sucesos en Zaragoza
Pierde un colgante con las cenizas de su padre en Zaragoza
Yolanda Galisteo extravió el relicario la madrugada del viernes al sábado en el barrio del Actur.
Una vez más, las redes sociales se hacen eco de la pérdida de un objeto que tal vez no tenga un gran valor económico pero, sin duda, el valor sentimental para su dueña y su familia es incalculable. “El viernes, tras celebrar la boda de mi hija en el pabellón de Ceremonias de Expo Zaragoza, regresamos a casa en torno a las 4.00 de la mañana”, recuerda Yolanda Galisteo, zaragozana de 40 años.
“Recuerdo que aparcamos en la calle Francisco Ferrer y, al salir del coche, oí un sonido metálico como si hubiese tropezado con algo pero miré atrás y no vi nada. Llovía tanto que nos subimos enseguida a casa”, explica. No fue hasta la mañana del día siguiente cuando la zaragozana echó en falta el colgante, una importante reliquia familiar. “Cuando murió mi padre, el 4 de noviembre de 2018, mi madre nos regaló un colgante a cada uno de sus hijos y a su nieta”, añade.
En total fueron ocho colgantes, todos ellos de acero inoxidable, realizados en Funerarias del Moncayo, en Zaragoza: seis con forma de corazón para sus cuatro hijas y su nieta, y dos crucifijos del mismo material para sus hijos. “El restante lo lleva ella desde entonces. No es una joya de gran valor económico pero su valor sentimental es incalculable, es el alma de mi padre”, añade, emocionada.
Antonio Galisteo y Ana González, ambos naturales de Baeza, Córdoba, llegaron a la capital aragonesa hace más de 40 años junto a dos de sus hijos, Antonio –que falleció en 2007- y Ana (46), que tan solo tenía dos años. Con el tiempo llegarían Carmen (44), Francisco (42), Yolanda (40), Jessica (29) y Miguel Ángel (27). “Nuestro padre fue encofrador toda su vida mientras que nuestra madre se ha dedicado a cuidarnos”, explica Carmen, que se ha encargado de mover una fotografía del colgante por diversos grupos a través de las redes sociales.
“Hemos visto cómo en otras ocasiones han aparecido objetos perdidos en circunstancias semejantes gracias a aparecer en las noticias o en internet. Mi hermana está desesperada y queríamos hacer algo por recuperar el relicario”, añade. Por eso, el mismo sábado comenzaron a publicar una fotografía del colgante en numerosos grupos de internet, donde cientos de personas se han volcado a la hora de compartir la historia. “La verdad es que estamos sorprendidas con la repercusión y el apoyo de tanta gente anónima. Esperamos que se obre el milagro”, dice.
