Conseguir acercarse todo lo posible a la meta de producir un ternero por vaca y año. Este es el objetivo fundamental de Optibovis, un proyecto para la mejora de la productividad de los rebaños de vacuno de carne extensivos de La Jacetania, que está coordinado por los responsables de La Finca Experimental La Garcipollera, dependiente del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).

El tiempo de gestación de las vacas suele ser de 9 meses o 280 días de media, por lo que, a simple vista, cumplir el objetivo de un ternero por año no parece algo imposible. Luego, los datos reales demuestran que el rango de productividad anual en esta zona del Pirineo apenas llega al 65%, frente al 80% de otros países como Francia o Irlanda.

Y estos son los datos que se quieren mejorar con esta iniciativa que pretende «incidir en la mejora de la fertilidad hasta alcanzar el objetivo deseable de al menos el 85% y en la reducción de la mortalidad de los terneros para optimizar la tasa de destete», matiza Javier Ferrer, técnico de la finca La Garcipollera y coordinador de este proyecto, que se desarrollará entre 2019 y 2022 y cuenta con una subvención de 118.500 euros.

Dicha ayuda proviene del apoyo a acciones de cooperación de agentes el sector agrario en el marco del Programa de Desarrollo Rural para Aragón 2014-2020, cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y por la Comunidad aragonesa, en un 80% y un 20%, respectivamente.

Para lograr su meta, los responsables van a centrarse en tres aspectos fundamentales: la sanidad animal, la nutrición y el manejo reproductivo del rebaño en condiciones extensivas. «Parece algo lógico cuidar estos parámetros y conseguir que estén muy bien engranados para conseguir un parto por vaca y año. Pero algo tan sencillo, que debería ser el objetivo primordial para conseguir una explotación competitiva y productiva, no siempre se cumple», indica Ferrer.

Para lograrlo, en el caso de las actuaciones sanitarias, además de los controles básicos que se llevan a cabo en la actualidad por parte de los veterinarios de las ADS, se realizarán necropsias a los terneros fallecidos en el parto o analíticas a las madres para hacer un seguimiento de la gestación.

Dentro del ámbito reproductivos trabajarán dos aspectos. «Por una parte el control de los toros de las explotaciones, ya que de ellos depende el 50% de la eficacia de una buena tasa de productividad; y también el seguimiento de la gestación, realizando ecografías para detectar problemas de fecundación o anomalías en el periodo gestacional», afirma.

Ferrer también insiste en la importancia del tercer pilar de este proyecto: la alimentación, ya que la dieta recomendable varía mucho en función del estado de la vaca, si está o no preñada, y de cuántos meses está; y también es clave estudiar el tipo de alimentos que ingieren y las carencias que puedan tener.

Plan de gestión integral

Una vez recopilados los datos, con la ayuda de los investigadores de la Unidad de Producción y Sanidad Animal, Isabel Casasús y Albina Sanz; de los veterinarios Víctor Ara (ADS Viejo Aragón); Ana Alcolchel y Beatriz Bello (ADS Bisaurín); y de Javier Ferrer, como coordinador, se establecerá un catálogo de buenas prácticas centrado en estos tres ámbitos.

«Nuestro objetivo es que estos resultados sean extrapolables a otras áreas aragonesas de producción extensiva de vacas nodrizas y que se puedan poner en práctica estas actuaciones para mejorar su eficiencia productiva», concluye Ferrer, quien afirma que, en estos momentos, en Aragón, no hay datos concretos de las tasas de fertilidad y productividad anual de las explotaciones, por lo que este estudio resulta muy importante.