Porcino

El purín en Europa, de amenaza a oportunidad

La empresa turolense Fertinagro lidera un proyecto europeo para reutilizar el estiércol como abono cerca de las granjas y sin efectos nocivos para el suelo y los acuíferos.

Prueba en laboratorio de Fertinagro de la tecnología para el aprovechamiento del purín como abono.
Prueba en laboratorio de Fertinagro de la tecnología para el aprovechamiento del purín como abono.
H. A.

La empresa turolense Fertinagro Biotech, del Grupo Térvalis, lidera un proyecto de la Unión Europea (UE) destinado a aprovechar los purines y otros excrementos del ganado como abono que no genere impactos ambientales negativos, como los que provoca actualmente sobre todo en las zonas de altas concentraciones de porcino. Los elevados costes del transporte del purín y la falta de suelo para aprovecharlo como fertilizante provocan la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación tanto de suelos como de aguas superficiales y subterráneas.

El proyecto europeo, denominado Fertimanure, se desarrollará en los próximos cuatro años con un presupuesto de 8,5 millones de euros, de los cuales medio millón será gestionado por Fertinagro. Los resultados serán utilizados por la UE para promocionar las técnicas más eficientes y también podrían orientar la futura legislación comunitaria en cuanto a la gestión de los residuos ganaderos.

Fertinagro desarrollará en Aragón un proyecto para usar el purín como fertilizante en las zonas productoras y sin impacto ambiental mediante la combinación del residuo ganadero con otros ingredientes que den como resultado un abono equilibrado y ajustado a las necesidades de los cultivos en cada momento.

La empresa ha ensayado ya en laboratorio la tecnología necesaria con buenos resultados y ahora se dispone a aplicarla en una explotación agropecuaria aragonesa. Entre las zonas candidatas a ser la sede de la experiencia, destacan el Matarraña y el Jiloca. Parte del proyecto se desarrollará también en las instalaciones de Fertinagro en la provincia de Teruel y se llevarán a cabo ensayos en campos de fruta de hueso.

Según explica el subdirector de investigación de Fertinagro, Ignasi Salaet, el proyecto a desarrollar en Aragón reducirá el contenido de agua del purín y producirá un abono adaptado a las necesidades de la agricultura del entorno para evitar largos desplazamientos. Además, incorporará ingredientes que anularán los efectos negativos de algunos contenidos del estiércol, como antibióticos o minerales contaminantes. Por último, el experimento abordará la pulverización del fertilizante para su utilización mediante fertirrigación, una técnica que mejora la eficiencia del abonado y evita su filtración a los acuíferos.

Por otro lado, la empresa turolense asesorará a cinco plantas que llevarán a cabo en toda Europa ensayos para la reutilización eficiente y no contaminante de los purines y otros estiércoles como abono. Ignasi Salaet añade que Fertinagro estudiará el producto obtenido para añadir los ingredientes que lo conviertan en un fertilizante apropiado para los cultivos del entorno. Para conseguir este resultado, analizará el suelo y las necesidades agrícolas.

Salaet explicó que las plantas para procesar y reutilizar el purín como fertilizante deben estar siempre lo más cerca posible de los productores del residuo porque, como explica este experto, uno de los grandes inconvenientes del purín es su alto contenido en agua, que alcanza el 90% del volumen total. Trasladar grandes cantidades de agua a larga distancia supone un coste inasumible.

El proyecto Fertimanure está dirigido a la obtención de un fertilizante equilibrado y sostenible con un uso racional del agua. El abono obtenido podrá ser comercializado o destinado al autoconsumo. Esta solución ahorrará grandes cantidades de emisiones de CO2 a la atmósfera. Según sus informes, la sustitución parcial de los fertilizantes minerales conseguirá a largo plazo una reducción estimada de 12.290 toneladas equivalentes de dióxido de carbono al año.

Según Ignasi Salaet, el proyecto «es un ejemplo de economía circular y sostenibilidad para Europa. Supone además grandes oportunidades de mercado». «El purín -añade- es un residuo descompensado que se aplica en extensivo como fertilizante nitrogenado de fondo. Sin embargo, cuando la planta necesita el nitrógeno, éste ya ha desaparecido porque se ha volatilizado. Por eso había que buscar soluciones».

Otra opción, como el uso del purín para la cogeneración en grandes plantas de tratamiento, está aparcada en Aragón por inviabilidad económica.

Abono de kilómetro cero

Los agricultores y ganaderos podrán gestionar los estiércoles que generen en sus instalaciones. La transformación en fertilizante se hará en base a las necesidades de los cultivos del entorno por lo que el resultado será un producto a medida. El abono se adaptará a las circunstancias de cada zona concreta: tipo de cultivo, condiciones climáticas y entorno. De esta forma se amplía también el espectro de cultivos fertilizados y se ajusta el momento de aplicación del nutriente al momento más adecuado.

El abono resultante se podrá comercializar como fertilizante, una solución que recorta la contaminación, con un producto de kilómetro cero. Tradicionalmente, la recuperación de nutrientes del purín no compensa por su alto coste. Sin embargo, aplicando los procesos de Fertinagro se obtienen productos de calidad que evitan la necesidad de que empresas de fertilizantes tengan que comprar, procesar y revender las materias primas extraídas del purín. De esta forma el proceso es mucho más viable económica y ambientalmente

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