crimen de los tirantes

Los forenses desmontan la versión de Rodrigo Lanza de que actuó por miedo insuperable

En la cuarta sesión del juicio por el asesinato de Víctor Laínez, conocido como el crimen de los tirantes, los  informes psicológicos definen al acusado como una persona "muy impulsiva, que asume riesgos" y capaz de responder sin temor a una provocación. 

Imágenes de la segunda sesión del juicio contra Rodrigo Lanza por el crimen de los tirantes.
Imágenes de la segunda sesión del juicio contra Rodrigo Lanza por el crimen de los tirantes.
Guillermo Mestre

La cuarta sesión del juicio que se sigue contra Rodrigo Lanza por el asesinato de Víctor Lainez en el llamado crimen de los tirantes ha estado centrada en la declaración de las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Aragón encargadas de elaborar los informes periciales psicológicos del acusado. Como era de esperar, el abogado de la defensa ha empezado cuestionando la imparcialidad de las psicólogas de este centro Cristina Andreu y Victoria Mínguez, cuya recusación planteó hace dos semanas y fue rechazada. Las dos psicólogas han sido firmes y contundentes en su informe. Fundamentalmente, han presentado un informe en el que se plantearon varios test, uno con 600 preguntas, y de él se obtuvieron resultados psicométricos .

A la luz de este informe, las expertas han declarado que Rodrigo Lanza es una persona "muy impulsiva, con muy poca tendencia a tener miedo", que asume riesgos y que es poco probable que padezca un temor insuperable a la hora de actuar una provocación. Asimismo, han definido al acusado como sociable, encantador y seductor al mismo tiempo, hablador y divertido, con ganas de agradar. Han añadido que tiene una personalidad con capacidad de controlar su hostilidad, si bien en un momento dado puede tener reacciones violentas. Consideran que se trata de una persona terriblemente emocional, una característica que resaltan tanto para las buenas relaciones como para las malas, es decir, puede perder fácilmente el control de las emociones. Otro de los puntos que han resaltado es su susceptibilidad a todo lo que le suponga un desafío o provocación. 

Tanto las psicólogas como los médicos forenses han considerado improbable la situación de miedo insuperable porque en el momento de producirse los hechos valora el riesgo y era consciente de la ventaja que le suponía que Víctor Laínez cayera al suelo para abalanzarse sobre él.

Por otro lado, en cuanto al consumo de alcohol, no se pone en duda que tomara alcohol, pero las forenses han podido comprobar, una vez analizados los hechos, que no le afectó para llevar a cabo una conducta organizada.  Así, las psicólogas han descrito que, tras los hechos, salió del bar andando, desató el candado de la bicicleta, pedaleó con ella, se paró en un portal del camino de las Torres a llorar, algo que definen como normal en una situación de tensión emocional. Después, como le dolía la mano, se fue al bar de una amiga, le pidió hielo, le contó lo que había pasado y después se marchó a su casa a dormir. Al día siguiente miró la prensa para ver se había publicado algo sobre lo ocurrido.

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