Policía

Plantaciones, pisos, naves y peñas: 49 grandes incautaciones de marihuana en Aragón en lo que va de año

La tendencia es similar en el resto del país, lo que ha llevado a Interior a triplicar sus trituradoras de biomasa para poder destruir la droga confiscada.

La plantación de marihuana en Aljafarín.
Una plantación de marihuana intervenida en Alfajarín.
Guardia Civil

No hay mes en que no trascienda una incautación de marihuana de gran empaque en Aragón. De hecho, con los datos de 2019 en la mano, se podría afirmar que prácticamente cada semana tiene lugar una intervención policial motivada por el cultivo, tráfico o tenencia de esta droga. Desde el 1 de enero y hasta esta semana se han registrado al menos medio centenar de confiscaciones de alijos en las tres provincias aragonesas, a las que se suman otras detenciones por la tenencia de pequeñas cantidades.

Lo cierto es que las operaciones las lleva a cabo tanto la Guardia Civil como de la Policía Nacional. Pero desde la Benemérita achacan este aumento en las incautaciones no tanto a que la marihuana se haya convertido en un negocio 'refugio', pues es fácil de plantar y con ella se obtienen beneficios económicos rápidos, sino a que se ha intensificado la vigilancia en este ámbito. "El incremento en incautaciones no viene por un mayor número de plantaciones en el territorio sino a una mayor labor policial", indican fuentes del Instituto armado.

En las labores de búsqueda de plantaciones en Aragón todavía no se han empleado drones, una herramienta que sí ha sido aprovechada en otras comunidades debido a lo económica que resulta y al abanico de posibilidades que abre, pues permite poner los ojos en una azotea, por ejemplo, sin hacer un gran despliegue logístico. Sin embargo, sí se ha sobrevolado el territorio en helicóptero, logrando marcar y localizar objetivos.

Los grandes volúmenes incautados en toda España han llevado al Ministerio del Interior a adquirir 14 trituradoras de biomasa para deshacerse de las plantas, triplicando de este modo las que ya tenía. Algunas provincias como Granada cuentan con un aparato propio, algo que no ocurre en Aragón, donde lo habitual es que el material confiscado lo destruya una empresa autorizada ubicada en el término municipal de Morata de Jalón.

Cultivos de exterior e 'indoor'

Hace dos semanas se desmanteló la mayor plantación de este cultivo en Aragón. Un grupo de origen albanés protegía las 16.000 plantas en una zona boscosa de difícil acceso entre los pinares de Agüero y Murillo de Gállego. Los detenidos habían desplegado un gran campamento para vigilar de forma continua las plantas y llevar a cabo la recolección. Se habían provisto de una gran cantidad de víveres no perecederos e incluso habían fabricado su propio horno de piedra. No ha sido la única gran plantación encontrada a cielo descubierto, aunque lo más habitual es que los grandes brotes se mantengan a cubierto en invernaderos o naves industriales. Cuarte de Huerva, El Burgo de Ebro o La Muela son tres municipios en los que a lo largo de este año se han destapado importantes cultivos.

Las intervenciones policiales han llevado a los agentes a destapar narcopisos -son el método más habitual dentro de las ciudades de cierto tamaño-, pero también a encontrarse con situaciones de lo más peculiar, como el kilo de marihuana escondido en un altavoz de un coche en Pina de Ebro, cuyo fuerte olor 'cantaba', o los casi tres kilos camuflados en una garrafa llena de aguardiente, que no logró despistar a los policías apostados en la estación de Delicias. Dos peñas juveniles de Utebo y Pedrola en las que se cultivaba y mercadeaba tampoco se libraron de las pesquisas.

Fraudes a las eléctricas

Hay dos factores -además de las investigaciones y denuncias- que suelen llevar a los agentes hacia un cultivo más o menos extenso de cannabis: el olor y la presencia de sospechosos enganches eléctricos en el exterior.

Según destacan desde Endesa, la proliferación de cultivos de cannabis en los últimos años es un factor que multiplica el fraude a las compañías eléctricas: "Las plantaciones van frecuentemente acompañadas de enganches ilegales a la red eléctrica, que pueden llegar a generar importantes interrupciones de suministro a los núcleos de población en los que se llevan a cabo. Una vivienda utilizada como plantación ‘indoor’ de marihuana consume el equivalente a 20 hogares y la concentración de estos cultivos en determinadas zonas llega a saturar la red".

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