Naturaleza

Consejos para salir a la montaña con niños

Salir a la montaña puede ser para los niños una aventura maravillosa y es, además, la ocasión de introducirlos en el amor a la naturaleza y en la importancia de no descuidar la seguridad siempre que estemos en el monte.

Senderismo con niños por la comarca del Maestrazgo.
Senderismo con niños por la comarca del Maestrazgo.
Turismo Comarca del Maestrazgo

Llevar a los niños a la montaña es para ellos una aventura, divertida y emocionante, en la que disfrutar de mil cosas que escapan a su rutina, que los sorprenden y cautivan, y también que les hace encontrarse en situaciones en las que superar desafíos, con los que se van a sentir mayores y más diestros. Montes, bosques, praderas, arroyos... se transforman en escenarios de nuevas experiencias vitales, en las que aprenderán a conocer la naturaleza y a aficionarse a ella. Los mayores, que también disfrutarán de esta experiencia, pueden aprovechar la oportunidad de llegar a los más pequeños a través de juegos y relatos.

Por otra parte, la fórmula ‘menores + montaña’ exige elevar al máximo el factor seguridad. Hay algunas cosas que deben tenerse en cuenta a la hora de organizar la salidas con niños, los recorridos previstos y las actividades que realizaremos, con el fin de hacerlas seguras y también, gratificantes para todos. Hablamos de niños con autonomía suficiente para no necesitar ser transportados por sus padres.

Una buena manera de que se interesen y estén deseosos de realizar la salida, es implicarlos en los preparativos: ver la ruta sobre un mapa, buscar fotos en internet, las plantas o incluso animales que quizá lleguemos a ver en el recorrido, leyendas del lugar… son actividades que fomentan a imaginación del niño y nos darán temas para comunicarnos con él y hacer que su experiencia sea más rica y gratificante para él, o para entretenerlo si se da el caso. En general, esa buena disposición que de esperar que se genere ayudará a que durante la excursión se mantengan animados y motivados en todas las situaciones. Esta actitud facilitará también que en cada momento atienda y asuma nuestras enseñanzas sobre cómo manejarse en la montaña con seguridad.

La ruta y actividades elegidas serán siempre adecuadas para a edad de los menores y la costumbre que tengan o no de caminar por el monte. En todas las salidas al monte es un buen consejo, pero en el caso de ir con menores es imprescindible contar al planificar la jornada con un amplio margen para descansos y paradas. Igualmente, habremos previsto la posibilidad de no acabar la excursión por cualquier imprevisto y de realizar una actividad alternativa. La proporción de niños y adultos será la correcta para que todos puedan estar atendidos. Con niños, cualquier contratiempo puedo hacerse más relevante e influir mucho más en los planes, por lo que cobra mayor importancia haber informado a alguien de nuestros planes y horarios y que esté pendiente de nuestro regreso.

Preparar la mochila

Preparar la mochila es otra buena oportunidad de enseñar a los niños que cada cual debe ser responsable de sus cosas y de estar listo con antelación. En el caso de los más pequeños, llevaremos parte de su equipo, pero es bueno que cada cual lleve su mochila, será la manera de que cojan la costumbre para siempre y podrán sentirse tan importantes como los mayores.

A la ropa y calzado adecuados (probarlos antes para ver que siguen siendo de su talla) según la estación y el destino, añadiremos impermeable, cortavientos, gorra y protección solar. Añadiremos un buen mapa, brújula, GPS si lo tenemos y teléfono móvil, ambos con baterías bien cargadas y alguna de repuesto o un cargador al que conectado. Aunque nos suponga añadir un poco más de peso a nuestra mochila, es bueno incluir en ella algún juego, o pequeños utensilios ‘naturalistas’, como cuadernos para dibujar paisajes o guardar hojas, lupas con la que observar insectos o plantas, unos prismáticos… todo lo que potencia la vivencia del niño con el medio, para que aprenda y disfrute.

Durante la caminata conviene ir preguntando y testeando a los pequeños para ver si se encuentran con fuerzas y disfrutando de la marcha. Caso de notarlos cansados será el momento de pensar en nuestro plan B.

Evitaremos también dividir al grupo, manteniéndolo siempre unido. Si hay que detenerse porque alguien se siente muy cansado, le esperaremos todos juntos. Lo importante no es llegar los primeros, antes o después, sino disfrutar juntos y seguros. Esas paradas además pueden ser un buen rato de diversión investigando el entorno o dejándolos que tengan un poco de ocio a su aire. Como siempre en la montaña, estaremos muy atentos a los cambios meteorológicos para actuar con rapidez y evitar que nos sorprendan afectando a los pequeños. Con estos consejos estaremos educando montañeros y montañeras del mañana en el disfrute de la naturaleza, y siempre con seguridad.

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