reportaje
Una canción para pedir cambios
Las ganaderas han utilizado la música de uno de los éxitos del colombiano Juanes para detallar, cantando, qué es lo que le piden a la nueva PAC.
Las ganaderas españolas quieren que la nueva Política Agraria Común las tenga en cuenta. A ellas como productoras, pero sobre todo a su actividad, la ganadería en extensivo, especialmente de ovino, que tan maltratada está actualmente en la PAC. Y para que se escuchen bien sus reivindicaciones les han puesto música. Han tomado la melodía de la famosa canción que el artista colombiano Juanes puso de moda en 2002 y han convertido aquel tan bailado título de ‘A Dios le pido’ por toda una tabla reivindicativa con lo que le piden a la PAC.
Es una iniciativa de Ganaderas en Red, una comunidad virtual, pero muy real -conectada permanente por Facebook, Whatsapp o Slack-, en la que las pastoras, entre ellas una decena de aragonesas, no solo hablan, rompen su aislamiento y comparten sus preocupaciones, sino que utilizan las redes sociales para hacerse visibles y contar (y cantar) sus reivindicaciones.
Hablan ahora de la PAC. O mejor dicho, cómo les gustaría que fuera la nueva política que regirá el rumbo del sector europeo hasta el 2027 y que se encuentra en plena negociación.
Y en su ‘A la PAC le pido’ exigen unas políticas que «promuevan los sistemas que a nuestra tierra no hieren» y por si no está claro a que se refieren cantan que «los montes no se queman si el ganado los mantiene». Reivindican que la nueva reforma favorezca a las mujeres y a los jóvenes que emprenden y «haya pastoras pastoreando y no con montañas de papeles», en clara referencia al tiempo que deben invertir en la engorrosa burocracia.
Quieren que se acabe con «los agricultores de sofá que cobran la PAC» y que las reglas de la norma «no se cambien cada día». Y reivindican que la PAC de peso al pequeño productor en la desigualdad de la cadena de alimentación, «que no nos asfixie el gran distribuidor»; que abra los ojos al consumidor «para que compre a su alrededor», y que las pastoras «sean la llama de esta apagada y vaciada España».