La central térmica de Andorra agotará su carbón en 40 días. Fuentes de Endesa confirmaron ayer que actualmente quedan 150.000 toneladas, una cantidad que, al ritmo actual, con un grupo de trabajo, se acabará "entre el 10 y el 15 de febrero". Pese a que la central ha estado unos días parada, actualmente vuelve a trabajar con un grupo. La fecha exacta variará, por tanto, en función de si se producen o no nuevos parones, circunstancia que vendrá marcada por la evolución del mix energético.

La planta cerró 2019 con una producción de 1.536 gigavatios hora, menos de la mitad que los registrados en 2018. Se trata, según explicaron desde Endesa, de la menor producción de la serie histórica. Fuentes de la eléctrica reiteraron que la térmica estará "disponible" hasta el 30 de junio y que, entre tanto, se irán produciendo nuevas recolocaciones. La intención, según detallaron, es llegar a esa fecha con "unos 70 trabajadores" y que estos se incorporen de manera "inmediata" a las labores de desmantelamiento.

La plantilla de Endesa insiste en que la compañía debe aclarar cuántos trabajadores se quedarán en Andorra. Aunque los representantes sindicales se reunieron antes de Navidad con el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner, los empleados siguen a la espera de que se especifique todo lo presentado. "Dicen que, una vez termine la fase de construcción, habrá 138 empleos, pero no se si serán para el personal propio o para las subcontratas", resaltó el secretario general de UGT en Teruel, Alejo Galve.

La eléctrica sigue a la espera de que el Ministerio para la Transición Ecológica autorice el cese de actividad de la planta y aclare a quién se adjudicará la capacidad de evacuación de la central, un aspecto clave para su plan de acompañamiento, que contempla una inversión de 1.487 millones de euros y la creación de hasta 4.014 puestos de trabajo durante la construcción de los nuevos parques de energías renovables.

Acuerdo de coalición

Alcaldes y sindicatos ven "con optimismo" que el acuerdo de coalición suscrito entre PSOE y Unidas Podemos incluya un punto específico, el 3.3, para la transición justa. En este apartado, socialistas y podemistas se comprometen a desarrollar planes de acción "urgente" para las comarcas afectadas por el cierre de centrales de carbón y nucleares "con calendario conocido". Esto permitirá definir escenarios "estables, predecibles y competitivos" para estas áreas. También se fomentará la inversión en innovación y tecnologías verdes y se favorecerá la formación necesaria para hacer frente a las necesidades de futuro para asegurar "nuevas oportunidades de empleo" en los territorios afectados.

Para el alcalde de Andorra, Antonio Amador, es "positivo", ya que el compromiso "ya no solo parte del PSOE", sino de Unidas Podemos, el principal socio de Pedro Sánchez en la próxima legislatura. Su ayuntamiento retomará los contactos con Endesa a partir del día 7. Reconoce, en todo caso, que enero va a ser un mes "difícil y complicado". "Le vamos a meter intensidad. Hay que ser capaces de construir un proyecto sólido que se tome de referencia en Europa", aseguró el regidor, quien apostó por diversificar para no depender únicamente de un solo sector.

"Hay que preparar el futuro de Andorra en materia de telecomunicaciones, innovación, investigación... Habrá que aprovechar cualquier empujón, venga de donde venga", añadió. Galve, por su parte,  recordó que este compromiso "ya fue adquirido" por la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, durante la anterior legislatura. Valora positivamente, en todo caso, que el nuevo Gobierno mantenga su promesa, clave para el futuro de la localidad.