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El centro del chocolate

Las cafeterías del centro de Zaragoza han crecido, como el edificio de apartamentos turísticos, frente al cierre de tiendas como el Mañico, Pelegrin y Tardio y alguna más de moda.  

Gran Café de Zaragoza. Es un establecimiento relativamente nuevo (abrió en 1998, en el local de la antigua joyería Aladrén, en la calle de Alfonso I), con decoración y vocación de café histórico.
Gran Café de Zaragoza. Es un establecimiento relativamente nuevo (abrió en 1998, en el local de la antigua joyería Aladrén, en la calle de Alfonso I), con decoración y vocación de café histórico.
CARLOS MONCíN

Llevamos unos días contando el cierre de tiendas históricas en el centro de Zaragoza, como El Mañico, Pelegrín y Tardío, y algún comercio más de moda que ya anuncia una liquidación por cierre en la calle de Alfonso I. El templo del ‘souvenir’, que vendía desde adoquines hasta baturricos o vírgenes, y la sede de los trajes para novias, madrinas y de fiesta han echado el candado o están a punto de caramelo.

La reconversión del comercio de Zaragoza lleva años sin detenerse. Este fin de semana pude disfrutar el Gran Café, entre sus grandes espejos, escaparates y un artesonado únicos, que me recordó lo que fue aquella maravillosa Joyería Aladrén, un establecimiento que se construyó en 1885 en el número 25 de la calle de Alfonso I, veinte años después de que se abriera esta vía en el siglo XIX, y se cerró en 1997, cuando era el comercio más antiguo de Zaragoza.

Para sobrellevar la tarde fría, los chocolates con churros volaban de mesa en mesa en el Gran Café, como en la única Churrería La Fama, que estaba a reventar el domingo por la tarde, o la Chocolatería Lalmolda o Valor, unos monumentos nuevos donde he visto a tantos turistas chinos congregados, casi tantos como en el Palacio de la Aljafería. Da la sensación de que el goloso zaragozano ha contagiado sus gustos invernales a los visitantes, y han cambiado el centro del adoquín por el chocolate. También se detecta el edificio de apartamentos turísticos de alquiler para visitantes cerca de la plaza del Pilar. El recambio incluye abaratar la noche. El año pasado crecieron de 138 viviendas a 315, un 128% más. Nada más bajar, ya saben dónde desayunar o merendar.

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