aragón
Solo el alquiler de los 40 barracones escolares cuesta unos 23.000 euros al mes
Alrededor de un millar de alumnos iniciarán el curso el próximo día 10 en estas aulas prefabricadas en una decena de centros.
El Gobierno aragonés tendrá que desembolsar al menos 23.000 euros al mes solo por el alquiler de los 40 barracones que el próximo curso 2019-2020 van a seguir formando parte del paisaje de una decena de centros educativos. En ellos comenzarán el curso alrededor de un millar de alumnos.
Este coste estimativo no contempla el transporte, la instalación y el desmontaje final de las aulas prefabricadas, que se suelen incluir en las adjudicaciones el primero año que se instalan. Un contrato del pasado mayo del servicio provincial de Educación de Zaragoza fijaba el coste mensual del alquiler, sin opción a compra, de las 10 aulas del Foro Romano de Cuarte (que finalmente serán 8, ya que dos se han retirado), en 5.747,5 euros con IVA.
Este importe se encarece sensiblemente al incorporar todas las labores necesarias. Es el caso de las 10 que se van a mantener este inicio de curso en Huesca, en el instituto Sierra de Guara (4)y los colegios Asunción Pañart de Aínsa (5) y de La Fueva (1). El contrato de instalación, alquiler y desmontaje se licitó por 142.780 euros y un plazo de ejecución de diez meses. Así, el coste de cada barracón resulta de 1.428 euros.
El precio también varía en función de las condiciones y dimensiones de las parcelas en las que se van a ubicar y el coste de su acondicionamiento, así como de las características de estas clases. En el caso de la provincia de Huesca, se trata de aulas de al menos 40 metros cuadrados útiles, mientras que en la de Zaragoza las hay de 56.
Pese al compromiso del anterior Gobierno PSOE-CHA de erradicarlos por completo este curso, el número de barracones que volverán a acoger a estudiantes y profesores es uno de los más altos de los últimos años, que coincide con el del curso 2017-2018. Desde la DGA se insiste en que estos equipamientos son un elemento de planificación "temporal y transitorio", que se pone mientras hay una obra para evitar que los estudiantes tengan que ser desplazados de su entorno y que "todos los nuevos se consensúan con la comunidad educativa".
