violencia de género

El Gobierno de Aragón atendió a 354 menores víctimas de violencia de género el año pasado

Muchos de ellos recibieron asistencia psicológica y otros vivieron en casas de acogida del IAM. El cambio legal más importante que está pendiente es prohibir las visitas de los maltratadores a sus hijos.

Los vecinos de Andorra salieron a la calle este jueves para mostrar su rechazo a la violencia y su respaldo a la madre, que permanece ingresada.
Cientos de personas, incluida una representación del Gobierno aragonés, se concentraron el pasado jueves en Andorra para condenar el crimen de Ismael y la agresión a Gema, su madre, que permanece gravemente herida. Las concentraciones y muestras de respeto se repitieron en toda la Comunidad.
Jorge Escudero

El asesinato del joven Ismael, el pasado miércoles en Andorra (Teruel) cuando el chico se interpuso entre su padre y su madre, Gema, para impedir que el primero la matara con un hacha, ha sacudido a la sociedad y ha vuelto a poner sobre la mesa un asunto de primera magnitud: las agresiones que sufren niños y adolescentes que están en medio de relaciones marcadas por la violencia de género.

Según confirmaron fuentes oficiales, la mujer no había denunciado ninguna agresión, aunque un día antes del crimen la pareja mantuvo una fuerte discusión que motivó que Gema y su hijo abandonaran el domicilio familiar. El miércoles volvieron, al parecer tras la insistencia del marido, que se tiró por la ventana tras la agresión. 

En este tipo de casos sin denuncias previas resulta especialmente complicado proteger a los menores que conviven con el agresor y la mujer maltratada y ellos también acaban convirtiéndose en víctimas de la lacra machista. "Los hijos de mujeres que han sufrido violencia han sido siempre víctimas directas de dicha violencia y en muchas ocasiones han sido utilizados por parte de los agresores como instrumento para continuar haciendo daño a la madre, lo que acrecienta también el daño infligido sobre los menores", apuntan fuentes del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM).

"No pueden ser buenos padres"

El año pasado, el Gobierno de Aragón atendió a 354 niños y adolescentes víctimas de violencia de género con recursos del IAM. Muchos pasaron por el servicio de atención psicológica y otros tuvieron que vivir junto a sus madres en casas y centros de acogida. Esta atención se potenció gracias a los convenios de la DGA con las entidades locales, una colaboración que se incrementó la pasada legislatura en relación a las comarcas y que esta se prevé reforzar aún más. A lo largo del primer trimestre de este año (el último dato estadístico disponible), solo el canal de atención psicosocial del IAM ya ha atendido a 28 chavales.

La violencia vicaria, que es el término que utilizan los expertos para referirse a los casos en los que el padre agrede a sus hijos para hacer daño a la madre, es uno de los grandes retos que los legisladores españoles deben solucionar a corto plazo. "Queremos que la muerte de Ismael no sea en balde y nos refuerce en el compromiso de todos para acabar con esta lacra", afirmó el viernes la ministra de Educación y portavoz del Gobierno central en funciones, Isabel Celaá. 

Desde el IAM señalan que resulta "fundamental" que las medidas de protección incluyan a los hijos de las víctimas, así como que se suspendan los regímenes de visitas cuando exista una sentencia condenatoria por violencia de género. "Un maltratador jamás podrá ser un buen padre y dejar a los menores en su mano es situarlos en una posición de riesgo, cuyas consecuencias en ocasiones han sido dramáticas", apuntan estas fuentes. 

De acuerdo con las estadísticas que maneja el Ministerio de la Presidencia e Igualdad, desde 2013 se han contabilizado 30 crímenes de menores en casos de violencia machista, tres de los cuales han ocurrido en lo que va de 2019. Antes que Ismael, un niño alemán de 10 años fue asesinado en una cueva de Adeje (Tenerife) en abril y Cristian, de 11, a quien su padre arrebató la vida en Beniel (Murcia) hace poco más de dos semanas.

Precisamente, las circunstancias que envolvieron el asesinato del pequeño Cristian (su padre le arrebató la vida aprovechando el régimen de visitas que se había establecido en el proceso de divorcio) abrieron el debate sobre la necesidad de suspender las custodias compartidas a maltratadores para evitar que así les hagan daño, una reforma a la que el crimen de Ismael ha impreso aún más urgencia.

Fuentes de la DGA recuerdan que el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, firmado en 2017, ya recoge la necesidad de modificar la ley para privar a los maltratadores de regímenes de visitas con sus hijos menores. Recientemente, el Defensor del Pueblo rogó que las Cortes Generales abordaran "cuanto antes" el asunto. Cuando la legislatura eche a andar definitivamente, esta reforma debería ser prioritaria para el Congreso y el Senado. 

El primer caso desde 2006

El joven Ismael es la primera víctima mortal menor por violencia de género en Aragón desde enero de 2006, cuando un oficial del Ejército asesinó a tiros en la Base Aérea de Zaragoza a su expareja y a la hija de ambos, de tan solo cinco años, y después se quitó la vida. En el resto de comunidades sí que han ocurrido otros crímenes atroces en estos años. De hecho, hace tan solo unos días que el Tribunal Supremo ha confirmado una pena de 23 años y diez meses de cárcel para un hombre que en julio de 2016, en un pueblo de Almería, mató a golpes a su bebé de 45 días para castigar a su esposa. 

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