FENÓMENOS METEOROLÓGICOS

Un reventón, la explicación más probable al 'tornado' que derribó 23 torres eléctricas en Tauste

Aunque tiene que recabar más datos, la Agencia Estatal de Meteorología considera que lo más probable es que esos fuertes vientos se debieron a un reventón, un microrreventón o un frente de racha, tres procesos que también pueden ser muy destructivos.

Una de las 23 torres eléctricas derribadas en Tauste, totalmente dobladas.
Una de las 23 torres eléctricas derribadas en Tauste, totalmente dobladas.
David Momblona

El pasado viernes, una tormenta con rachas de viento muy fuertes (puede que incluso huracanadas) derribó 23 torres eléctricas en Tauste dejando sin luz a sus barrios rurales y cortando la carretera A-1208. Las imágenes de esas grandes estructuras metálicas totalmente dobladas y retorcidas corrieron por las redes sociales junto con las de los árboles derribados con sus grandes cepellones levantados de cuajo. Y, como suele ser habitual en estos casos, la virulencia del aire hizo que enseguida en la zona se hablara de un tornado.

Sin embargo, es muy posible que esos llamativos daños fueran provocados por otro tipo de fenómenos meteorológicos que pueden ser igual de destructivos. La hipótesis más factible apunta a un reventón o un microrreventón como el que ya se dio también en Tauste en junio de 2011 o incluso al propio frente de racha de la tormenta, que aunque no suele ser tan potente también puede provocar vientos muy fuertes.

En todos los casos se trata de procesos relacionados con las intensas corrientes verticales de aire (convecciones) que suelen forman en la atmósfera cuando hay diferencias importantes de temperatura entre las capas bajas y las más altas. Sin embargo, mientras en el tornado los vientos son giratorios, en el reventón y el frente de racha el aire sopla de forma lineal.

Los fuertes vientos también derribaron numerosos árboles.
Los fuertes vientos también derribaron numerosos árboles.
David Momblona

Como sus efectos destructivos pueden llegar a ser similares, para distinguir las afecciones provocadas por los tornados de las que dejan los reventones y los frentes de racha hay que observar el rastro que queda sobre el terreno: mientras el tornado a su paso concentra los daños en una estrecha franja con objetos abatidos en todas direcciones, los daños por un reventón o un frente de racha suelen estar más dispersos y se producen en una misma dirección.

Parece claro que lo sucedido el viernes en Tauste no fue un tornado. De hecho, el director de la delegación en Aragón de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rafael Requena, considera “muy probable” que fuese un frente de racha e incluso un reventón, aunque también avisa de que todavía es pronto para determinarlo. “Habría que tener más datos”, insiste Requena, quien sí explica cómo se sucedieron los acontecimientos.

“El fenómeno inicial fue una 'splitting storm', una tormenta en Soria que se partió en dos”, detalla este meteorólogo. “A partir de ahí, la tormenta de la izquierda pasó por La Rioja y Navarra, y hay un reporte de que se produjo un reventón o un frente de racha en Calahorra”. La Aemet todavía tiene que validar ese reporte, pero Requena adelanta que “hay vídeos muy claros que lo confirman”.

La otra tormenta, “la de la derecha”, fue la que pasó por las Cinco Villas derribando 23 torres eléctricas y numerosos árboles en Tauste. “A tenor de las imágenes de radar Doppler, el muy probable que ese fenómeno también pueda catalogarse como frente de racha y posible reventón, pero aún no lo podemos confirmar”, señala Requena.

Si estos indicios se confirman, se trataría del segundo fenómeno meteorologíco de este tipo sucedido en Tauste en apenas ocho años, ya que el 6 de junio de 2011 un proceso similar dañó una planta fotovoltaica situada a unos 800 metros al noreste del casco urbano.

El microrreventón ocurrido en Tauste en 2011

Entonces la Agencia Estatal de Meteorología hizo un informe en el que sus técnicos concluyeron que lo ocurrido fue “un microrreventón húmedo (acompañado de lluvia) con una dimensión horizontal aproximada de un kilómetro”.

Aunque aquel día la mayor racha de aire medida en la zona fue de 102 km/h, una velocidad que según la escala que utiliza la Aemete se califica como vientos “muy fuertes”. No obstante, el propio informe de sus técnicos reconoce que “debido a la reducida dimensión espacial del fenómeno” no se puede descartar que pudieran haberse dado rachas de viento más elevadas. De hecho, los ingenieros de la empresa propietaria de la planta fotovoltaica calcularon la resistencia de los elementos dañados y llegaron a la conclusión de que deberían haber aguantado rachas de hasta 150 km/h (a partir de 120, la Aemet habla de vientos “huracanados”).

En este sentido, se ha comentado que durante el episodio del pasado viernes en alguna explotación agraria de Tauste se llegarona medir vientos de 120 km/h. No obstante, ese dato solo podrá ser utilizado como referencia si se comprueba su veracidad. “Es verdad que alguien lo comentó, pero hay que confirmarlo porque ya se sabe cómo son estas cosas”, reconoció ayer el alcalde de Tauste, Miguel Ángel Francés.

En cualquier caso, en Aragón los tornados no son del todo infrecuentes, ya que van asociados a las tormentas y Teruel es la provincia española con más actividad tormentosa. Afortunadamente, suele tratarse de fenómenos a pequeña escala que no aparecen en los radares meteorológicos y en otros sistemas de seguimiento, por lo que pasan desapercibidos salvo que causen daños significativos o que sean vistos por algún testigo directo.

Los reventones (o microrreventones)

La Aemet describe el reventón como una “fuerte” corriente vertical descendente de origen convectivo que a menudo se origina en el seno de una nube de tormenta y que genera vientos “destructores”. Tiene una dimensión horizontal inferior a 10 kilómetros y su tiempo de vida puede oscilar entre 5 y 30 minutos (según el alcalde, el episodio del viernes en Tauste duró unos 10 minutos).

Imagen que recrea el proceso de formación de un reventón, a la izquierda en la imagen, en fase inicial, a la derecha en fase madura.
Imagen que recrea el proceso de formación de un reventón, a la izquierda en la imagen, en fase inicial, a la derecha en fase madura.
Fuente: Fernando Caracena, 1997 (a través de Aemet)

Cuando la dimensión horizontal del fenómeno no llega a los 4 kilómetros (como sucedió en el episodio de 2011) pasa a denominarse microrreventón, y en este caso la duración también se reduce y no suele pasar de los 15 minutos.

Los reventones pueden ser húmedos o secos según vayan acompañados o no de precipitación que llegue al suelo (el pasado viernes los fuertes vientos sí fueron acompañados de algo de lluvia, y en junio de 2011 los chubascos fueron intensos).

Los frentes de racha

Otro fenómeno de fuertes vientos lineales (no giratorios) asociado a las nubes de tormenta es el frente de racha. Consiste en una ráfaga “intensa” que se produce en la frontera entre el aire frío procedente de la tormenta y el aire más caliente del entorno.

Generalmente, este tipo de procesos llevan asociados un aumento brusco de la presión, un giro del viento, un descenso de las temperaturas y a veces también precipitación fuerte.

La Aemet aclara que, mientras el reventón está asociado a una corriente descendente especialmente intensa, el frente de racha es un fenómeno que “forma parte del ciclo de vida habitual de una tormenta”.

Los tornados

Un tornado es una columna de aire que gira “violentamente” estando en contacto con el suelo (por eso concentra su rastro en una franja estrecha de terreno) y colgando a la vez de una nube. Frecuentemente es visible como una nube en forma de embudo, pero no siempre sucede así.

El tornado que en 2002 afectó a Alcañiz, Valdealgorfa y Mazaleón.
El tornado que en 2002 afectó a Alcañiz, Valdealgorfa y Mazaleón.
foro.tiempo.com

El diámetro de un tornado puede variar entre metros, decenas de metros y centenares de metros. La presión cae de manera importante desde el exterior hacia el centro del tornado, lo que hace que el aire alrededor del vórtice sea arrastrado hacia la zona interna de baja presión, donde se expande y se enfría rápidamente, llegándose normalmente a la condensación en forma de gotitas que crean el típico embudo observable. Además, la baja presión interna del vórtice recoge desechos como las partículas del suelo y las hace volar a su paso, lo que puede dotar al tornado de un color oscuro.

Los tornados se mueven con la nube a la que están asociados. Se suelen desplazar a velocidades entre 15 y 50 km/h aproximadamente. Su duración suele ser de unos pocos minutos, aunque algunos pueden durar hasta media hora o incluso más, y suelen recorrer unos pocos kilómetros, aunque hay datos de varias decenas de kilómetros o incluso de algún centenar. El ruido de un tornado acercándose suele ser un fuerte rugido similar al de los motores de un avión a reacción en el despegue.

Para su categorización se emplea la escala Fujita mejorada, que clasifica los tornados en función de los daños generados y tiene seis niveles que van desde el EF0 (105-137 km) hasta la EF5 (más de 322 km/h).

Como ya se ha dicho, la indicación más evidente de un tornado es la forma lineal (un corredor) de la zona afectada por los daños. En cambio, en un reventón las afecciones producidas suelen presentar una disposición radial respecto a un centro en superficie.

Otros fenómenos significativos.

El vórtice de racha. Consiste en un remolino de viento que se origina en el frente de racha de una tormenta cuando el viento es suficientemente fuerte y el rozamiento contra el suelo altera el flujo lineal del aire, provocando la formación de un vórtice giratorio. Este fenómeno, también llamado 'gustnado', sube desde la superficie y puede hasta unos 100 metros de altura, pero no está conectado con ninguna nube. Se hace visible por el material que levanta desde el suelo.

La tolvanera. La tolvanera es un remolino que se desarrolla en la capa inferior de la atmósfera sin tener una conexión directa con una nube convectiva. Es visible por el polvo, la arena o los esiduos que levanta, pero raramente provocan vientos muy significativos. Las dimensiones típicas de una tolvanera van de medio a diez metros de ancho y de unos pocos metros de altura hasta más de cien, y la duración puede ir de unos pocos minutos a cerca de media hora en los casos intensos.

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