El pasado fin de semana hicimos una recreación histórica del inicio de la guerra civil, con gran aporte de datos históricos y abundante material de exposición, desde armas a uniformes, equipos de radio, documentación… la repetiremos. Y seguimos con programas culturales durante todo el año, sobre todo en teatro y club de lectura”.

Así es Siétamo

Comarca. Hoya de Huesca

Cómo llegar. Desde Huesca, capital de provincia, hay 14 kilómetros por la N-240.

Hostelería y servicios. Hay 3 bares-restaurantes: La Arboleda, la Posada de la Abadía de Siétamo y el restaurante G&M. También está la Panadería Ferrando, con dulces muy apreciados. En Arbaniés, pedanía del pueblo junto a Castejón y Liesa, está Casa Olibán (turismo rural).

Fiestas. En Arbaniés, Virgen de Agosto (14-15) y San Silvestre el 29 de diciembre. En Castejón de Arbaniés, las Santas Justa y Rufina se recuerdan el 14 de julio, y San Esteban el 26 de diciembre. En Liesa, la fiesta es el 19 de enero (San Sebastián y el 15 de mayo (San Isidro). En Siétamo, el 29 de abril (San Pedro Mártir) y el 18 de diciembre (Virgen de la Esperanza).

La Ruta de las Fuentes. Hay 7 fuentes entre todos los núcleos de población; el Ayuntamiento y los vecinos han unido fuerzas para recuperarlas y que esta ruta sirva como acto de hermandad. 

Reportaje de la serie 'Aragón es extraordinario'.

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