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"Me produce más respeto cuidar a los terneros que saltar al tatami"

María Ferrer es una de las estudiantes de veterinaria y deportista de alto rendimiento en taekwondo que se ha beneficiado de las prácticas del Scrum.

Maria Ferrer, estudiante de veterinaria y deportista de Taekondo.
Maria Ferrer, estudiante de veterinaria y deportista de Taekwondo.
Aránzazu Navarro

Cuando era muy pequeña, a María Ferrer le encantaba acercarse a la facultad de Veterinaria de Zaragoza para ver a los terneros y los corderos que atienden en el Servicio Clínico de Rumiantes (Scrum). Durante aquellas visitas al trabajo de su padre, María soñaba con convertirse en veterinaria y desempeñar su profesión en alguna granja después de haber viajado al extranjero para conocer otras formas de trabajar con los animales.

Este año, María ha cumplido su sueño y es una de las nuevas alumnas matriculadas en primer curso de Veterinaria. Una joven de 19 años que, gracias a su condición de deportista, es una promesa del taekwondo aragonés, ha podido formar parte del equipo de voluntariado de la facultad que se encarga de atender a los animales del Scrum. Una apertura a los alumnos recién llegados que es algo novedoso ya que, hasta este año, solo podían ser voluntarios los estudiantes de 3º e internos en 4º y 5º curso.

La joven ha sido subcampeona de España de taekwondo

"Desde la facultad querían facilitar el aprendizaje en materia de rumiantes a alumnos que por su compromiso con el deporte universitario no tenemos tanto tiempo libre para dedicarlo al voluntariado como el resto de estudiantes", matiza la joven, quien en su palmarés puede presumir de ser tercera en el Campeonato de España Sub 21 de 2017, medalla de plata en la President Cup de Las Vegas (EE. UU.) o medalla de bronce en el Campeonato de España Universitario 2019.

Ella sabe muy bien lo difícil que es sacar horas para trabajar de voluntaria y lo "importante que es hacerlo para poder conocer de primera mano el día a día de los animales". 

María compagina sus prácticas y estudios en la facultad con un duro entrenamiento que lleva a cabo todas las tardes, a excepción del fin de semana en un gimnasio de Santa Isabel. Gracias a su esfuerzo y voluntad ya es cinturón negro de primer Dan, y sueña con seguir sumando experiencia hasta llegar a conseguir algún día el rango de maestro.

Comparte prácticas con 80 alumnos voluntarios

Si lo lograra, a esta joven de Movera le gustaría parecerse a José Luis, su entrenador, de quien ha aprendido que "por la vida hay que pasar siendo humilde y respetuosa". Con él comparte tarea este verano en unas colonias urbanas de taekwondo que organiza el gimnasio donde entrenan.

En septiembre, volverá a retomar los estudios y a cuidar a los rumiantes del Scrum, algo que asegura que "me produce más respeto que saltar al tatami". Volverá a clase con la mente puesta en conseguir ser una buena veterinaria y especializarse en cirugía. "No tengo muy claro sí me voy a dirigir hacia el campo de los pequeños o grandes animales, pero lo que sí me gustaría es poder hacer cosas tan importantes como las que hace mi padre y sus compañeros de trabajo en la facultad diariamente", apunta ilusionada.  

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