La ciudad de Teruel vivió el ensayo del gran juicio contra Igor el Ruso

Expectación y fuertes medidas de seguridad rodearon la vista por el tiroteo de Albalate, que fue solo la antesala de otra mucho más compleja que llegará en primavera.

Igor el Ruso declaró desde una cabina blindada. En la imagen, hablando con su intérprete.
Igor el Ruso declaró desde una cabina blindada. En la imagen, hablando con su intérprete.
Javier Escriche

Teruel volverá a vivir en pocos meses el llamativo despliegue de medios de comunicación y las fuertes medidas de seguridad que rodearon este lunes el primer juicio a Igor el Ruso. La vista por el tiroteo en el que dos vecinos de Albalate del Arzobispo resultaron heridos de gravedad el 5 de diciembre de 2017 fue, al igual que el suceso mismo, la antesala de lo que vendrá después: un juicio mucho más complejo y largo en el tiempo en el que se verán las muertes a tiros en Andorra de los agentes de la Guardia Civil Víctor Romero y Víctor Caballero y del ganadero José Luis Iranzo el 14 de diciembre de aquel año.

Para los miembros de la Asociación Amigos de Iranzo -la entidad surgida tras su muerte para denunciar falta de seguridad en el medio rural-, el inicio del proceso ha sido "un mal trago", pero también, en cierto modo, un alivio. "Por fin se juzga a ese asesino", dijo a la entrada de los juzgados el portavoz, Luis Manuel Alquézar. "Ojalá le caiga la máxima pena que le piden", agregó. En su opinión, el triple asesinato no se entiende sin los hechos analizados este lunes, como tampoco se entiende que tras el primer suceso "no se lograse detener al autor". "A todas luces -continúa-, la búsqueda del delincuente fue mínima, por no decir nula". Y se mostró sorprendido por el gran número de efectivos policiales que velaron por que el juicio se desarrollara con todas las garantías de seguridad. "Aquí hay un montón de policías por Igor el Ruso, pero parece que hace dos años, cuando fue pegando tiros a dos personas, no era tan peligroso", protestó.

Aunque una gran expectación acompañaba a este primer juicio a Igor el Ruso, la vista se desarrolló rápida -duró apenas dos horas- y siguiendo el guión previsto. El acusado reconoció los hechos, como hiciera durante la instrucción, y los dos heridos revivieron el terrible episodio sufrido en la casa de campo de uno de ellos, cuando un hombre, entonces desconocido, comenzó a disparar contra ellos sin mediar palabra.

No obstante, Igor el Ruso sí sorprendió con su actitud. El acusado dejó perplejos a los periodistas y funcionarios judiciales que esperaban su llegada en los pasillos de la Audiencia. Tranquilo y sereno, el exmilitar de origen serbio, al percatarse del interés despertado, miró hacia las cámaras y sonrió. Acto seguido, hizo con los dedos el signo de la victoria, un gesto que repetiría a la salida del juicio. Un súbito murmullo llenó el espacio, dejando oír expresiones como: "Encima, con chulería".

En la sala de vistas, una treintena de personas, entre público y abogados que acudieron como oyentes, siguieron el mediático juicio.

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