BÚSQUEDA DE DESAPARECIDOS

"Si alguien se pierde, lo que tiene que hacer es sentarse y esperar a que le encuentren"

El jefe de intervención de los bomberos de la Diputación de Zaragoza Florencio Pascual explica qué debe hacer una persona si se extravía o se accidenta y cómo se organizan las búsquedas de desaparecidos en el medio natural como la que se está desarrollando para intentar localizar a Blanca Fernández Ochoa.

Uno de los equipos que participan en la búsqueda de la medallista olímpica Blanca Fernández Ochoa, ayer, en la sierra de Madrid.
Uno de los equipos que participan en la búsqueda de la medallista olímpica Blanca Fernández Ochoa, ayer, en la sierra de Madrid.
Víctor Lerena / EFE

La desaparición de la medallista olímpica Blanca Fernández Ochoa ha vuelto a convertir en noticia nacional la búsqueda de una persona. Todos los medios de comunicación siguen de cerca el amplio operativo desplegado en la sierra de Madrid para intentar localizar a la esquiadora, pero: ¿cómo se encuentra a alguien que se ha perdido o se ha accidentado en el medio natural? Y, lo que es más importante: ¿qué debe hacer una persona que se vea en una situación así?

Con la experiencia acumulada tras cerca de medio centenar de búsquedas de este tipo, Florencio Pascual, jefe de intervención de los bomberos de la Diputación de Zaragoza, tiene muy clara la respuesta a esa última pregunta.

“A mi hijo de 9 años se lo he dicho muchas veces y lo sabe perfectamente: si alguna vez se pierde, lo que tiene que hacer es sentarse en el suelo o en una piedra y esperar a que le encuentren”, explica este experto que también es responsable del grupo de guías caninos de los bomberos de la DPZ.

“Puede que a la gente le extrañe que estar parado sea la mejor opción, pero si alguien que se ha perdido continúa andando sin saber hacia dónde puede recorrer una gran distancia que complica mucho su localización por parte del operativo de búsqueda”, argumenta Pascual, quien pone como ejemplos los casos de la adolescente que se extravió en los puertos de Beceite hace dos años o el de una mujer con alzhéimer con se perdió en Tarazona en noviembre de 2015.

“La chica anduvo toda la noche y se fue alejando de los equipos de búsqueda, que sin saberlo fueron detrás de ellas hasta que en una bifurcación cogieron un camino distinto. Afortunadamente, fue encontrada sana y salva en Tarragona, pero para entonces había recorrido 16 o 18 kilómetros”, recuerda Pascual, quien también destaca que, a pesar de tener 84 años, sufrir alzhéimer y ver solo con un ojo, la mujer perdida en Tarazona fue capaz de andar 6 kilómetros en plena noche.

“Caminando sin rumbo no solo dificultas la búsqueda, también te sometes a un desgaste físico que debido al miedo y a los nervios acaba siendo extremo y puede derivar en un infarto o en cualquier otro problema médico”, insiste este bombero, que también recuerda que para casos así resulta muy útil haber seguido consejos básicos como llevar siempre un silbato que facilite la localización de la persona extraviada e ir equipado con comida, agua y ropa de abrigo. “Parece que estas cosas no nos pasan, pero a veces ocurren y hay que estar preparado”, recalca Pascual.

Un kilómetro a la redonda son 314 hectáreas en las que buscar

En cuanto a qué se debe hacer en caso de que se sospeche que una persona se ha perdido o ha desaparecido, el responsable del grupo de guías caninos de los bomberos de la Diputación de Zaragoza recuerda que lo primero es avisar “cuanto antes” al 112 para que movilice todos los medios disponibles para la búsqueda.

Las tareas de búsqueda suelen incluir también la revisión de ríos, canales, acequias... En la imagen, bomberos de la Diputación de Zaragoza buscando a una persona desaparecida en la localidad zaragozana de Maluenda.
Las tareas de búsqueda suelen incluir también la revisión de ríos, canales, acequias... En la imagen, bomberos de la Diputación de Zaragoza buscando a una persona desaparecida en la localidad zaragozana de Maluenda.
Jesús Macipe

“Si de media una persona camina a una velocidad de 4 km/h, es fácil calcular lo que se complica la búsqueda por cada hora que pasa”, señala este experto. El problema no es la distancia en sí, sino cómo se multiplica la extensión en la que hay que mirar sin saber hacia dónde ir, y como muestra un dato: si una persona está a solo un kilómetro del lugar en el que empieza la búsqueda, la superficie total abarcada en ese radio de 1.000 metros son 314 hectáreas.

Cuando se recibe el aviso de la desaparición, lo fundamental para los equipos de emergencia es tener una referencia sobre dónde empezar a buscar. “Si se dispone de un último lugar de avistamiento de la persona o de un indicio claro de su presencia como el punto en el que dejó el coche, el inicio del operativo es más fácil”, explica Pascual. “Si por el contrario no hay ninguna pista sobre dónde puede estar, antes de empezar a buscar totalmente a ciegas hay que hacer una labor previa de investigación de la que se encargan la Policía y la Guardia Civil”.

Sentido común y lógica, pero con método y disciplina

Una vez determinado en punto en el que iniciar el rastreo, se pueden seguir varias estrategias. Por ejemplo, el método estadístico dice que lo más probable es que la persona perdida se encuentre a unos 700 u 800 metros a la redonda de donde se le vio por última vez. Y el método probabilístico consiste en dar prioridad a unos sectores sobre otros partiendo de unas probabilidades de encontrar al desaparecido calculadas aplicando una fórmula matemática que tiene en cuenta distintos factores: la edad de la persona a la que se busca, su estado físico, las características del terreno, la hora del día, el tiempo que ha pasado desde la desaparición, los recursos disponibles para la búsqueda…

“Esos métodos proceden de la bibliografía anglosajona, pero la verdad es que a nosotros no nos funcionan muy bien”, explica Pascual. “Lo que solemos hacer es evaluar la situación en cada caso y aplicar unas estrategias u otras aplicando el sentido común: primero buscamos en los lugares a los que es más fácil y más lógico que pueda haber ido el desaparecido, y si eso no da resultado vamos contemplando otras opciones que parecen menos probables”.

Independientemente de la estrategia seguida, este bombero subraya que es “fundamental” aplicarla “con método y rigor”. “En las búsquedas que hacemos en la provincia de Zaragoza, siempre establecemos un puesto de mando único que coordina a todos los servicios de emergencias movilizados y que comparte toda la información relevante”, destaca Pascual. “Todos los grupos que salen a buscar llevan un GPS para marcar las áreas rastreadas, y luego esa información se vuelca en el puesto de mando para disponer siempre de una foto actualizada de dónde se ha mirado y dónde no”.

Evidentemente, cuantos más medios haya disponibles para la búsqueda, mejor, pero jefe de intervención de los bomberos de la DPZ recalca que tienen que estar bien coordinados. “Si hay que elegir, yo prefiero menos medios pero más organizados”, opina Pascual, quien también incide en que las búsquedas son procesos “totalmente dinámicos”.

“Cuando empezamos un operativo solemos tener poca información, pero conforme pasan las horas se van recibiendo nuevos datos y nuevos testimonios que obligan a modificar la zona de búsqueda y la estrategia”, señala este experto.

Los drones y otras aplicaciones de las nuevas tecnologías

En los últimos años, los drones se han sumado a los operativos de búsqueda complementando a los helicópteros y a los recursos terrestres: perros, bomberos, policías y guardias civiles, miembros de Protección Civil, voluntarios… Esos aparatos no tripulados permiten mejorar la seguridad de los equipos de emergencias, suponen un importante ahorro económico y aportan una gran cantidad de información en tiempo real que puede utilizarse tanto para la búsqueda directa de la persona como para dar una visión de conjunto a los responsables del puesto de mando.

Además, las nuevas tecnologías tienen otras muchas aplicaciones que facilitan y perfeccionan las búsquedas de personas. Hoy en día la cartografía digital, los sistemas de información geográfica, las apps que proporcionan el posicionamiento GPS y programas como Google Earth o Garmin son ya imprescindibles en este tipo de operativos.

¿Hasta cuándo se prolonga la búsqueda si no hay resultados? Una vez más, depende de las circunstancias de cada caso, pero el operativo suele empezar a desmontarse cuando ya no hay esperanzas fundadas de encontrar a la persona con vida. Eso no significa que no se siga buscando, pero los esfuerzos se reducen porque la prioridad siempre es hallarla con vida. 

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