desarrollo rural

La media montaña se hace más resistente

El proyecto europeo Life Midmacc, del que forma parte Aragón, pretende revitalizar las zonas de montaña yhacerlas más resistentes al cambio climático.

La ganadería extensiva es una de las piezas fundamentales de este proyecto.
La ganadería extensiva es una de las piezas fundamentales de este proyecto.
David Lasanta.

En los últimos años, se están produciendo cambios importantes a nivel climático que han traído consigo sequías más largas y severas en las zonas de media montaña, y también un mayor aumento en la frecuencia de incendios. Estos argumentos son el punto de partida del proyecto europeo Life Midmacc, con el que se pretende revitalizar las zonas de montaña y hacerlas más resistentes a este cambio.

Esta iniciativa, que está liderada por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf), y que en Aragón cuenta con el apoyo del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), la Comunidad de Trabajo de los Pirineos y la Universidad de Zaragoza, se centra en zonas de media montaña de La Rioja, Cataluña y Aragón. En este último caso, se ha elegido para la investigación, la comarca de la Jacetania, en concreto la zona en la que se ubica la finca experimental de La Garcipollera, del Gobierno de Aragón.

«El principal objetivo es estudiar cómo diferentes sistemas de gestión de la vegetación pueden mejorar los recursos hídricos, la calidad del suelo y la biodiversidad, así como la sostenibilidad de los sistemas agrarios y forestales, contribuyendo al desarrollo local. Un medio para conseguirlo es la recuperación de paisajes en mosaico con ganadería extensiva, lo que también ayudará a reducir los incendios», matiza Estela Nadal Romero, investigadora responsable en el IPE-CSIC.

Esta investigación, que arrancó en julio, cuenta con un presupuesto de 1,4 millones de euros, y tiene una duración de cinco años. Durante los primeros meses los investigadores implicados monitorizarán las parcelas, en las que posteriormente se estudiarán cuestiones relacionadas con el suelo y el agua, la producción y calidad del pasto, y el paisaje, para obtener información para implementar medidas que puedan incentivar el desarrollo sostenible en la montaña media. «Para lograrlo, el proyecto se va a centrar en tres aspectos fundamentales. Por una parte, recuperar pastos donde ahora hay matorral, desbrozándolo e introduciendo ganadería extensiva. En segundo lugar, gestionar el bosque para la prevención de incendios, también con la ayuda de la ganadería extensiva. Y, en tercer lugar, la introducción de viñedos en estas zonas, algo que no se va a aplicar en Aragón», indica Nadal.

Implicación social

El consorcio, formado por casi una docena de centros públicos y universidades, pretende trabajar en zonas piloto de estas tres regiones, que cuentan con una importante diversidad de características ambientales y socioeconómicas.

De esta manera, se podrán extrapolar los resultados de estos estudios a otras zonas similares del arco mediterráneo, situadas en Italia, Grecia y Rumanía. «El reto pasa por poder tener capacidad suficiente para transferir estos resultados a otras regiones montañosas del sur de Europa», apunta.

Sus responsables insisten en que para que tenga viabilidad es muy importante la implicación de la sociedad, de todos y cada uno de los agentes que intervienen en estos territorios. Su principal tarea, en estos primeros momentos, pasa por crear un mapa de los actores implicados. Después, constituirán tres comités regionales en cada una de las Comunidades Autónomas implicadas, para presentar el proyecto y sus objetivos. La primera reunión en Aragón tendrá lugar el 13 de diciembre en Jaca. Posteriormente, se celebrarán también encuentros supra regionales para poner en común los resultados e intentar dar vida a estas zonas que sufren despoblación por falta de oportunidades.

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