elecciones generales

La alcaldesa del pueblo en el que en invierno viven tres personas: "La política no me obsesiona, pero es necesaria"

Pilar Aguilar Palacio (Utrillas, Teruel, 1944) es alcaldesa de Maicas (Teruel).

Pilar Aguilar, los ojos que miran Maicas.
Pilar Aguilar, los ojos que miran Maicas.
Guillermo Mestre

Pilar Aguilar es la alcaldesa de Maicas (Teruel). Este 10 de noviembre, sus vecinos, igual que en los 8.131 municipios de España, están convocados a las urnas.

Maicas es un municipio un tanto especial, pues solo estamos censados 37 vecinos. En invierno solo duermen tres personas en el pueblo: un matrimonio, Asunción y Néstor; y Miguel, que trabaja para las Cuencas Mineras y tiene panales de abejas. Los demás, casi todos en Zaragoza.

Las votaciones serán tan singulares como el propio pueblo…

Hay que cumplir con unas normas, ya sea el municipio pequeño o grande. Para todas las elecciones hay que buscar nueve personas censadas en Maicas: tres para formar la mesa, otros tres suplentes, y otros tres suplentes de los suplentes.

Casi medio censo municipal, en la mesa electoral…

Espere, que aún hay más. También es imprescindible un interventor, además de gente que nos ayude a montar y desmontar la mesa, la cabina para quien prefiera coger la papeleta en secreto…

Cuanto sigilo…

Votamos en la biblioteca, que está en el Ayuntamiento. En las elecciones del domingo integrarán la mesa Azucena Pellicer, que es hija mía, y Azucena Aguilar, que es mi hermana. Como presidente de mesa, José Luis Polo.

¿Participa mucho la gente en las elecciones?

En los últimas generales votamos 21 sobre 35 censados (ahora somos 37). Incluso votó gente por correo desde Francia y Barcelona.

¿Qué partido ganó?

El PSOE obtuvo 10 votos; el PP, cinco; Podemos tres; Ciudadanos, dos; y Vox, uno.

¿Varía el voto respecto a las elecciones municipales?

Son dos elecciones totalmente diferentes, en las municipales se vota a la persona más que al partido.

Usted arrasó en las municipales…

Era la única que podía arrasar (sonríe), pues era la única que me presenté. Y claro, salí elegida (continúa sonriendo).

Casi hubo unanimidad...

Dice bien, casi: hubo dos votos en blanco y uno nulo. Ya llevo 12 años como alcaldesa.

Es la única edil del Consistorio. ¿Tiene asesores?

Qué cosas tiene usted... Alguna vez hablo con mi hija (sonríe de nuevo). Aquí hay poco que repartir, más bien nada, y mucho por lo que luchar: hace 40 años que cerró el colegio, el médico viene una vez a la semana, el bar solo abre los fines de semana, en la iglesia de San Juan Bautista solo hacen misa para el verano…

Vaya panorama…

Sigo con los lamentos… Hay que subirse a un alto para poder hablar por el móvil. Para venir hasta Maicas, si no tienes coche, el autobús te deja a nueve kilómetros, en Muniesa, y hay que venir en taxi… Entenderá que tenga que pelear.

Menuda es usted… Ya lo creo que pelea…

Para discutir valgo mucho, pero para la cuestión del papeleo, menos mal que viene la secretaria, Adelina, desde Utrillas. Eso sí, mientras viva, lucharé para que mi pueblo no pierda su identidad, para que no sea la pedanía de nadie.

¿Para qué sirve la política?

Es necesaria. A mí, pese a ser alcaldesa, no se obsesiona, pero es necesaria en un pequeño municipio como este. No digamos para administrar una gran nación como España.

¿Qué le ha parecido la campaña electoral?

En Maicas no ha habido... (sonríe). Ni mítines, ni carteles de políticos en los lugares más visibles del municipio, nada...

¿Me refería a la campaña electoral nacional?

Ha sido muy corta, ¿no?

Vaya cintura política… ¿Qué le parece que no se hayan puesto de acuerdo y que se tengan que repetir las elecciones?

No es bueno estar tanto tiempo sin presidente. Es necesario que alguien dirija, mucho más cuando hay problemas que resolver. Y en España hay problemas que resolver. Deseo con toda mi alma que, gane quien gane, los resuelva.

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