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¿Las últimas Navidades con deberes en Aragón?

El debate sigue abierto entre la comunidad educativa y la familias aragonesas para acordar si se mandan o no  tareas para casa. Cada colegio tiene que definir su modelo a final de este curso.

El viernes comienzan las vacaciones de Navidad.

Las vacaciones escolares navideñas están a la vuelta de la esquina y dentro de las mochilas puede que lleguen los temidos deberes que estresan a más de una familia y hasta llegan a condicionar las actividades de los días de fiesta. Como vuelven los turrones, regresa el debate sobre si resulta aconsejable que las tareas del cole continúen en casa, tras los últimos años de polémica. ¿Se debe trabajar sobre lo que se ha aprendido en clase? ¿Es mejor descansar? ¿Las tareas han de contar como nota?

"Entendemos que no debe haber tareas como tales en vacaciones. Se deben respetar los periodos de descanso de los niños", mantienen desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de la escuela pública (Fapar), que ha venido defendiendo esta postura desde el inicio de la polémica. Reconoce que "ni todos los colegios ni todos los profesores mandan deberes". En Aragón, el departamento de Educación viene impulsando a través de una orden que cada centro decida qué modelo quiere seguir, con la participación de profesores y familias.

"Hay que encontrar un término medio. Ni no hacer nada ni cargar a nuestros hijos con tareas para esta temporada más larga de vacaciones", piden desde la Federación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fecaparagón). "En la medida de lo posible, que tengan también sus espacios de ocio pero sin perder el hábito de estudio", señalan desde la organización que agrupa a las familias de las escuelas católicas. Con la Navidad llega el fin de un trimestre y "necesitan descansar y disfrutar", pero valoran que trabajen la "cultura del esfuerzo y de la responsabilidades".

Desde la escuela pública puntualizan que "en todo caso, atendiendo a que son fechas especiales en las que en muchos casos hay una mayor vida familiar, se pueden hacer sugerencias para los niños con actividades que se puedan hacer en familia y que sean voluntarias". Entre ellas, ponen como ejemplos alguna visita a un museo u orientar a la familias sobre los regalos que pidan a sus hijos para que entre ellos haya libros y juegos educativos. Fecaparagón coincide en que se puede educar realizando actividades con la familia. 

Reflexión común

El dilema de qué hacer con los deberes se analiza actualmente en los colegios aragoneses, con la participación de profesores y familias. A estas alturas de curso, desde los centros se tendría que estar trabajando en la elaboración de un borrador, para contar cuando terminen las clases con un modelo que incorporar al proyecto educativo del colegio, con lo que en algunos de ellos podría ser el último con deberes. "Lo más importante es que se nos ha propuesto hacer una reflexión común a centros, profesores y familias", apuntan desde Aedipa, la Asociación de Equipos Directivos de Infantil y Primaria. Entre el colectivo de profesores, como en el de padres, también hay opiniones en ambos sentidos. La orden del Gobierno de Aragón que impulsa que se abra el diálogo orienta sobre el modelo, tipos de tareas, adecuación con el perfil del alumno, planificación o cómo se van a evaluar, entre otros aspectos.

Quienes son contrarios a los deberes consideran que no deberían puntuar y que se tienen que tener en cuenta los medios de cada familia. "Para los padres es estresante", confiesan desde Fapar. "Cuando delegas esa responsabilidad en la familia terminan creándose unas tensiones familiares, sobre todo, cuando no es razonable lo que se está mandando", señalan. Por eso, insisten en que "los deberes no pueden suponer una continuidad del periodo lectivo. Si los hay, tienen que ser un complemento". La asociación es contraria a justificaciones de los profesores del estilo "como no me ha dado tiempo a explicarlo lo hacéis en casa".

"Hay que entender los deberes no como tareas, con la connotación negativa que tienen, sino llamarles práctica o entrenamiento", plantea Miguel Ángel González, pedagogo de Kumon. "Es una práctica más, no entendemos que tenga que ser una carga diferente a un entrenamiento de fútbol", añade. Eso sí, siempre que sean tareas que pueda desarrollar el niño de forma autónoma, uno de los objetivos de los cursos de sus centros, dos de ellos en Zaragoza, que buscan desarrollar el potencial de los pequeños para que sean capaces de gestionar su aprendizaje. "La connotación negativa viene porque en el fondo no son retos óptimos, son tareas que en la mayoría de las ocasiones implican la colaboración del padre, madre o hermanos porque la dificultad que entraña no es fácilmente superable por los alumnos o implica una dedicación horaria superior a la que es capaz de realizar", advierte.

"Aconsejamos que se use el sentido común", añade Sergio Pérez, director de Comunicación del grupo de enseñanza Piquer. "Al final, el tiempo de vacaciones es de descanso y más en Navidad, pero recomendamos que se haga un seguimiento para evitar que haya contenidos que se queden colgados desde el principio de curso", aconseja. Coincide en que los alumnos tienen que aprender a ser responsables de sus trabajos. "Que la dependencia de los padres y profesores sea menor", apunta. Durante estas vacaciones organizan seis días de Colegio de Navidad, para reforzar conocimientos y mejorar hábitos y técnicas de estudio. Porque dentro de las carteras también llegarán las primeras notas de este curso. Otro debate que falta por abrir.

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