Entrevista

Isabel Casasús: "Hay que impulsar la incorporación de jóvenes investigadores a órganos de decisión"

Casasús ha sido nombrada presidenta de la Federación Europea de Ciencia Animal, que aglutina la investigación continental en este campo.

Isabel Casasús preside la Federación Europea de Ciencia Animal.
Isabel Casasús preside la Federación Europea de Ciencia Animal.
H. A.

¿Qué es la Federación Europea de Ciencia Animal?

Es una asociación científica a escala europea. Es una federación de entidades de 35 países representados por los ministerios de Agricultura o por las asociaciones científicas predominantes en cada país. Cuenta con unos 4.000 miembros. Ha cumplido siete décadas y lleva todo este tiempo fomentando redes de colaboración entre los distintos equipos de investigación. Cada año, hacia el mes de agosto, tenemos una reunión en una ciudad europea. En ella participan todas las disciplinas de la producción animal.

¿Solo da soporte o determina líneas de investigación?

Además de organizar estas reuniones y de dar apoyo a los grupos de investigación, la Federación colabora con redes que marcan líneas de investigación prioritarias. Estas líneas se establecen buscando dar respuesta a las necesidades del sector sobre las que se consulta a este organismo.

¿Qué líneas marcan la investigación en este momento?

En este momento priman las demandas sociales. Es decir, buscar una producción más eficiente, más limpia y más respetuosa con el medio ambiente.

¿Cómo llega Isabel Casasús a la presidencia?

Llevo varios años acudiendo a las reuniones anuales, y en estos eventos siempre surge la oportunidad de implicarse un poco más y colaborar más estrechamente. Empecé hace unos años a trabajar en un grupo de trabajo de países mediterráneos que desarrollaba actividades a lo largo de todo el año. Desde el año 2016 formo parte de la Junta Gestora de la Federación en representación de España, Grecia y Portugal y ahora he sido elegida presidenta.

¿Qué espera aportar desde su nuevo cargo?

Quiero seguir incidiendo en algo en lo que, aunque ya se está logrando, hay margen para seguir trabajando y es la implicación de científicos más jóvenes. En España existe la Unión de Entidades Españolas de Ciencia Animal (Ueeca), que proporciona becas para que puedan asistir a las reuniones anuales de la Federación y puedan entrar en sistemas europeos de colaboración, de decisión. Además, queremos introducir disciplinas que vayan más allá de la mera producción animal.

¿Hay cantera de investigación?

Sí que la hay y muy buena. En la Federación se ve cada vez más gente joven y que cada vez tiene mayor acceso a puestos de responsabilidad. Que estén en la maquinaria es bueno porque muchas veces los investigadores nos dedicamos a nuestras líneas de trabajo, pero es bueno conocer otros aspectos, por ejemplo, cómo se gestionan.

Es la primera mujer que accede a la presidencia de la Federación. ¿Se van abriendo camino o el suyo sigue siendo un mundo muy masculino?

En el caso de la Federación, puedo decir que, aunque soy la primera presidenta, la mujer está bien representada. Para trabajar nos organizamos en diversas comisiones científicas según las disciplinas, muchas de ellas están presididas por mujeres y hay muchas mujeres en puestos de coordinación y organización. En el CITA sucede lo mismo, creo que somos más investigadoras, jefas de unidad…, quizá el sector productor sí que deba dar algo más de visibilidad más de voz a muchas mujeres que se van incorporando, que son titulares de explotaciones y que trabajan mucho y muy bien.

Hablemos de su labor en el CITA ¿En qué está trabajando?

Estamos trabajando en diversos proyectos europeos. Concretamente, ahora estamos trabajando en uno que tiene como objetivo determinar los factores que a escala individual son responsables de una mayor o menor eficiencia de los animales tanto de cada ejemplar como de los rebaños. Aspectos de manejo de las ganaderías, que les dan una mayor capacidad de respuesta ante diversos retos como el cambio climático o las fluctuaciones de precios.

¿Hacia dónde va el sector en este ámbito?

En lo económico, se trata de un balance entre costes y beneficios, por eso lo que se busca es reducir al máximo los costes sin comprometer ni el rendimiento ni las condiciones de los animales. Es en ese punto de equilibrio en el que trabajamos. Qué niveles de alimentación puedes practicar el ganadero para obtener animales al menor coste posible, pero de la mayor calidad posible para que puedan ser vendidos a un buen precio.

El consumo de carne está siendo muy cuestionado por diversas razones, desde dietéticas hasta climáticas. ¿Cómo ve este cuestionamiento?

Como consumidores estamos recibiendo muchísima información, que en muchos casos es sesgada. Por eso, cuando hablan de las vacas, que parecen las culpables de todo, hay que saber que existen muchas maneras de producir. En los sistemas extensivos, el impacto de las emisiones de gases de esos animales es mínimo. Y son mucho mayores los beneficios que aporta esta actividad a zonas donde no hay otra actividad económica. Los rumiantes aprovechan recursos que no compiten con otra actividad humana. Además, pueden generar otras actividades de manera indirecta. Por ejemplo, el hecho de que pasten en determinadas zonas, evita incendios y facilitan su extinción porque limpian los montes, lo que contribuye al mantenimiento de un paisaje que puede suponer un atractivo turístico.

Todo esto se refiere a la ganadería extensiva ¿Qué hay de la intensiva?

La ganadería intensiva tiene otras circunstancias, pero si queremos comprar alimentos a precio asequible… la legislación española es muy estricta en todos los aspectos, de alimentación y bienestar animal que garantiza que el ganadero que hace las cosas bien los cumple. Como en todos los ámbitos, puede haber quien no los cumpla y a veces surgen problemas muy dolorosos, también para los investigadores.

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