CURIOSIDADES DEL MUNDO ANIMAL

Los 'copitos de nieve' de la fauna silvestre aragonesa

Animales como el corcino blanco avistado hace unos días en las inmediaciones de Moncayo son excepcionales, pero no únicos. En las últimas décadas en Aragón se ha avistado ejemplares albinos o leucinos de diferentes especies de todo tipo.

Hace unos días, un cazador vecino de Zaragoza vio y fotografió un corcino totalmente blanco en un paraje de Soria situado en las inmediaciones del Moncayo. Las imágenes del cérvido se han hecho virales por la belleza y la rareza de su pelaje y porque inevitablemente evocan a 'La corza blanca', la popular leyenda que Gustavo Adolfo Bécquer situó “en un pequeño lugar de Aragón”. Sin embargo, aunque se trata de un caso excepcional, ni mucho menos es único.

En las últimas décadas, en Zaragoza, Huesca y Teruel se han encontrado ejemplares albinos o leucinos de diferentes especies silvestres, sobre todo aves, pero también mamíferos o peces. Haciendo un paralelismo con el famoso gorila blanco que vivió en el zoo de Barcelona, son los 'copitos de nieve' de la fauna silvestre aragonesa. Algunos de esos animales pasaron más desapercibidos, pero otros saltaron a los medios de comunicación incluso a nivel nacional, como sucedió con un cuervo blanco avistado a finales de los años 80 en la localidad turolense de Puertomingalvo.

“Por lo general, a todo animal que presenta un plumaje o un pelaje más claro que el habitual en la especie se le suele llamar albino, pero no siempre es así porque esa característica también puede deberse a otra anomalía genética denominada leucismo”, aclara el veterinario Nicolás Urbani, asesor técnico de la Federación Aragonesa de Caza que también trabaja para la española.

Urbani explica que la causa genética del albinismo es “heterogénea”. “Hay más de 18 genes cuyas mutaciones, en recesividad, están asociadas a esa pérdida o disminución de la pigmentación”, señala. “Sin entrar en detalles científicos, podemos decir que los animales albinos no producen melanina, lo que provoca que su piel, su pelo o sus plumas sean más o menos blancas y que siempre tengan los ojos rojos o rosáceos”.

En el caso del corcino observado en Soria, y a falta de pruebas genéticas concluyentes, este veterinario se inclina por considerar que este ejemplar presenta leucismo, no albinismo. “Es de capa mayoritariamente blanca, pero presenta manchas accidentales de color marrón en la parte trasera del cuello y el hocico y parece ser que conserva el color de ojos normal en su especie”, argumenta.

Urbani detalla que el leucismo es “otra condición genética poco frecuente que se manifiesta como la ausencia total o parcial de coloración en la piel, en el pelo o en las plumas debida a una deficiencia en el depósito de melanina”. “El animal produce melanina, pero no la fija en sus células”, aclara.

Este veterinario explica que es “muy difícil” recabar datos que permitan calcular cuál es la probabilidad de que un animal silvestre presente albinismo o leucismo. No obstante, recuerda que, además de ser una alteración excepcional, una vez producidos esos casos son especialmente difíciles de detectar por el hombre debido a su mayor mortalidad. “Se trata de animales que pierden su coloración natural adaptada al camuflaje y por tanto son más fáciles de ser depredados. Además, en el caso del albinismo puro sufren problemas asociados de fotosensibilidad, pérdida de visión...”, comenta.

A pesar de esa dificultad para detectar a los animales albinos o leucinos, Urbani explica que en Aragón “siempre de forma excepcional” se han conocido casos en especies silvestres “de toda índole taxonómica”. “Zorzal común, perdiz roja, águila culebrera, buitre, liebre ibérica, conejo silvestre, sarrio, jabalí...”, detalla. “Lo que sí es cierto es que, gracias a las nuevas tecnologías y a las redes sociales, cada vez encontramos más testimonios gráficos de estas bellas peculiaridades de la naturaleza”, señala.

Durante cerca de una década se pudo avistar un sarrio blanco en el macizo de Cotiella, en pleno Pirineo oscense. Hacia el año 2000, cuando ya era viejo, fue abatido por un cazador que contaba con el correspondiente permiso y que lo donó al pueblo de Saravillo. Desde entonces puede verse disecado en el centro de interpretación Mosén Bruno Fierro.
1
El sarrio blanco de Saravillo

En el centro de interpretación Mosén Bruno Fierro de Saravillo (Huesca) puede verse un sarrio blanco disecado. Durante cerca de una década pudo vérsele el macizo de Cotiella, hasta que en torno al año 2000, cuando ya era viejo, fue abatido por un cazador que contaba con el correspondiente permiso y lo donó al pueblo.

A finales de los años 80 tuvieron mucha repercusión los avistamientos de un cuervo blanco en el municipio turolense de Puertomingalvo. Al menos hubo dos animales blancos distintos, y uno de ellos (que en realidad es una corneja) se conserva disecado en la oficina de turismo.
2
El 'cuervo' blanco de Puertomingalvo

A finales de los años 80, Puertomingalvo (Teruel) fue noticia incluso a nivel nacional por los avistamientos de un cuervo blanco. Según explica el alcalde, Tomás Zafón, estas aves fueron vistas a lo largo de tres años consecutivos, y además la que apareció el segundo año (que en realidad era una corneja) fue encontrada muerta y se disecó, lo que significa que al menos hubo dos ejemplares. Esa corneja disecada se expone todavía hoy en la oficina de turismo de la localidad.

Hacia el año 2008 se pudo fotografiar a este buitre leonado blanco en un roquedo del municipio zaragozano de Los Fayos. No se le volvió a ver.
3
Un buitre leonado blanco en Los Fayos

Hacia el año 2006, agentes de protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón fotografiaron un buitre leonado totalmente blanco en un roquedo de Los Fayos (Zaragoza). Fue la única vez que se vio a este ejemplar.

En junio de 2014 dos pescadores austriacos capturaron este siluro de color blanquecino que, además de por su color, destacaba por su tamaño: medía 2,4 metros y pesaba 87 kilos.
4
Un siluro 'albino' en Mequinenza

En junio de 2014, dos pescadores austriacos capturaron un siluro 'albino' en el embalse de Ribarroja dentro del término municipal de Mequinenza (Zaragoza). Además de por su color blanquecino, este pez llamaba la atención por su gran tamaño: medía 1,4 metros y pesaba 87 kilos.

Buitre leonado albino captado en La Mata de los Olmos.
5
Un buitre leonado leucino en La Mata de Los Olmos

El año pasado, el naturalista José Luis Lagares logró fotografiar otro buitre leonado blanco en un comedero de aves necrófagas situado en La Mata de los Olmos (Teruel). En este caso se trataría de un ejemplar leucino (como se puede ver en la imagen, sus ojos no eran de color rojo o rosado).

Ejemplar de conejo leucino capturado este año en Magallón.
6
Un conejo leucino en Magallón

Este mismo año fue capturado en Magallón (Zaragoza) este ejemplar leucino de conejo silvestre. Como muestra la fotografía, el leucismo puede afectar solo a una parte del animal, mientras la otra presenta la coloración habitual en esa especie. En cualquier caso, hasta que no se hace un análisis genético no se puede conocer con certeza la causa de la anomalía en la coloración.

Hace unos días, un cazador que pasaba por un paraje de Soria próximo al Moncayo avistó un corcino blanco que inevitablemente evoca la leyenda 'La corza blanca' de Gustavo Adolfo Bécquer.
7
El corcino blanco avistado cerca del Moncayo

Más de 150 años después de que Bécquer escribiese su famosa leyenda, la corza blanca parece haber reaparecido, esta vez en un campo de cereal de Soria próximo al Moncayo. Hace unos días, un vecino de Zaragoza que estaba paseando a primera hora de la mañana por un paraje de la provincia vecina vio de lejos una corza hembra con dos corcinos... uno de ellos totalmente blanco.

Otros casos curiosos

El sarrio blanco avistado en el macizo de Cotiella no ha sido el único de este tipo que ha habitado el Pirineo oscense. A principios del siglo XX, el montañero Maurice Gourdon observó otro ejemplar blanco en el macizo de Posets, y mucho más recientemente, en torno al año 2008, el cineasta zaragozano Javier Jiménez constató la presencia de otro sarrio de esa coloración en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

También se pudo documentar hace unos años la existencia de un águila culebrera blanca en Zaragoza capital. Se trata de un pollo que nació en un nido situado en el Vedado de Peñaflor y que salió adelante siendo completamente blanco en patas, uñas y pico, pero con los ojos de color amarillo, lo que indica que era un ejemplar leucino.

Se puede heredar, pero también es muy improbable

El corcino blanco avistado cerca del Moncayo estaba junto a su madre y un hermano, pero de los tres ejemplares él era el único de color blanco. "El albinismo y el leucismo son heredables de padres a hijos, pero resulta muy improbable que eso suceda", aclara el veterinario Nicolás Urbani. "Para que se dé esa expresión fenotípica tendrían que tener el gen que la provoca tanto el padre como la madre, y aun así ,al ser un gen recesivo, se tendrían que combinar de una manera muy concreta para dar lugar al albinismo o al leucismo. De ahí la excepcionalidad de estos hallazgos".

Además, Urbani explica que en el mundo animal también puede darse otra alteración genética de la coloración de la capa o el pelaje, el melanismo, que se caracteriza por todo lo contrario que el albinismo o el leucismo: por el exceso de melanina. "El resultado es una coloración de capa negra que en zonas muy concretas de España, como en la Batuecas,  también se han observado en el corzo de forma muy singular", añade.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión