Universidad

Las jóvenes no eligen la tecnología: solo en dos ingenierías superan el 30% del alumnado

La falta de referentes o el desconocimiento de determinadas profesiones supone que pocas mujeres decidan estudiar aquellas titulaciones más técnicas

Avería en la calefacción del campus Río Ebro
Imagen del campus Río Ebro
Raquel Labodía

La mayoría de las titulaciones tecnológicas no cuentan con elevadas tasas de matriculación femenina. De hecho, de las 16 ingenierías que oferta la Universidad de Zaragoza, solo en dos ellas suponen más del 30% del alumnado. "Porcentajes inferiores implican ser una minoría", recalca la profesora de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de Zaragoza María Villarroya, quien también detalla que la falta de referentes o el desconocimiento de las titulaciones fomentan este bajo interés.

El próximo martes se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el que se pretende acercar a las jóvenes el interés por la ciencia y recalcar que todavía existe un "techo de cristal" que dificulta el acceso de mujeres científicas a determinadas esferas. Los datos de matriculación de la Universidad de Zaragoza ponen de manifiesto que la mayoría de las plazas de ingenierías están ocupadas por hombres. Así, ellas suponen menos del 30% en 14 de las 16 que se ofertan. Solo se supera esta barrera que Villarroya califica de "minoría", en Ingeniería Química, donde casi se alcanza el 50%, y en Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Producto, que supera el 55%. Los mínimos se marcan en las ingenierías Informáticas (con un 12% en Zaragoza y un 9% en Teruel), y Mecatrónica, que a duras penas supera el 8% de alumnas matriculadas.

Esta situación mejora en otros grados de los denominados STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Aún así, solo el 31% de los matriculados en Física son mujeres. En Arquitectura técnica se llega al 33% y en Matemáticas no se alcanza el 40%. "En ingenierías y otras titulaciones STEM no percibimos saltos cualitativos en los últimos años", reconoce Villarroya. Según los estudios realizados, explica, una de las razones por las que las chicas no se animan a estudiar estas titulaciones es la falta de referentes. "No hay grandes científicas en los libros, pero tampoco cuentan con familiares o profesores que les expliquen estas opciones con pasión", lamenta. Asimismo, reconoce que desde pequeños, se tiende a asociar las cuestiones más matemáticas y difíciles con "cosas" de hombres. Apuesta por eliminar los estereotipos de que son "materias difíciles" o un "rollo".

La consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, también recuerda estos estudios realizados en la Universidad de Nueva York y aboga por trabajar con las niñas desde pequeñas para que "puedan vestirse de científicas, imaginarse en estos puestos de mayores y ver que una ingeniera también puede curar enfermedades". Asimismo, apunta a otro estudio que subraya que como solo 3% de los premios nobeles son mujeres es muy difícil que una niña piense en ella misma siendo un referente de éxito en el mundo científico.

Su objetivo es romper esta perspectiva. Para ello el pasado viernes acudió junto a un grupo de niñas a conocer la labor desarrollada por científicas en el CITA. En Aragón también se desarrollan otros programas como ‘Una ingeniera en cada cole’. Esta iniciativa está organizada por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas de Aragón, cuya presidenta es Villarroya.

Un 40% de investigadoras

Tras el escaso interés demostrado por las jóvenes a la hora de matricularse en ingenierías, en el doctorado se producen unas cifras similares. Según los datos del curso 2018-2019, el 50% de los matriculados en doctorado científicos de la Universidad de Zaragoza son mujeres. Esta cifra supera el 67% cuando se trata de investigaciones relacionadas con la salud, desciende al 48% en ciencia básica y se reduce a casi el 34% en Ingeniería.

Al llegar al mundo laboral, ellas suponen el 41% de los contratos de investigación en Aragón; un dato que apenas ha variado en 5 años. Sí que se perciben tendencias relevantes. En la Administración Pública y la Universidad se aumenta la representatividad, pero desciende en la empresa privada. En la enseñanza superior, según los datos facilitados por Villarroya, el 24% de las cátedras están ocupadas por mujeres, mientras que hace 20 años apenas suponía el 11%. También es cierto que casi se han duplicado las cátedras existentes. Unos pequeños avances que ponen en evidencia el largo camino que todavía queda por recorrer.

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