Siete de cada diez alumnos que superan la antigua selectividad se quedan a estudiar la carrera en Aragón

La oferta universitaria en Aragón mejora año a año y es cada vez más amplia y atractiva. Hasta el punto de que siete de cada diez alumnos que superan las pruebas de acceso a la universidad en Aragón acaban matriculándose en las instituciones académicas aragonesas. Los que optan por marcharse fuera a estudiar una carrera, ya sea por voluntad propia o porque las titulaciones elegidas no están disponibles o no les da la nota, lo hacen fundamentalmente a las grandes capitales o a comunidades con mucha tradición universitaria.

Si el 68,1% de los estudiantes se matriculan en los distintos centros de la Universidad de Zaragoza o en la San Jorge, las dos instituciones presenciales de la Comunidad, el 5,4% opta por marcharse a Madrid. A la vecina Cataluña, lo hace otro 4,3% y a la Comunidad Valenciana otro 2,9%. También las universidades de Castilla y León, con el potente atractivo de Salamanca, reciben a un 1,5% de los alumnos aragoneses declarados aptos en la antigua selectividad.

Además, hay cerca de un 15% de estudiantes que, pese a superar las pruebas de acceso, finalmente no se matriculan en ninguna universidad de carácter presencial, o bien porque lo hacen en la UNED o en otros centros a distancia, o bien finalmente porque optan por otro tipo de estudios.

Son datos del informe ‘Datos y Cifras del Sistema Universitario Español 2018-2019’, que elabora periódicamente el Ministerio de Educación y Formación Profesional y que aporta una completa radiografía sobre el mundo universitario en nuestro país.

Las cifras de movilidad interna de los universitarios reflejan la buena salud de la educación universitaria en Aragón. Solo seis comunidades más pobladas y con una variada oferta universitaria, como son Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y País Vasco, retienen a un mayor número de alumnos, aunque con cifras bastante similares a las aragonesas.

Mientras La Rioja y Castilla-La Mancha sorprenden por todo lo contrario. Apenas un tercio de sus estudiantes se quedan. Precisamente, de La Rioja proviene un porcentaje importante de los estudiantes de fuera que recibe Aragón, así como de la vecina Navarra.

Todos ellos optan por alguno de los 69 grados que se ofertan en la Comunidad, con un total de 6.536 plazas, en el momento de elaborar el informe. Siguen siendo mayoritarias las carreras de ciencias sociales y jurídicas (con 3.019 plazas), le siguen las de las ramas de ingeniería y arquitectura (1.386) y ciencias de la salud, con 859. Artes y humanidades (661) y ciencias (611) completan la oferta anual. En cuanto a los máster, cuando se concluyó el estudio, había 56 en marcha, con 2.599 plazas.

¿Y cuánto cuesta estudiar en las universidades aragonesas? En este caso, el informe recoge solo los datos relativos a los centros públicos. Para el curso que terminó en junio, que es el que analiza el informe, el precio medio del crédito en los grados se sitúo en Aragón algo por encima que la media española. Se pagaba a 18,74 euros, frente a 17,55 euros del conjunto de universidades. 

En este apartado, las diferencias entre las instituciones de los distintos territorios son considerables, con horquillas muy amplias, que van desde las 33,52 euros que había que abonar en Cataluña , la Comunidad más cara, a los 11,89 de Galicia, la más barata. En cuanto a los máster, el precio medio en Aragón es de 23,02 euros, ligeramente inferior al precio medio en España, que en ese curso fue de 23,65 euros.

Y ¿cómo de buenos son los universitarios aragoneses? De media, los estudiantes aprueban el 79,5 % de los créditos en los que se matriculan, lo que equivale a una tasa de rendimiento dos puntos por encima de la media en España. En Cataluña, este indicador se eleva hasta el 86%.

En los máster, donde se supone ya una mayor madurez al alumnado, el rendimiento es aún superior y rebasa el 93%, también por encima que en el resto de universidades españolas.

Pese a todo, el abandono sigue siendo aún muy alto. Los primeros años siempre son duros y hasta un 16,2% de los universitarios aragoneses deja la carrera tras el primer curso y un 8,7% cambia de estudios. En ambos casos, son cifras que se mueven en la media del país.

Y si es complicado adaptarse al cambio del instituto a la universidad, mucho más en el caso de estudiar desde casa. De hecho, en las universidades no presenciales estas tasas se elevan al 43% y al 7,9%, respectivamente.

La radiografía que elabora el Ministerio también analiza el personal con el que cuentan los distintos centros universitarios. En España, más 205.000 personas trabajaban en la universidad, cuando se cerró el informe. De ellas, 6.526 lo hacían en Aragón. En concreto, había 4.109 docentes e investigadores, frente a 1.680 personas trabajando en el área de administración y servicios, y 737 investigadores.

Por cada docente, en la universidad pública había 10,2 alumnos, y en la privada la ratio era de 12,1 estudiantes. En ambos casos, las cifras son mejores que en el conjunto de las instituciones académicas españolas -13,6 y 17,2, respectivamente- , lo que sobre el papel garantizaría una mejor atención.

Precisamente es en personal donde más gasta la universidad pública. Siete de cada diez euros van destinados a pagar las nóminas de sus trabajadores. Y las matrículas y tasas que abonan los alumnos suponen solo el 16% de los ingresos totales de la institución, frente al 18% de media nacional. De esta forma, la UZ presenta un grado de dependencia respecto a la Comunidad Autónoma del 66,1%.

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