Afecciones

El granizo merma la vendimia y arrasa un 6% de la uva en la DOP Cariñena

Cetina y Ariza exigirán de nuevo a la CHE la limpieza del río Jalón y los barrancos para evitar inundaciones

Las máquinas limpian la carretera A-2302 en Trasobares para retirar el lodo y las piedras
Las máquinas limpian la carretera A-2302 en Trasobares para retirar el lodo y las piedras
J. Mª C.

Las lluvias y el fuerte granizo de las últimas horas obligaron ayer a limpiar calles, carreteras y caminos y a hacer balance de daños en cultivos. Aunque en la A-2, inundada por la tromba a la altura del kilómetro 193 entre las localidades de Ariza y Cetina, ya se circula con normalidad, las consecuencias del pedrisco siguen siendo visibles en el campo. El granizo afectó, sobre todo, a la manzana y a la uva de municipios como Cariñena, Aladrén o Longares, entre otros. Según cálculos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Cariñena, arrasó "hasta el 6%" de la uva.

La tormenta cayó "en medio de la vendimia", lo que complicó la valoración, iniciada ayer por los técnicos. Ignacio Casamitjana, presidente de la Denominación, explicó que el episodio fue "muy localizado" en Longares y Aladrén. "En el resto, las afecciones han sido muy puntuales", afirmó.

El hecho de que parte de la producción estuviese ya recogida no consuela, ya que el mal tiempo ha castigado este 2019 al campo aragonés en más de una ocasión. "Estábamos centrados en la fiesta de la vendimia (que se celebra hoy) y el granizo nos la ha querido aguar, pero, en principio, los daños no son muy preocupantes", aclaró Casamitjana.

La imagen que presentaban ayer los cultivos afectados seguía siendo, en todo caso, preocupante, con parte de la producción en el suelo y multitud de uvas y manzanas marcadas por el pedrisco. Esta circunstancia hará que la recogida se retrase varios días, aunque se espera que los trabajos puedan reanudarse hacia mitad de semana, ya que no se prevén nuevos episodios de estas características. La Denominación, aseguró su presidente, dará prioridad a los cultivos afectados para evitar que la uva se pudra y haya mayores afecciones.

En carretera, la A-2 no recuperó sus dos carriles por sentido hasta prácticamente las dos de la madrugada. El barro y las bolsas de agua, que sorprendieron a decenas de vehículos, obligaron a limpiar la zona a contrarreloj, lo que hizo que los coches solo pudieran circular por un carril durante las últimas horas del viernes. El servicio ferroviario también quedó restablecido por la noche, según informaron fuentes de Renfe. Las tormentas afectaron a tres trenes regionales y a unos 80 pasajeros que tuvieron que se trasladados en bus hasta sus destinos. Los técnicos, no obstante, pudieron normalizar la línea de madrugada.

Las máquinas también tuvieron que trabajar en Trasobares (en la comarca del Aranda), donde se procedió a la limpieza de la A-2302. Las fuertes lluvias del viernes, que descargaron alrededor de 70 litros por metro cuadrado en cuestión de minutos en esta localidad, provocaron desprendimientos a la altura del kilómetro 42. Aunque no fue necesario cortar el tráfico, sí hubo que circular con precaución durante horas, según explicó el alcalde, José María Chueca. El agua cayó con tanta intensidad que llegó a entrar en los bajos de alguna vivienda, aunque ayer ya se había restablecido la normalidad. Otras localidades que hicieron balance tras la intensa tromba del viernes fueron Cetina y Ariza. 

Esta próxima semana será el turno de limpiar el barro provocado por las lluvias, pero mientras, los alcaldes de ambas poblaciones, Hilario González y José Carlos Tirado, respectivamente, coinciden en volver a solicitar a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)la limpieza del río Jalón y de los barrancos. Una reivindicación, según recordó Tirado, "larga e infructuosa". Según González, sería necesario que formalizasen esta petición también desde el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), ya que el agua va a parar directamente a las vías, como ocurrió el viernes.

Nuevos problemas en Teruel

Pese a que las mayores afecciones se concentraron en la provincia de Zaragoza, la crecida del río Mijares, en la de Teruel, cortó el acceso rodado a los barrios de los Ramones y Tarrasones, en Olba, en los que residen una veintena de personas y una familia, respectivamente. "Se ha acumulado más de medio metro de agua por encima del vado de acceso", aseguró ayer una vecina de los Ramones.

Se trata de la segunda vez que esto ocurre en menos de una semana. Aunque hay una pista de tierra alternativa, es muy peligrosa por su mal estado de conservación y solo es viable con vehículos todo terreno, de ahí que los vecinos volvieran a reclamar una solución que garantice las comunicaciones por carretera ante episodios de estas características.

La situación se estabilizará en todo Aragón de cara a las próximas horas. La Agencia Estatal de Meteorología no prevé avisos por tormentas para este inicio de semana, que tendrá máximas en ascenso y cielos despejados.

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