Sociedad

El fuerte calor eleva la mortalidad este verano a niveles de los meses de invierno

El Tanatorio de Torrero registró tantos enterramientos en julio como en febrero, un hecho inédito en este siglo.

Un termómetro marca 39 grados en el centro de Zaragoza.
Un termómetro marca 39 grados en el centro de Zaragoza.
Oliver Duch

Las temperaturas extremas de este verano, en la que los termómetros han llegado a superar los 43 grados muchos días, han disparado la mortalidad. Tanto, que los registros del Tanatorio de Torrero de Zaragoza contabilizaron este julio los mismos enterramientos que en febrero, en pleno invierno y con epidemia de gripe. Así, el complejo funerario de la capital aragonesa registró ambos meses 674 inhumaciones. Un hecho que fuentes de las instalaciones funerarias han considerado "inédito en este siglo".

Aunque la mortalidad del verano todavía no se asemeja a los niveles de enero –con 814 sepelios–, fuentes del tanatorio zaragozano y profesionales sanitarios han llamado la atención sobre el cambio de tendencia registrado en los últimos años y las graves afecciones que están teniendo las altas temperaturas en el estado de salud de los aragoneses. De hecho, apuntan a que podría ser este verano "atípico y caluroso" el que haya causado que en los primeros siete meses de 2019, hayan muerto 215 zaragozanos más que en el mismo periodo del año pasado (4.749 frente a los 4.534 de 2018), según datos del Registro Civil de Zaragoza.

De hecho, la Dirección General de Salud Pública ya destacó hace unos días el incremento de las atenciones en los servicios de Urgencias este verano por las olas de calor. Algunos días, incluso, Aragón llegó a registrar las temperaturas máximas de toda España. "Ya no se puede decir que el trabajo en verano se reduzca significativamente.Es algo que hemos comentado bastante estas últimas semanas", subrayan trabajadores de Urgencias del hospital Miguel Servet. Solo del 1 de junio al 28 de julio se notificaron 139 asistencias por patologías específicamente relacionadas con las altas temperaturas frente a las 94 de toda la temporada anterior.

Pero desde Atención Primaria también reconocen que estos últimos veranos nada tienen que ver con los de antaño, cuando la ciudad se vaciaba y las atenciones disminuían significativamente. El presidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (Samfyc), Luis Miguel García Paricio, recuerda que la población es cada vez más longeva, acumula muchas patologías crónicas y precisa frecuentemente de atención sanitaria. Precisamente, son las altas temperaturas, sobre todo cuando se registran varios días seguidos, las que desestabilizan la salud de estas personas más delicadas y, en algunos casos, incluso les provoca la muerte. De hecho, en estos momentos, más de 4.000 personas forman parte del plan de crónicos complejos de la Comunidad.

Mayores y crónicos

Pero, ¿cómo afecta el calor a la salud? García Paricio recuerda que son los mayores y los lactantes los que más pueden sufrir sus efectos. Son precisamente estos colectivos los que pueden deshidratarse con más facilidad al tener menos conciencia de tener sed. "No obstante, es importante que todo el mundo beba agua", destaca. Así, según explica el médico, cuando la deshidratación se produce en personas, por ejemplo con enfermedades como la diabetes, pueden producirse algunos cuadros con una clínica grave que deben recibir atención inmediata. De hecho, recuerda que durante el verano hay muchas visitas al domicilio de pacientes mayores que precisan de asistencia o de ajustes de medicación habitual. "El calor también afecta a personas hipotensas, con baja presión arterial, que pueden llegar a tener arritmias", subraya el profesional sanitario.

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