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Procesada por 28 delitos la pareja que extorsionó a tres hombres y enterró vivo a uno en Pedrola

La juez aprecia indicios claros para atribuirle a los investigados el asesinato del informático vasco en Pedrola y 2 secuestros en Luceni y Gallur. Un tercer implicado en uno de los casos quedará en libertad provisional. 

PASAN A DISPOSICION JUDICIAL LOS DETENIDOS POR EL CRIMEN DE PEDROLA / COMANDANCIA DE LA GUARDIA CIVIL ( ZARAGOZA ) / ....PIXELAR CARAS DE LA GUARDIA CIVIL .... / 05/10/2019 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]]
Uno de los detenidos por el crimen de Pedrola
Oliver Duch

Hedangeline Candy A. L., de 34 años, y Mohamed Achraf D., de 38, detenidos en octubre de 2019 por el asesinato del informático vizcaíno José Antonio Delgado Fresnedo y por secuestrar y extorsionar a dos hombres más, acaban de ser procesados por cerca de una treintena de delitos. La juez instructora del caso ha ratificado la prisión provisional contra ambos y los ha citado el próximo 30 de enero para tomarles declaración, algo que, hasta el momento, se han negado a prestar.

Junto a la pareja ha sido procesado José Antonio M. M., aunque a este –cuya libertad provisional ha decretado para el 31 de enero– solo le atribuye tres delitos por su presunta participación en la retención ilegal y robo con violencia sufridos por un vecino de La Almunia.

Se les imputan delitos de asesinato, detención ilegal, extorsión y robo con violencia.

Los tres procesados, junto a una cuarta persona que aún no ha sido identificada, formaron presuntamente una organización criminal dedicada a extorsionar y robar a hombres con los que Hedangeline Candy A. L., –conocida como ‘Bella’, ‘Angelin Candy’ o ‘Dulce Ángel’– se citaba a través de la red social Badoo para tener un supuesto encuentro sexual.

En los tres casos por los que están siendo investigados se mostraron extremadamente agresivos, espiral de violencia que culminó con el secuestro y asesinato del vecino de Guecho José Antonio Delgado, de 54 años, al que golpearon y enterraron aún con vida en un campo en Pedrola. El homicidio se cometió entre el 7 y el 8 de septiembre de 2019, aunque su cadáver no fue hallado hasta veinte días después.

Pero sus andanzas habían comenzado el 26 de julio, cuando la mujer contactó con  un vecino de La Almunia, de 37 años, al que citó en Gallur. Según recoge la magistrada en su auto, tras encontrarse con él en el punto acordado, Candy A. lo llevó a una caseta apartada en la que le esperaban presuntamente Mohamed Achraf E., alias Makaveli, y José Antonio M. M. 

Allí lo amordazaron y ataron de pies y manos con bridas y le propinaron golpes y descargas eléctricas para obligarle a decir el número secreto de sus tarjetas, que le quitaron, y se quedaron con su coche. Esta persona, a la que asiste José Cabrejas, denunció la agresión que dio origen a toda la investigación.

El 4 de agosto la investigada se citó con un vecino de Tudela, de 59 años, pero en esta ocasión quedó con él en Luceni. Como en el caso anterior, Makaveli lo golpeó y cuando trató de escapar fue perseguido por la mujer con una pistola. Tras retenerlo durante horas y llevarlo en un maletero a varios cajeros, lo abandonaron.

Peor suerte tuvo José Antonio Delgado, a quien después de causarle traumatismos craneales y torácicos, lo dieron por muerto y, probablemente en un estado de agonía, lo enterraron vivo en un campo de Pedrola. 

El Mercedes que llevaba la víctima, matriculado en el año 2018 y valorado en unos 50.000 euros, lo vendieron posteriormente a través de la plataforma de internet ‘Milanuncios.com. a un vecino de Zaragoza, que les pagó un adelanto de 11.000 euros. 

Este vecino, al no poder terminar de cerrar la venta puesto que ya no pudo contactar con los vendedores para poner el turismo a su nombre, se presentó en la Guardia Civil, acompañado de su abogado, Juan José Serra Peñafiel, para denunciar los hechos.

Para atribuirles estos hechos, la juez cuenta con datos como el reconocimiento de testigos, la geolocalización de Makaveli por una pulsera con GPS que llevaba por orden judicial para no acercarse a su expareja, grabaciones de cámaras de seguridad de los cajeros automáticos, restos biológicos del fallecido, documentos y objetos de las víctimas que tenía en su poder, piezas del vehículo del vecino de La Almunia y las armas usadas, entre otros.

En total, la magistrada procesa a la cada miembro de la pareja por un delito de asesinato o de homicidio, tres robos con violencia, tres con intimidación, tres delitos de detención ilegal, amenazas, estafa, tenencia de armas y un posible delito de pertenencia a grupo criminal. 

Explica en su auto que el elemento común a todos estos ilícitos penales es que, entre dos y cuatro personas, puestos de común acuerdo y "aprovechando los contactos que la única mujer de la banda conseguía a través de Badoo, planeaban llevar a los varones con los que se citaba a lugares aislados". 

Allí, continúa, las víctimas eran objeto del robo de todas sus pertenencias, para lo cual empleaban medios necesarios: agresiones, amenazas de daño a los mismos y a sus familiares e, incluso, en una de las ocasiones, ante la probable resistencia de una de las víctimas, la causación de su muerte".

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