Heraldo del Campo

Dispuestos a pagar más por una buena presentación

Un estudio liderado por la empresa Saica ha analizado el impacto de la presentación del vino en el consumidor. Pide que el sector se adapte a las nuevas tendencias.

El blanco y el brillo se asocian a un mayor valor del producto.
El blanco y el brillo se asocian a un mayor valor del producto.
Saica

Hasta un euro más estarían dispuestos a pagar los consumidores de vino por un producto presentado en un embalaje de calidad. Así lo arroja un estudio realizado por la empresa aragonesa Saica y en el que han colaborado ESIC y la empresa especializada en ‘neuromarketing’ BitBrain.

En lo que respecta al formato, el estudio desvela que la caja de seis botellas sigue siendo el formato predominante. Sin embargo, se abre una oportunidad para las cajas de configuración vertical de entre dos y cuatro botellas. El formato horizontal, por su parte, "capta más la atención y es percibido como más caro".

Los consumidores perciben los diseños más clásicos, que utilizan imágenes tradicionales del mundo del vino, como productos de mayor valor, pero su activación emocional es muy limitada debido a su uso recurrente a lo largo de la historia del embalaje de esta bebida. Por ello, si el objetivo es lograr una mayor activación emocional, algo muy conveniente para nuevas marcas, se recomienda el empleo de diseños más modernos, juveniles y coloristas ya que logran un mayor impacto emocional y un alto nivel de memorización. Por el contrario, su percepción de valor es inferior a la de aquellos vinos etiquetados con imágenes de tipo más clásico.

Además de por el contenido, los bodegueros han de preocuparse por el continente, es decir, por el embalaje. Se está avanzando ya que cada vez son más conscientes de la influencia de la imagen en el consumidor. De hecho, el estudio refleja ya algunas tendencias marcadas, por ejemplo, en lo que respecta al etiquetado. "Replicar la etiqueta en la caja es una moda imparable en el sector y tres cuartas partes de las bodegas consultadas confirman que las etiquetas son cada vez más complejas, por lo que los diseños en las cajas se complican en igual medida", afirma el documento. Así, según el estudio, "las rejillas separadoras dentro de las cajas hacen que el producto sea percibido con mayor valor, al igual que ocurre con las cajas en formato horizontal, que no se implantan en mayor medida por la falta de mecanización".

En cuanto a la imagen, los bodegueros se decantan cada vez más por las impresiones en alta calidad que incluyan colores más allá de los cuatro básicos y diseños más elaborados. Esto, por lo tanto, conlleva la necesidad de que los fabricantes de cajas mejoren sus sistemas de impresión. Con referencia al soporte, solo el 30% emplea papel estucado de alto brillo, especialmente en los vinos de gama premium, alta y media-alta. "Una gran mayoría reconoce que usaría estos papeles si pudiera permitirse el precio, por lo que un nuevo papel estucado más asequible permitiría extender el uso", señala el informe.

Aunque España es el primer exportador de vino del mundo, el precio medio del producto nacional es de los más bajos. Por ello, este estudio elaborado por tres empresas aragonesas de referencia, insta al sector a "adaptarse a los nuevos tiempos combinando adecuadamente formato, soporte e imagen, pues estos influyen en cómo es percibido el valor del producto, teniendo en cuenta las particularidades de cada mercado".

Para realizar este estudio, se ha llevado a cabo un análisis sobre una base de datos de 1.105 clientes, con 148 bodegas y 25 integrantes de las cadenas de distribución, así como visitas a más de 50 supermercados, entrevistas a más de 400 consumidores finales y un estudio personalizado basado en técnicas de ‘neuromarketing’.

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