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Aromas del campo en la piel

Un proyecto europeo en el que participan centros especiales de empleo busca la obtención de cosméticos ecológicos a partir de plantas aromáticas.

El proyecto da trabajo a seis personas de Valentias.
El proyecto da trabajo a seis personas de Valentias.
P. S.

Desarrollar una línea de cosméticos completamente ecológicos procedentes de plantas aromáticas es el objetivo del proyecto europeo transfronterizo Spagyria, en el que participan siete entidades de España y Francia, tres de ellas aragonesas, y que lidera la oscense Valentia (antigua Atades Huesca). El proyecto, en el que están implicados también el Ayuntamiento de Huesca y la Universidad de Zaragoza, trabaja en el cultivo de diversas variedades de plantas aromáticas y medicinales que posteriormente se trituran y de las que se extraen aceites esenciales, algo de lo que se ocupan en el I3A, todo ello realizado de manera innovadora y completamente ecológica. Para ello utilizan durante ese proceso un disolvente ecológico, un gas que no tiene ningún impacto sobre las plantas y que desaparece completamente.

El proyecto se encuentra, aproximadamente, en la mitad de su desarrollo. "Estamos elaborando las primeras muestras de cosméticos, para enviarlas al Centro Medes de Toulouse (Francia), para elaborar los primeros tests de idoneidad, estanqueidad… que son previos a las pruebas realizadas sobre personas, que se llevarán a cabo en septiembre", explica Susana Ballarín, responsable de Proyectos Europeos de Valentia.

En mayo se espera llevar a cabo la cosecha de las plantas aromáticas de la plantación de dos hectáreas que Valentia tiene en Huesca. En el caso de esta entidad, las variedades cultivadas son la caléndula y la ‘Salvia esclarea’. "Para decidir qué variedad se cultivaba en cada caso, se tomaron en cuenta, tras una primera cosecha, las plantas que mejor se adaptaban al suelo en cada zona y las de mayor rendimiento ya que son necesarios alrededor de 100 kilos de cada planta para obtener unos 50 gramos de esencia aromática", detalla .

Además, del estudio de la huella de carbono en todo el proceso, Spagyria contempla la construcción de las infraestructuras necesarias para llevarlo a cabo. Así, en Huesca, Valentia ha llevado a cabo la construcción de un secadero de 100 metros cuadrados hecho de madera y paja y alimentado con energía solar.

Investigación e integración

La principal novedad de este proyecto es que en él participan tres centros especiales de empleo: Jardins de Girou de Toulouse; el centro Elkarkide, de Pamplona, y Valentia en Huesca. En ello incide Susana Ballarín: «El beneficio para la parte investigadora y para nosotros es mutuo. Las entidades investigadoras han descubierto cómo es trabajar con entidades como las nuestras y, por nuestra parte, demostramos que las personas que están en nuestros centros, son capaces de llevar a cabo labores protocolizadas», señala.

El proyecto cuenta con un presupuesto de 1,8 millones de euros, de los que el 65% procede de fondos Feder y el resto ha sido sufragado por las propias entidades participantes.

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