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Así ha resuelto la sociedad aragonesa el dilema del uso de los móviles entre menores de 10 a 15 años

En los últimos años apenas ha variado el número de niños con teléfono móvil. La mayoría de las familias deciden comprarlos cuando pasan del colegio al instituto. 

Teléfonos móviles
Teléfonos móviles
DIEGO GARCÍA

A pesar de que parezca que todos los niños tienen móvil, las estadísticas demuestran que todavía hay algunas familias que apuestan por que estos dispositivos, junto a otras pantallas de la vivienda (ordenadores y tabletas digitales), se utilicen de manera esporádica. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 25% de los menores de entre 10 y 15 años residentes en Aragón no tienen un teléfono móvil. No obstante, en determinados casos pueden acceder de manera más o menos esporádica al de otros miembros de la familia. Jugar, ver vídeos 'online' o incluso comunicarse con algún amigo son las acciones más habituales.

Según parece, esta tendencia se mantendrá durante un tiempo. Mientras que hace unos años no hacía más que aumentar el volumen de niños con móvil propio (en 2009 eran el 61% de los aragoneses); en la actualidad este porcentaje se ha estabilizado en torno al 72%. Lo mismo ocurre a nivel nacional, donde el el 66% de los menores de estas edades cuentan con teléfono móvil. 

Las razones de esta estabilización pueden ser varias, aunque destacan dos cuestiones: económica y social. En las familias aragonesas con ingresos mensuales inferiores a 900 euros, el porcentaje de menores con móvil es del 66%; mientras que cuando los salarios oscilan entre 901 y 1.600 euros, se roza el 80%. Por otro lado, hay padres que prefieren que sus hijos jueguen e interactúen con otros niños en vez de que estas relaciones las mantengan a través de una conversación de 'whatsapp'. Sin embargo, según parece, la principal razón de ese 25% se encontraría en la franja de edad más temprana. 

Tal y como han puesto en relieve estudios previos, no son mayoría los niños de 10 u 11 años que cuentan con un móvil propio. Una situación que sí que es recurrente a partir de los 12 y 13 años, cuando se realiza el paso de Primaria a Secundaria. "No existe una edad concreta para tener un móvil, pero 1º de Secundaria sería el momento más oportuno. Aunque es demasiado pronto para muchas cosas, empieza a ser necesario para que ellos sigan teniendo esa pertenencia a un grupo y mantengan las relaciones personales", explica la psicopedagoga Olga Lázaro. 

Desde su punto de vista, darles este dispositivo antes sería innecesario. Además, cuando se decide que tengan un aparato propio, debe llevar consigo una serie de límites. "Hay que dejarles claro que no es suyo, sino de los padres", recalca. Tampoco hay necesidad de que cuenten con una tarifa de datos (se evita el acceso continuo a redes sociales y determinadas páginas web), ni con un móvil de última generación. "Pero lo más importante es que los propios padres hayan realizado un uso correcto de estos aparatos: no los tengan encima de la mesa, no se relacionen solo de manera virtual... Y todo ello, muchos años antes de que el menor tenga su móvil". 

Cada centro tiene autonomía

Teniendo en cuenta que la llegada al instituto marca el auge de estos dispositivos, profesores y padres se pregunta qué hacer con los teléfonos en clase.  Su uso en las aulas aragonesas está prohibido a no ser que tenga finalidades pedagógicas. En tal caso, el Gobierno de Aragón da margen a cada uno de los centros educativos para que decidan cómo y cuándo se pueden utilizar. “No se puede negar el uso de los dispositivos electrónicos, ya que están en el día a día de los alumnos, pero hay que trabajar por su uso como elemento educativo”, recalcan desde el departamento de Educación, Cultura y Deporte. 

El Gobierno de Aragón elaboró hace dos años un decálogo del uso del móvil para los alumnos de los centros. En él se realizan diferentes recomendaciones para hacer un uso “responsable”. Primar las relaciones “cara a cara”, establecer momentos sin móviles para estar en familia, no compartir fotos o datos con extraños y denunciar el ciberacoso son algunos de los ejemplos

Por el contrario, otras comunidades como Galicia y Castilla-La Mancha sí que han prohibido su uso explícito dentro de los centros educativos. Una medida a la que la Comunidad de Madrid pretende adherirse. Francia también prohibió hace un año el uso del móvil en los centros escolares para los menores de 15 años. Una cuestión que el Gobierno español valoró, pero que finalmente parece que no se aplicará. “Me parece más interesante que cada centro educativo sea capaz de ejercer la autonomía y ver si en determinada aula se necesitan los móviles para seguir una lección o es mejor, sencillamente, dejarlos fuera”, subrayó recientemente Isabel Celáa, ministra en funciones de Educación y Formación Profesional. 

Mientras tanto, en Silicon Valley, la cuna de la tecnología, los menores se educan sin pantallas hasta la Secundaria. Tal es el afán por mantenerlos alejados hasta determinadas edades de estos dispositivos que a las niñeras se les prohíbe, por contrato, el uso de aparatos digitales.

Aragón, una comunidad interconectada

La tecnología se expande por las viviendas de Aragón: el 85% tienen ordenador, más del 92% cuentan con conexión a internet (la mayoría de ellas de banda ancha) y casi el 99% disponen de algún teléfono móvil. Estos son los últimos datos facilitados por el INE y que reflejan la evolución constante de la implantación de las nuevas tecnologías en la Comunidad. Solo el teléfono fijo pierde adeptos: un 82% de los hogares cuentan con una línea de estas características, mientras que hubo momentos en los que se llegó al 90%.

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