Desde que el conocido como impuesto al sol fuese derogado y la nueva regulación arrojara algo de luz -nunca mejor dicho- sobre el autoconsumo energético, el sector viene notando un creciente interés por la instalación de placas solares con las que captar la energía suficiente para abastecer una vivienda o una empresa. En total han sido algo más de 800 las solicitudes tramitadas en la Comunidad durante 2019 para nuevas instalaciones solares y fotovoltaicas en fábricas, granjas y casas particulares.

En este nuevo contexto han ganado presencia las comercializadoras y las empresas ligadas a la actividad que promueven las conocidas como compras colectivas de instalaciones de autoconsumo, una práctica que lleva tiempo funcionando en Europa y que en España ya ha arraigado en comunidades como la catalana o la madrileña. Las adquisiciones en grupo permiten una reducción en los costes de compra y montaje de hasta el 30% y facilita la negociación con los proveedores.

Ahora se acaba de lanzar la primera ‘oleada’ en Aragón, con la que se quiere agrupar a varias decenas de compradores. "Se trata de unir a un total de 40 interesados, bien sean particulares, entidades privadas, asociaciones... para adquirir todos los materiales de vez. Está abierto a todo el mundo, viva en un piso en una ciudad, en una unifamiliar o en una casa en el medio rural, donde por cierto es donde percibimos mayor interés por el producto", explican desde Endef, la empresa zaragozana que promueve la iniciativa, que denominan ‘avalancha solar’.

Las placas se colocan en la azotea o el tejado de los inmuebles, siempre que el porcentaje de propietarios que exige la ley lo apoyen. Para el autoconsumo compartido, aquel que lleva energía a los moradores de distintos puntos de la geografía aragonesa, basta con que un tercio de los vecinos tengan interés y lo aprueben en junta. En cualquier caso, el montaje lo pagarán exclusivamente quienes lo usen.

El hecho de producir energía en el propio tejado no tiene por qué implicar la desconexión de la red. "El consumo a lo largo del día se nutre de la luz del sol, ajustándose a la definición de autoconsumo. Por la noche, la placa no genera energía, por lo que la electricidad llega por los cauces habituales. Eso sí, los excedentes se ven reflejados en la factura del mes siguiente bajo el término 'variable', a modo de compensación económica. Las instalaciones incluyen contadores, y en ellos se ve el consumo y la generación de energía. El excedente que resulta de la resta es lo que va a la factura", apuntan desde la compañía.

Las instalaciones vienen con aplicaciones de móvil y ordenador para hacer un seguimiento a tiempo real de la generación energética.

Costes y ahorros

Cabe destacar que, si bien el ahorro potencial es notable, en ningún momento se van a generar ingresos. Eso responde a otro modelo, requiere otras exigencias y, por supuesto, un despliegue de placas mucho mayor. No es posible hacer negocio mediante el montaje particular de placas.

Los kits de autoconsumo tienen diferentes precios, en función de si se van a ubicar en una vivienda pequeña (unos 4.000 euros) o una empresa mediana (alrededor de 32.700 euros). Entre medio hay otros equipamientos que oscilan entre los 4.800 y los 11.500 euros. En cuanto a los ahorros, la compañía que promueve la primera compra colectiva pone el ejemplo de una comunidad con 16 viviendas: con una potencia de 10kW generada por 33 paneles (53 metros cuadrados) se generaría un ahorro de 15.700 kWh, lo que en la factura anual se reflejaría en un tajo de 1.884 euros. La amortización de la instalación, siempre según las estimaciones de la empresa, tendría lugar pasados seis años y medio de la misma.