Turno de más de cuatro días en el centro de salud de Mas de las Matas

La enfermera Silvia Rico y el médico Michelot Lamarre entraron a trabajar el sábado y no han podido ser relevados hasta la mañana de este miércoles al quedar el pueblo aislado por la gran nevada asociada a Gloria.

Michelot Lamarre y Silvia Rico, este lunes en Mas de las Matas.
Michelot Lamarre y Silvia Rico, este lunes en Mas de las Matas.
Silvia Rico

Cuatro días con sus respectivas noches. Lo que iba a ser un turno de fin de semana normal y corriente se convirtió para el doctor Michelot Lamarre y la enfermera Silvia Rico en un 'non stop' de trabajo, incomunicados en el centro de salud de Mas de las Matas. La localidad turolense quedó aislada por los efectos de la borrasca Gloria y ambos profesionales no pudieron ser relevados de su puesto hasta la mañana de este miércoles, cuando por fin se abrieron las carreteras y la nieve dio un respiro. Mientras tanto, Lamarre y Rico se afanaron en cuidar y atender a los vecinos del municipio y de los alrededores “como unos campeones”, a juicio de Pilar Borraz, la coordinadora del centro.

La enfermera, residente en Mirambel, y el médico, con domicilio en Alcañiz, han seguido parte de este miércoles incomunicados con el resto del mundo debido a los problemas de la red de telefonía, que se va restableciendo poco a poco en el territorio después de las afecciones por las grandes nevadas de este martes. De hecho, conseguir hablar con Silvia Rico ha sido laborioso para este periódico porque su teléfono no ha dado señal durante parte del día.

A las 15.30, la enfermera ha conseguido llegar a su casa después de un trayecto que, en condiciones normales, no le lleva más de 40 minutos en coche y que en esta ocasión le ha costado “más de hora y media” recorrer. Los escasos 45 kilómetros que median entre Mas de las Matas y Mirambel por la carretera A-226 estaban llenos de nieve amontonada en los arcenes, aunque el firme estaba despejado y transitable, con la debida precaución. “Y eso gracias a que una señora de Mirambel tiene que desplazarse diariamente a Alcañiz para recibir un tratamiento con diálisis y ya el martes no pudo acudir, por lo que la UME ha tenido que limpiar la carretera”, explica Rico.

Imagen de la carretera a su paso por Bordón, en dirección Mirambel, este miércoles.
Imagen de la carretera a su paso por Bordón, en dirección Mirambel, este miércoles.
Silvia Rico

Tercera vez aislada

La 'aventura' de estos dos profesionales sanitarios empezó a las ocho de la mañana del pasado sábado, cuando entraron a un turno laboral que debía concluir a las 8.00 del lunes. Aunque la experiencia hizo que Rico, por precaución, ya viajara a Mas de las Matas “con la maleta grande”. “Es la tercera vez que me quedo aislada en mi trabajo -relata-. Hace diez años ya nos tocó quedarnos en el centro de salud cinco días, y en 2017, en Mosqueruela, otros cinco. De hecho, pedí el traslado porque estaba cansada de la nieve, pero la nieve parece que me persigue”, se ríe.

Durante este tiempo solo han tenido que salir dos veces a atender a vecinos de la zona, “aunque por suerte ninguno de los dos corría riesgo vital”. Eso sí, ambas salidas fueron auténticas odiseas en medio de un temporal de nieve como no recuerdan los más viejos del lugar. Ni la propia Rico, que afirma que en sus otras dos experiencias de aislamiento había “mucha menos acumulación de nieve”.

El lunes tuvieron que subir hasta Castellote para un servicio y lo hicieron en el Opel Astra del centro de salud, con las cadenas puestas, detrás de la tercera quitanieves que acudió a ayudarles. La primera se averió de camino y la segunda se salió de la carretera y no pudo reincorporarse a la misma, con lo que el trabajo de Rico y Lamarre se demoró desde las seis de la tarde, cuando recibieron el aviso, hasta las nueve y media de la noche, cuando consiguieron llegar al domicilio. “Era un aviso urgente, pero no vital. Imagina si es un parto, o un ataque cardiaco, o cualquier otra emergencia”, se queja la enfermera. Además, destaca que en el puesto de la Guardia Civil del municipio no había nadie. “Cuando llamamos para avisar de la salida y pedirles acompañamiento, los agentes nos dijeron, más o menos, que nos fuéramos, y que ya nos recogerían si nos quedábamos tirados. Supongo que estarían desbordados, pero si a unos sanitarios les dicen eso, qué no les dirían al resto...”, se pregunta.

El martes, la urgencia les llegó desde La Ginebrosa, y también tuvieron que esperar a la quitanieves que llegaba de Alcañiz, a la que siguieron, al igual que un coche con cuatro trabajadores de mantenimiento de carreteras que aprovecharon el desplazamiento de los sanitarios para rescatar la máquina que se había quedado varada la víspera en el arcén. Y una vez en el pueblo, explica Rico, la aventura continúa, porque son municipios “muy empinados” a los que no solo hay que llegar por una carretera medianamente despejada, sino que después es necesario recorrer unas calles intransitables y resbaladizas, con maletines médicos “y, a la vuelta, con un paciente que menos mal que podía desplazarse por su propio pie”. Paciente que todavía hubo que desplazar hasta el hospital de Alcañiz, donde quedó ingresado.

Los servicios de mantenimiento de carreteras retiran una máquina quitanieves atascada en la nieve.
Los servicios de mantenimiento de carreteras retiran una máquina quitanieves atascada en la nieve.
Silvia Rico

'Robo' de luz y vacunas en otro frigorífico

Mientras tanto, en Mas de las Matas, los servicios prestados por Lamarre y Rico fueron los propios de una gran nevada: caídas, alguna rotura, magulladuras varias... En conjunto, “consultas más o menos normales”.

Pero durante casi cinco días de aislamiento, las preocupaciones y los detalles no son pocos, ni baladíes. Por ejemplo, el mantenimiento de las vacunas y otros medicamentos que precisan frío para su conservación. “El martes nos quedamos sin luz, desde las seis de la mañana hasta las dos de la madrugada de este miércoles. Ni en el pueblo, ni en los alrededores. Tuvimos que 'robar' luz de la residencia de ancianos, que tiene un grupo electrógeno, y así por lo menos disponíamos de un par de focos para alumbrarnos. Y las vacunas fueron a su frigorífico; si no, ahora estarían en la basura”, relata Silvia Rico.

Silvia Rico, este lunes limpiando la nieve acumulada en el coche del centro de salud.
Silvia Rico, este lunes limpiando la nieve acumulada en el coche del centro de salud.
Silvia Rico

Sin luz, y también sin teléfono. Cuenta esta enfermera que Movistar fue la primera compañía que falló, pero Vodafone todavía daba línea, con lo que pudieron seguir manteniendo comunicaciones externas. Pero pasadas unas horas, esta compañía también dejó de prestar servicio, probablemente a causa de la acumulación de nieve en los repetidores. “Menos mal que aguantó Netllar, que es un proveedor de comunicaciones local y gracias a él pudimos desviar todas las líneas a uno de los móviles que teníamos”, explica. Móviles que, por otra parte, al no tener luz, cargaban conectándolos a los ordenadores portátiles, y cuyas baterías aguantaron durante todo el aislamiento.

Silvia admite que ella podría haberse ido, ya que en el municipio turolense residen otros dos enfermeros que habrían podido relevarla. No así su compañero, único médico en el lugar durante su turno de trabajo. Sin embargo, esta profesional no abandonó su puesto hasta hoy, aunque, en caso de haberlo hecho, se habría tenido que quedar en Mas de las Matas ante la imposibilidad de desplazarse hasta Mirambel. Ahora, Silvia Rico y Michelot Lamarre descansan merecidamente, antes de entrar en unos días, como si nada hubiera pasado, a su próximo turno de trabajo.

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