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Emotivo homenaje póstumo a José Bermejo, un catedrático "atruista" y "vocacional"

Falleció cuando jugaba un partido de fútbol con los veteranos de la Universidad de Zaragoza. 

La familia de José Bermejo junto al rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral.
La familia de José Bermejo junto al rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral.
Ayuntamiento de Zaragoza

Maestro y jurista vocacional, pero también deportista, conversador, espontáneo, y "una ONG ambulante". Así era el catedrático emérito de Derecho Administrativo José Bermejo Vera, que falleció este verano a los 73 años de manera repentina cuando jugaba un partido de fútbol con su equipo de veteranos del campus. Familiares, amigos y profesionales se reunieron este martes en la Universidad de Zaragoza para rendirle homenaje, un acto en el que se destacó su faceta profesional, pero también la personal.

María Victoria Latre, su mujer, recordó su vocación por la docencia y su primera vez en este campo con unos 15 años, cuando daba clases de latín y francés en el barrio de Delicias, en el que había nacido: "Casi seguro que lo hacía de manera altruista, era una ONG ambulante".

Asimismo señaló que a Pepe, como lo conocían sus familiares y amigos, "nada le pareció más gratificante que sentar cátedra en esta Universidad". Algo que, según el rector José Antonio Mayoral, logró sin lugar a dudas: "Supo crear escuela y prueba de ello son todos los discípulos que están aquí". 

Ángel Garcés, su discípulo más veterano, destacó la fortaleza de ánimo, carácter fuerte, honradez e independencia de criterio de Bermejo; mientras que Elisa Moreu, la más joven, se centró en su faceta más personal, mencionando "su carácter conversador y su presencia acaparadora". Una de sus últimas charlas se produjo tras la reunión del Consejo Consultivo de Aragón, organismo que él presidía. Este cargo junto al de secretario general de la Universidad de Zaragoza en los años 80 fueron los únicos que ostentó.

Fue nombrado cadete honorífico, una distinción a las personalidades civiles por su afecto, compromiso y apoyo a la Academia General. "Lo acompañé a la jura de bandera", mencionó Guillermo Fatás, catedrático emérito de Historia Antigua y asesor editorial de HERALDO. Juntos colaboraban en diversos trabajos jurídicos en los que Bermejo necesitaba el asesoramiento de un historiador. Además compartieron una enriquecedora amistad.

Más allá del ámbito jurídico, el fútbol era otra de sus pasiones, una cuestión recordada por muchos de los presentes, entre ellos, su compañero Fernando López: "Fue la única persona que consiguió que viera un partido casi completo". Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza, señaló que, cuando se encontraba con Bermejo, solo le preguntaba por su padre y por cuándo sería la próxima comida de exfutbolistas del Real Zaragoza. 

En este ámbito, el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, evocó alguna promesa que finalmente no pudieron cumplir: una tertulia con Alfredo di Stéfano. "Tampoco pudimos tener un encuentro en Pradilla. Él iba a llevar el jamón y yo el vino", lamentó.

"No era anodino, le vamos a echar mucho de menos", subrayó su esposa, que acompañada por sus hijos, José Luis, también profesor del campus público aragonés, y Lorena, recibió a título póstumo la insignia de oro por parte de la Universidad de Zaragoza.

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